Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

.../ No se tienen, pues, por ambas partes los mismos deberes, y uno no debe
buscar esta identidad. No obstante, cuando los hijos dan a sus padres lo que de
derecho les corresponde y cuando los padres hacen lo mismo con sus hijos, la
amistad entre ellos será duradera y razonable. Pero en todas las amistades en
que interviene un elemento de superioridad hay que amar según la ley de
proporción; por ejemplo, es necesario que el mejor sea amado en mayor grado
de lo que él ama; que ocurra lo mismo para el que hace más favores y así en
todos los casos semejantes. Pues cuando se ama de una manera proporcionada
al mérito, se establece una especie de igualdad, carácter propio, según parece,
de la amistad" (1158 b).
El ojo realista de Aristóteles le hace ver que así como en las relaciones
jerárquicas en general se cumple que la desemejanza busca equilibrarse a través
de ciertas compensaciones, esto también afecta a la amistad cuando hay
desemejanza. Es decir, por ejemplo, si él es un empresario exitoso, es probable
que encuentre una compensación en su amigo pobre, porque es inteligente, o
porque posee ciertos rasgos de personalidad, como el ser extrovertido que se
compensan con el carácter más bien tímido del primero. O, aquel empresario, a
pesar de irle tan bien en lo suyo, es algo lúgubre, y el amigo tiene particularmente
buen humor, y otros.
345.De cómo todo proviene del trabajo.
El fenómeno del trabajo es para el filósofo Eugen Fink una de las
determinaciones radicales de nuestra existencia. Con ello está hablando a
nombre de su época, ya que históricamente el trabajo ha ido aumentando cada
vez más su capacidad de determinación de la sociedad y cada uno de sus
miembros.
“La historia es el reino de la libertad, pero no sólo de la libertad del
pensamiento, sino de la “libertad que se expresa”; y una tal libertad que se
expresa es el acto-del-trabajo, la puesta en ejecución de planes, propósitos,
decisiones en “acciones” corpóreas, las cuales acaban en productos, en
complejos de obra”.
Destaquemos cómo Fink relaciona acertadamente la libertad con el
trabajo, y podríamos decir, en sentido más amplio, con la producción. En
efecto, nuestro ser libres lo expresamos ante todo en lo que producimos, lo que
puede ser de muy diversa índole. Y sigue Fink:
“El concepto de “cultura” quiere decir, de acuerdo a su sentido originario,
el cultivo del campo, esto es, un comportamiento laboral que en tanto
manifestación de la vida del hombre en el combate con el estado salvaje,
procura obtener alimentación, vestido, habitación. La moralidad humana surge
con la casa y el horno. En el curso laboral confecciona lo imperioso, lo
necesario y el lujo superficial, la ornamentación de la vida. El trabajo humano
produce la colonización, la polis, el templo de los dioses, las alhajas de las
mujeres, las armas del guerrero y las herramientas del trabajador”.
Notable como, al decir de Fink, la cultura se eleva desde su rudimentario
origen en el cultivo del campo hasta constelaciones de nuestra vida espiritual, y
es así como el trabajo produce no sólo la herramienta, sino la catedral gótica. Y
nuevamente sigue Fink:
“Sobre la base del “trabajo físico”, corpóreo, aquejado de fatiga, se eleva
recién la posibilidad del trabajo “espiritual puro”. En la problemática de la
“división del trabajo” por de pronto no entramos. El “concepto de cultura”