Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

corteza con los dientes, dando grandes golpes con la cola en el tronco. El
infeliz del gallo se atemorizó sin razón y, sin pensar que aquella amenaza de la
zorra nunca podría hacerle daño, se llenó de miedo y quiso huir hacia los otros
árboles donde esperaba encontrarse más seguro y, pues no podía llegar a la
cima de la montaña, voló a otro árbol. Al ver la zorra que sin motivo se
asustaba, empezó a perseguirlo de árbol en árbol, hasta que consiguió cogerlo
y comérselo”.
El consejo para el Conde que se desprende de esto está claro:
preocuparse de proteger lo principal (es decir, quedarse protegido en el árbol
en que uno está) y no dejarse distraer por lo secundario (no volar a buscar
refugio en otros árboles alejados del centro).
342.Concepciones del ser humano.
Si pudiéramos sintetizar las principales concepciones del hombre que han sido
decisivas, diría que podrían centrarse en las 10 siguientes, las cuales a su vez se
presentan cronológicamente. Ello nos habla parejamente de cómo cada una ha
ido surgiendo de una discusión y confrontación con la que inmediatamente le
antecede en el tiempo e incluso con algunas o todas las anteriores. Cada una de
estas concepciones ha surgido en el seno de la filosofía, salvo dos de ellas, lo
que haremos ver en lo que sigue. Ello es decidor respecto de la perpetua
actualidad de la filosofía. Como dice Hegel, la filosofía es la expresión de cómo
cada tiempo histórico se entiende a sí mismo. Por otra parte, destaquemos que
estas concepciones comienzan con un periodo milenario anterior al tránsito del
mito al logos, y por lo tanto, anterior a la filosofía que ha dado lugar a ese tránsito,
y ello corresponde a la primera concepción del hombre, reflejada en el homo
sacer, el hombre sagrado, u hombre regido por arquetipos. Este tránsito
representa la transformación más profunda que ha experimentado la humanidad
hasta nuestros días. Desde el momento en que transitamos al logos o la razón (lo
que sucedió ejemplarmente en Grecia) no se vislumbra todavía que pudiera
haber en todo el futuro de la humanidad un giro más radical. Si la nueva
concepción del hombre a que da lugar el aludido tránsito, dada por la concepción
antropológica del “animal racional” (segunda concepción) entra posteriormente en
crisis con la tercera concepción, la del hombre como hecho a imagen y
semejanza de Dios (la cual si bien no ha surgido en el seno de la filosofía, sí ha
tenido desarrollos también filosóficos), lo que le sigue a ella es la cuarta
concepción – que se expresa como antropocentrismo, “autoposición central” o
“primado del sujeto”, desarrollada por Descartes. Todo lo que es queda en
dependencia del sujeto que lo representa. Ello se complemente con el
planteamiento posterior de Kant que establece que el sujeto modifica y regula al
objeto en el acto de conocer. Se establece aquí un sujeto fuerte, que dará lugar a
una nueva nueva era: la modernidad que se extiende hasta nuestros días. Si
tendemos un arco que va desde esta cuarta concepción del hombre hasta la
última, la duodécima, que se expresa como la concepción de un “sujeto frágil”,
desarrollada sobre todo por Ricoeur (y ya veremos por qué se trata aquí de la
mencionada fragilidad) el mencionado arco curiosamente parte por la fortaleza
del sujeto moderno hasta acabar en la fragilidad de un sujeto que tal vez habría
que llamar “post-moderno”.
Hagamos pues el recuento de las concepciones del hombre, que
representan a la vez los principales modos como éste se ha entendido y
principalmente a través de la filosofía: