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Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

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eglas que hay que seguir y respetar. Su obra “Homo ludens” comienza<br />

diciendo lo siguiente:<br />

“Los animales juegan, lo mismo que los hombres. Todos los rasgos<br />

fundamentales del juego se hallan presentes en el de los animales. Basta con<br />

ver jugar a unos perritos para percibir todos esos rasgos. Parecen invitarse<br />

mutuamente con una especie de actitudes y gestos ceremoniosos. Cumplen<br />

con la regla de que no hay que morder la oreja al compañero. Aparentan como<br />

si estuvieran terriblemente enfadados. Y, lo más importante, parecen gozar<br />

muchísimo con todo esto. Pues bien, este juego retozón de los perritos<br />

constituye una de las formas más simples del juego entre los animales. Existen<br />

grados más altos y más desarrollados: auténticas competiciones y bellas<br />

demostraciones ante espectadores”.<br />

47.Pascal dijo: “Sólo creo las historias cuyos testigos se hicieran degollar”.<br />

No obstante haber algo de cierto en esta sentencia del pensador Pascal, igual<br />

desde la perspectiva de distintos otros pensadores, se puede problematizar.<br />

Ello guarda relación con el argumento que Perelman en su Tratado de la<br />

argumentación distingue como “argumento por el sacrificio”. Éste es uno de los<br />

argumentos más fuertes que nos determina en nuestras existencias.<br />

Expliquémoslo a través de ejemplos: el que estudia una carrera universitaria<br />

que tiene que financiar él mismo trabajando, está de antemano en un tal<br />

argumento por el sacrificio, y será incluso una cuestión secundaria que le de<br />

una formulación expresa a ese sacrificio en el que se encuentra.<br />

Calvino valida a sus seguidores en función del sacrificio que están<br />

dispuestos a hacer por la causa de la fe, sugiriendo con ello que de este modo<br />

también se valida esa misma causa. Escuchemos a Calvino en su deliberación<br />

contra los católicos, defendiendo su propia fe protestante, de la cual él mismo<br />

es uno de sus fundadores:<br />

“Pero, dado que ellos /los católicos/ se burlan de la incertidumbre de<br />

aquélla /la doctrina protestante/, si tuvieran que sellar la suya con su propia<br />

sangre y a costa de su vida, se podría ver cuánto la estiman. Nuestra confianza<br />

es muy distinta, la cual ni teme los horrores de la muerte, ni el juicio de Dios”<br />

(385).<br />

Y en la misma línea Pascal:<br />

“Sólo creo las historias cuyos testigos se hicieran degollar”.<br />

O, Bossuet – obispo e historiador francés del siglo XVII – justifica<br />

también la cohesión entre sacrificio y verdad, poniendo como ejemplo de ello al<br />

propio Cristo. Bossuet::<br />

“Y, en efecto, cristianos, Jesucristo, que es la verdad misma, no por ello<br />

ama menos la verdad que su propio cuerpo; al contrario, para sellar con su<br />

sangre la verdad de su palabra quiso sacrificar su propio cuerpo”.<br />

Mas, como vemos hoy, muchos dan la vida por algo, por una causa, por<br />

unas ideas, convirtiéndose en hombres suicidas, y desde luego su accionar no<br />

nos parece justificable. Se revela de este modo que hay argumentos en pro y<br />

en contra en lo relativo al hecho de que sacrificándose por un asunto, se<br />

pruebe algo respecto del objeto por el que nos sacrificamos. Pero, por otra<br />

parte, este asunto reviste todavía más complejidad.<br />

Pues bien ¿cómo salimos de este dilema? La salida se mostraría en que<br />

la manera de criticar los actos que se rigen por el argumento del sacrificio es en

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