Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

Con todo, cabe agregar que solemos usar la palabra ‘historia’ para
referirnos indistintamente a los hechos o a la interpretación de éstos, y esto
amerita nuestra atención, por cuanto normalmente encontramos en distintos
ámbitos una nítida separación entre los hechos, los fenómenos, las cosas y el
estudio, la explicación o la interpretación que se hace de ellos: así en las
ciencias, por ejemplo, si decimos ‘bio-logía’, ‘socio-logía’ o ‘psico-logía’ la
alusión al ‘logos’ que hay en cada uno de estos términos hace referencia a que
se trata de un plano del lenguaje, de la explicación de los fenómenos
concernientes a la vida, a la sociedad o a nuestra psiquis.
Entonces, podemos preguntarnos: cómo así no se cumple lo mismo con
la ‘historia’, ya que si la distinguimos de lo que hemos llamado más arriba
‘historiografía’, lo cierto es que la recurrencia a este término es relativamente
artificial y en general de escaso uso. De hecho, las facultades y departamentos
en los que se estudia la historia se llaman también “Facultad o Departamento
de Historia” y no de “Historiografía”, y lo mismo se observa en distintos idiomas
europeos. La verdad es que el término que citábamos más arriba y que usa
Nietzsche para salvar esta situación – ‘Historie’ – prácticamente nadie lo usa.
El supuesto que anteriormente planteaba de que Nietzsche estaría
hablando no sólo de la utilidad e inutilidad de la historiografía para la vida sino
de la historia misma, la historia de los hechos concretos, con todo el drama que
ello involucra, se apoya en distintos pasajes del texto nietzscheano, en los que,
por ejemplo, parece estar más en juego el actor de la historia que su cronista,
escritor, intérprete o profesor. Así sobre todo en lo que Nietzsche plantea de
modo tremendamente lúcido de entrada: que la gran historia es la que proviene
de lo “a-histórico”, es decir, de un estar plenamente volcado al acontecer
inmediato, sin que nos esté determinando entonces sobre todo la mirada vuelta
hacia atrás, en términos más que nada de cuestionarnos entonces si acaso se
justificaría o no lo que estamos a punto de hacer – saltar a las filas enemigas,
clavar una bandera o hacer una barricada. Nietzsche plantea con mucha fuerza
que si lo genuinamente histórico no provendría de lo a-histórico, nada grande
habría en la historia. Y bien digo, en la historia, ya que al parecer no se trata
aquí de historiografía, o en el mejor de los casos, sólo secundariamente.
332. ¿Qué es eso de las “contemplaciones intempestivas” de Nietzsche?.
Al Nietzsche le preocupa el nexo entre historia y vida, que ambos estén
íntimamente vinculados, y por eso el título de su escrito de 1873 “De la utilidad
e inutilidad de la historiografía para la vida”. En este contexto Nietzsche parte
por citar a Goethe. Escuchemos:
““Por lo demás, detesto todo aquello que únicamente me instruye pero
sin acrecentar o vivificar de inmediato mi actividad”. Estas son palabras de
Goethe que, como un Ceterum censeo cordialmente expresado, pueden servir
de introducción a nuestra consideración sobre el valor y el no-valor de la
historia”. HAN
Aclaremos que „Ceterum censeo Carthaginem esse delendam“,
traducido: „Por lo demás estimo que Cartago tiene que ser destruido“, es una
sentencia que Catón pronunciaba al final de cada sesión del senado romano,
independiente del tema que se estuviera tratando. Finalmente el senado
aprobó esa destrucción lo que condujo a la Tercera Guerra Púnica y la
consiguiente destrucción.