Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

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09.05.2013 Views

Y luego viene con el ser correspondido en aquella esperanza el nacimiento del amor (cuarta etapa).. La quinta fase corresponde por lo tanto a la primera cristalización. Al respecto, en la cristalización se centra la teoría de Stendhal. Con quien se enamora sucede que la persona amada aparece muy pronto como revestida de brillantes cristales La sexta fase es bien peculiar, ya que corresponde a dudas y vacilaciones, una vez realizada la cristalización, y junto en ello una puesta en cuestión en relación a si el entusiasmo que nos provoca quien nos atrae se justifica realmente o no. Y así llegamos, cuando la relación no sucumbe en las dudas, a la séptima fase: la segunda cristalización. Ésta suele ser más poderosa que la primera, y aún así, puede suceder que se pase otra vez por una fase de dudas, temores, sospechas, a la que seguiría eventualmente una tercera cristalización, y así sucesivamente. Sin duda que, podríamos agregar nosotros, viene posteriormente también ese momento en el que cesan las sucesivas cristalizaciones. Sobre esa base nos preguntamos: si cesa el fenómeno de la cristalización, ¿cesa con ello también el amor? Me atrevería a suponer que en este proceso, por el que tal vez pasan la mayoría de los matrimonios, lo que se produce es más bien una estabilización, sin que esto excluya la posibilidad de que aún en la añosa pareja, continúen gestándose una y otra vez nuevas cristalizaciones. Por otra parte, como en el orden cósmico todo es cíclico, ¿no hay ciertas razones para suponer que así como en la vivencia amorosa se va de la madera, la concha marina o la piedra a la cristalización, a partir de cierto punto ¿sucedería también lo inverso, y sería tal vez en este segundo proceso regresivo, pero no repetitivo, en el que se "prueba" verdaderamente una pareja? 299.La difícil decisión de Schopenhauer. Definitivamente Arthur Schopenhauer estaba destinado a seguir el camino de la empresa y el comercio de su padre Heinrich Floris. Éste siempre se preocupó de que recibiera la mejor formación como tal. Así ya a temprana edad, en 1797, cuando Arthur tiene escasos 9 años, una vez que la familia Schopenhauer se había trasladado de Danzig a Hamburgo, el padre emprende un viaje con su hijo y después de pasar por París, deja a su hijo bajo la tutela de la familia Grégoires de Blésimaire en el puerto de Le Havre, ubicado justo en la desembocadura del Río Sena, y ello con el fin de que aprenda francés, en aquél tiempo necesario para el comercio internacional. La estadía en Le Havre será la época más feliz de su vida, según reconoce el filósofo posteriormente en su Biografía. En el seno de esa familia se hará íntimo amigo de Anthime, amistad que se prolongará en el tiempo. Pero, en esta situación sucede que a la vez pierde (por causa de muerte) al que era su mejor amigo en Hamburgo – Gottfried Jänisch – de una de las familias que marcaron el progreso en la ciudad hanseática. Más tarde, de vuelta en Hamburgo, en 1799, cuando Arthur está ya en los 12 años, el padre lo matricula en el Instituto Privado Runge especial para la formación de futuros comerciantes. Ahí se hace de nuevos amigos – Lorenz Meyer y Karl Godeffroy – y como suele suceder, esta amistad será por unos ocho años, y después nada más que cosa del pasado. El biógrafo de Schopenhauer, Rüdiger Safranski, relata acerca del futuro de esos amigos: Godeffroy será

diplomático en San Petersburgo y Meyer seguirá los pasos de su padre empresario y a su vez llegará a ser senador de Hamburgo. No sabemos mucho a través de Arthur de la célebre visita a Hamburgo en estos años de Lord Nelson, acompañado de quien en verdad era su amante – Lady Hamilton. Según destaca Safranski, la “anglomanía” de los hanseáticos, suscitó que esta visita causara gran sensación. Todo ello sucedió un 23 de Octubre de 1800. Y aunque Nelson venía en esos momentos de defender la Casa Real de Nápoles de un asedio del republicanismo, el recibimiento en Hamburgo igual fue de gran acogimiento, pese a la tradición precisamente republicana de esta ciudad. Durante estos incipientes inicios de una carrera empresarial Arthur ya ha leído a Voltaire y Rousseau, y a estas lecturas se suman otras de varios literatos europeos. A través de esta experiencia Arthur comienza a descubrir que su camino tal vez no es el comercio o la empresa y eso que estamos recién en 1802, cuando cuenta apenas con 14 años. Y como se atreve a manifestarle esto a su padre, éste lo pone de golpe ante la gran encrucijada que marcará de una vez y para siempre el rumbo de su vida: o la vida del neg-otium o del otium, de la carrera hacia el éxito empresarial, o literatura y filosofía (todavía no está del todo claro si será precisamente la filosofía. Y como se da a su vez la ocasión de un viaje por Europa que los padres Heinrich Floris y Johanna se proponen realizar, un viaje netamente cultural, consistente en visitar varios de los relevantes hitos de la cultura europea, el padre traduce la necesidad de decisión por parte de su hijo en algo más duro todavía: hacer el viaje y después la carrera empresarial, o no hacer el viaje y optar de inmediato por lo que llamaríamos las humanidades, lo que se traducía en ese momento en concreto en continuar su formación en un Gymnasium, el Liceo que en la tradición alemana, conduce posteriormente a la universidad. Arthur está todavía en la edad de la pubertad y es perfectamente comprensible que haya optado por el viaje, si bien en secreto su decisión iba macerándose von vientos favorables hacia la filosofía. Curiosamente será Johanna con la que a futuro él tuvo una relación tremendamente conflictiva e incluso de quiebre, quien liberará a Arthur de la pesada carga de la exigencia paterna. 300.La tensa relación entre hombre y naturaleza. La naturaleza se le presenta al ser humano como un “estado salvaje” al cual él procura imprimirle su sello. Mas, estado salvaje no implica desorden; todo lo contrario la naturaleza tiene su orden, y habría que decir incluso que es el orden; pues bien, a este orden el hombre le impone otro propio, lo cual provoca severos trastornos. Las siguientes palabras de Eugen Fink nos invitan a reflexionar sobre esto: “el trabajo está referido al estado salvaje. Esto no debe ser comprendido ahora en ningún sentido romántico. Bajo “estado salvaje” entendemos ahora tan sólo al ente abandonado a sí mismo, a la conexión de la realidad de las cosas, sobre las que no obra ningún ente libre, ningún ente libre finito. En esta conexión de la realidad sólo hay cosas que están ahí de por sí, aquí no hay cosas que sean creadas y producidas a partir de la libertad. El estado salvaje no necesita significar caos, falta de reglas y desorden — quiere decir crecimiento natural, de naturaleza. En tal crecimiento están también incorporados los seres vivos y ellos siguen su huella según su naturaleza. La selva originaria, la estepa está atravesada de seres salvajes, de senderos de

diplomático en San Petersburgo y Meyer seguirá los pasos de su padre<br />

empresario y a su vez llegará a ser senador de Hamburgo.<br />

No sabemos mucho a través de Arthur de la célebre visita a Hamburgo en<br />

estos años de Lord Nelson, acompañado de quien en verdad era su amante –<br />

Lady Hamilton. Según destaca Safranski, la “anglomanía” de los hanseáticos,<br />

suscitó que esta visita causara gran sensación. Todo ello sucedió un 23 de<br />

Octubre de 1800. Y aunque Nelson venía en esos momentos de defender la<br />

Casa Real de Nápoles de un asedio del republicanismo, el recibimiento en<br />

Hamburgo igual fue de gran acogimiento, pese a la tradición precisamente<br />

republicana de esta ciudad.<br />

Durante estos incipientes inicios de una carrera empresarial Arthur ya ha<br />

leído a Voltaire y Rousseau, y a estas lecturas se suman otras de varios literatos<br />

europeos. A través de esta experiencia Arthur comienza a descubrir que su<br />

camino tal vez no es el comercio o la empresa y eso que estamos recién en<br />

1802, cuando cuenta apenas con 14 años. Y como se atreve a manifestarle esto<br />

a su padre, éste lo pone de golpe ante la gran encrucijada que marcará de una<br />

vez y para siempre el rumbo de su vida: o la vida del neg-otium o del otium, de la<br />

carrera hacia el éxito empresarial, o literatura y filosofía (todavía no está del todo<br />

claro si será precisamente la filosofía. Y como se da a su vez la ocasión de un<br />

viaje por Europa que los padres Heinrich Floris y Johanna se proponen realizar,<br />

un viaje netamente cultural, consistente en visitar varios de los relevantes hitos de<br />

la cultura europea, el padre traduce la necesidad de decisión por parte de su hijo<br />

en algo más duro todavía: hacer el viaje y después la carrera empresarial, o no<br />

hacer el viaje y optar de inmediato por lo que llamaríamos las humanidades, lo<br />

que se traducía en ese momento en concreto en continuar su formación en un<br />

Gymnasium, el Liceo que en la tradición alemana, conduce posteriormente a la<br />

universidad. Arthur está todavía en la edad de la pubertad y es perfectamente<br />

comprensible que haya optado por el viaje, si bien en secreto su decisión iba<br />

macerándose von vientos favorables hacia la filosofía. Curiosamente será<br />

Johanna con la que a futuro él tuvo una relación tremendamente conflictiva e<br />

incluso de quiebre, quien liberará a Arthur de la pesada carga de la exigencia<br />

paterna.<br />

300.La tensa relación entre hombre y naturaleza.<br />

La naturaleza se le presenta al ser humano como un “estado salvaje” al cual él<br />

procura imprimirle su sello. Mas, estado salvaje no implica desorden; todo lo<br />

contrario la naturaleza tiene su orden, y habría que decir incluso que es el orden;<br />

pues bien, a este orden el hombre le impone otro propio, lo cual provoca severos<br />

trastornos. Las siguientes palabras de Eugen Fink nos invitan a reflexionar sobre<br />

esto:<br />

“el trabajo está referido al estado salvaje. Esto no debe ser comprendido<br />

ahora en ningún sentido romántico. Bajo “estado salvaje” entendemos ahora<br />

tan sólo al ente abandonado a sí mismo, a la conexión de la realidad de las<br />

cosas, sobre las que no obra ningún ente libre, ningún ente libre finito. En esta<br />

conexión de la realidad sólo hay cosas que están ahí de por sí, aquí no hay<br />

cosas que sean creadas y producidas a partir de la libertad. El estado salvaje<br />

no necesita significar caos, falta de reglas y desorden — quiere decir<br />

crecimiento natural, de naturaleza. En tal crecimiento están también<br />

incorporados los seres vivos y ellos siguen su huella según su naturaleza. La<br />

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