Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
transponerse a lo pasado y futuro, puede aprender a tener experiencias y<br />
preocuparse de la previsión, puede volverse astuto a partir de los perjuicios. El<br />
hombre ha aprendido a esquivar las carencias que vuelven siempre una y otra<br />
vez, enfrentándolas a través de la planificación – en el tiempo pletórico pensar<br />
ya en el tiempo de carencia /…/”.<br />
276.Eugen Fink: “El hombre tiene su posible grandeza sólo en el espacio de su<br />
miseria”.<br />
Si Heráclito piensa en la lucha de los contrarios y cómo la vida y lo viviente<br />
surge de esa contrariedad, y posteriormente Hegel piensa que la negación es<br />
constitutiva de cada fenómeno, tal vez uno de los terrenos donde más se<br />
corrobora esto es en los afectos, en lo anímico, como en los valores. Respecto<br />
de los segundos – los valores – podemos decir con Max Scheler que cada valor<br />
depende en su vigencia de la presencia del contrario; así, si lo que domina es<br />
la justicia, su demanda se acrecienta en la medida en que falta. Y así también<br />
ocurre con el sufrimiento y la felicidad. Esta última – la felicidad – la sentimos<br />
con fuerza cuando es sobre la base de la superación del sufrimiento, y<br />
agreguemos que al parecer cuando no es así, tendemos a no sentirla ni<br />
reconocerla, y ello se traduce en que no aprovechamos esos momentos. Con la<br />
vivencia de la felicidad en nuestra sociedad, que es eminentemente laboral,<br />
sucede lo mismo y su vivencia conlleva por lo general la marca del trabajo<br />
realizado y la fatiga que éste trae consigo. Escuchemos a Eugen Fink<br />
reflexionar sobre esto:<br />
“El trabajo como fenómeno del vivir humano es únicamente conocido,<br />
experimentado por la mayoría de los hombres, sufrido como penalidad, como<br />
tormento cotidiano, como tributo que saldamos — sólo pocas “excepciones”<br />
parasitarias de la sociedad, mendigos y ociosos opulentos pueden sustraerse a<br />
él; pero también ellos viven del trabajo de sus congéneres, su existencia inútil<br />
depende de los otros, que la sostienen. El desprecio que afecta a los parásitos,<br />
tiene su razón más profunda en el déficit, en la atrofia de un momento<br />
existencial esencial; ellos son lisiados existenciales. A través del trabajo damos<br />
testimonio de manera especial de nuestra finitud, de la grandeza y la miseria de<br />
nuestra existencia. En el trabajo experimentamos la dureza, carga y esfuerzo<br />
de nuestra vida, pero a la vez también la felicidad del logro. El trabajo es una<br />
fuente de experiencias opresivas y felices, a saber, que la felicidad presupone<br />
precisamente la opresión y recién es posible sobre su fondo. Esto constituye<br />
una constelación completamente peculiar. La felicidad humana siempre surge<br />
desde el fondo del sufrimiento — no es la bienaventuranza nunca insufrible del<br />
dios; está atravesada por el saber de su fragilidad, de su naturaleza fugaz.<br />
Nuestra felicidad tiene el color de nuestra tristeza y en nuestra tristeza brilla<br />
como una estrella en la noche ya la felicidad finita futura. Esta ambivalencia<br />
permite aclarar que muchas de nuestras “contrariedades” estén encadenadas y<br />
atadas entre sí, que no pueden una sin la otra, que se presuponen<br />
recíprocamente. El hombre tiene su posible grandeza sólo en el espacio de su<br />
miseria”.<br />
277.El lujo se convierte en una “segunda naturaleza” del hombre.<br />
Con todo lo cuestionable que pueda parecer el lujo, sobre todo en un mundo de<br />
tanta carestía en el que sucede incluso que algunos sectores de la población<br />
mundial padecen de desabastecimiento de agua, sin embargo es el lujo y lo