Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
determinado por la relación dominio-sumisión. Naturalmente esta relación<br />
acontece de modo distinto, según ella se da en términos sociales, políticos o<br />
económicos. Ella se expresa en lo amoroso en un ámbito sentimental, y<br />
sutilmente en la pareja uno es el que domina y el otro el que se somete. En todo<br />
caso, probablemente en la medida en que una relación va logrando un más alto<br />
grado de madurez esa diferencia y tensión tiende a disiparse. En el amor<br />
profundo, que nace más allá de un mero enamoramiento, aquel sentimiento de<br />
dependencia se aminora, pero, sin duda que siempre está, siempre hay alguna<br />
forma de relación dominio-sumisión que recae sobre uno de los dos en particular,<br />
unidos por un sentimiento o pasión.<br />
Así también Roland Barthes, al reflexionar sobre el amor, plantea que<br />
históricamente incluso se ha producido una inversión en la relación hombremujer.<br />
Tradicionalmente era más bien la mujer la que - cual Penélope - esperaba<br />
al héroe, al guerrero, al campeón, y en esa espera de infinita paciencia sufría, se<br />
angustiaba, se desesperaba, pero permanecía siempre honesta y fiel. Pero esta<br />
dependencia, esto que llama Barthes "vasallaje amoroso" se ha invertido<br />
significamente, dándose hoy esos estados anímicos casi más en el hombre que<br />
en la mujer.<br />
Éste término ‘vasallaje amoroso’ está muy bien elegido, desde el momento<br />
que se apoya en el concepto medieval del ‘vasallaje’, es decir, la relación que se<br />
daba entre el vasallo y su Señor, que le brindaba protección, a cambio del pago<br />
de tributos. Y en el caso del amor, ocurre pues que uno de los dos – él o ella – se<br />
declara vasallo de su señor – cualquiera de los dos, dependiendo del caso.<br />
Y este vasallaje al que nos sometemos, si bien nos puede en algunos<br />
casos humillar, sin embargo igualmente lo queremos resguardar. El es quizás a<br />
ratos una “dulce”, pero a ratos también “pesada dependencia”. Sin embargo, por<br />
otro lado, el mencionaddo vasallaje es al mismo tiempo para Barthes expresión<br />
de una futilidad: estamos frecuentemente pendientes, por ejemplo, del llamado<br />
telefónico, y cosas así. Escuchemos:<br />
“La mecánica del vasallaje amoroso exige una futilidad sin fondo. Puesto<br />
que para que la dependencia se manifieste en su pureza es necesario que estalle<br />
en las circunstancias más irrisorias y devenga inconfesable a fuerza de<br />
pusilanimidad: esperar un llamado telefónico es de algún modo una dependencia<br />
demasiado burda;/.../y, como ese llamado telefónico, que no quiero perder, me<br />
aportará alguna nueva ocasión de someterme, se diría que actúo enérgicamente<br />
para preservar el espacio mismo de la dependencia y permitir a tal dependencia<br />
que se ejerza: estoy enloquecido de dependencia, pero además/.../estoy<br />
humillado por ese enloquecimiento” (p. 92).<br />
218.El enamorado y el juego de las sillas musicales.<br />
El perfil del enamorado es muy singular. A Roland Barthes en sus Fragmentos de<br />
un discurso amoroso le interesa describir esta singular figura. Tengamos en<br />
cuenta por de pronto como la ha caracterizado Stendhal en la siguiente<br />
descripción, teniendo como modelo al Werther de Goethe:<br />
“El amor de Werther es como el sentimiento de un colegial que ha hecho<br />
una tragedia, y mil veces mejor: es un nuevo fin en la vida, un nuevo fin en el que<br />
se concentra todo y que cambia la faz de todas las cosas. El amor pasión<br />
presenta a los ojos de un hombre toda la naturaleza con sus aspectos sublimes<br />
como una novedad recién inventada. Se asombra de no haber visto el