Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

puede suceder a la vez que aquellas fuentes ocasionales se transformen en
fuentes persistentes del sentido. En el caso de nuestro ejemplo: nos hacemos
finalmente amigos con aquella persona. Y en la medida en que aquella amistad
se prolonga en el tiempo, con ello mismo se prueba que se ha convertido para
nosotros, y de manera recíproca, en fuente persistente de sentido.
Pues bien sucede que en nuestras fuentes persistentes de sentido,
como el matrimonio o la profesión, intentamos echar cada vez más raíces,
como que todo se centra en definitiva en ellas y constituyen el motivo de
nuestros desvelos y de nuestra lucha. La verdad es que no conocemos
alternativa suficientemente convincente. Visiblemente ello guarda a su vez
relación con el tiempo, ya que, de alguna manera, al sentido lo podemos ver
como una estrategia para enfrentar el paso inexorable del tiempo. A propósito
de ello, Octavio Paz ha pensado en el amor en esta misma perspectiva, a
saber, como la estrategia más exitosa que hasta ahora ha conocido el hombre
para enfrentar el paso del tiempo. Pues bien, que tanto del sentido como del
amor podamos decir que se trata de estas “estrategias” (término que, en este
caso, usamos en sentido figurativo) no es casual, desde el momento que en
cuanto a la pregunta por el sentido de la existencia humana, tal vez no
conocemos mejor respuesta que la del amor: estamos aquí en definitiva para
amar, para darle vida a todo, vivificar no solamente a las personas que nos
rodean, sino nuestro entorno y la comunidad a que pertenecemos, con el don
del amor.
Este alcance del amor en términos de vivificar, de dar vida, por supuesto
que habría que decir que ante todo es cristiano, pero también lo han
desarrollado de un modo original, cada uno a su manera, José Ortega y Gasset
y Karl Jaspers.
Mas, por otro lado, la insistencia excesiva en las fuentes persistentes,
trae consigo que las fuentes ocasionales se posterguen, y es en ellas donde
nacen, donde se originan sentidos nuevos. Ello se entiende porque, de uno u
otro modo, ya estamos afincados en una fuente persistente, y queremos evitar
que algo de carácter ocasional nos distraiga y nos pueda apartar de esa fuente
persistente. Esto cobra tal peso que incluso se genera más que nada un temor
a las fuentes ocasionales.
Cuando ello se presenta en un grado extremo, seguramente que nos
encontramos ad portas de una crisis de sentido, en la cual sucede que nuestras
fuentes persistentes, debido a renovarse, a no dejar que entre aire fresco en
ellas, comienzan a transformarse en una rutina tediosa y hasta insoportable. A
partir de ello se explica también que pueda generarse un trend por las fuentes
ocasionales, rehuyendo siempre del compromiso, lo cual nuevamente genera
extravío, sólo que de distinta naturaleza.
193.La “des-realidad” que vive el enamorado.
Tal vez podría decirse que Roland Barthes, el filósofo francés que naciera en
Cherburgo, en su obra Fragmentos de un discurso amoroso, más que hablar del
amor, de lo que trata es del enamoramiento. Como que en vistas del carácter
efímero y evanescente que siempre se le está reconociendo a la vivencia
amorosa, puede ésta comenzar arbitrariamente en algún momento y también
terminar del mismo modo.