Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

La muerte se presenta, por otra parte, como la única certeza existencial
absoluta. De todas las otras posibilidades que me determinan, como que pueda
ser esto o lo otro, todo ello resulta siempre incierto, pero no que he de morir. La
muerte es a la vez en Heidegger la posibilidad de la imposibilidad, porque, de
acuerdo con ella, se anulan todas las posibilidades de las que disponemos en
tanto existimos.
184.Fuentes programáticas del sentido.
Cuando nos preguntamos por el sentido existencial, visiblemente lo podemos
encontrar en unas que podemos llamar “fuentes dispensadoras de sentido”. Y
entre ellas, ante todo podemos reconocer unos grandes referentes de la
humanidad donde el hombre siempre ha encontrado sentido. A estas las
llamamos “fuentes referenciales del sentido”, entre las cuales se cuenta el
amor, la amistad, el juego, el saber, el trabajo, y otros.
En lo fundamental, estas fuentes referenciales serían a-históricas. En
mayor o menor grado, con un mayor o menor énfasis en una u otra, las
sociedades, la humanidad toda ha estado encontrando sentido en el trabajo, el
amor, el juego, y demás, y ello naturalmente depende también de distintos
momentos y épocas en la historia de un pueblo o de una sociedad en
particular. Pero, en su conjunto estas fuentes referenciales se mantienen y
perduran más allá de los avatares y las vicisitudes históricas.
Pero, habría otras fuentes dispensadoras del sentido, que serían no sólo
históricas, sino que incluso sucede que la historia la hacemos a partir de ellas.
A éstas las llamamos “fuentes programáticas del sentido”. Sin duda podemos
reconocer que la religión es una tremenda fuente dispensadora de sentido,
como también lo es el arte, la ciencia, la política, y otros, y ellas revelan una
duración histórica notable. Es más, claramente advertimos que el hombre
configura, construye, proyecta el mundo sobre la base de estas fuentes del
sentido: arte – técnica – ciencia – economía – derecho – política – moral –
religión - filosofía. Pues bien, a ellas las llamaremos ‘fuentes programáticas del
sentido’. Su duración cabría describirla como histórica, en cuanto a que están
sujetas al devenir histórico. Además de históricas son particularmente
mutables. Si bien son durables, ellas pueden nacer o morir en cierto momento;
desde luego, la mayoría de ellas las encontramos en sociedades y culturas
prácticamente desde su mismo nacimiento y se mantienen incólumes, como
hasta cierto punto es el caso de la religión. Pero la ciencia no siempre ha
estado. La economía, el derecho, el arte, la técnica y la moral son susceptibles
de significativas variaciones y modificaciones.
Lo interesante de estas fuentes programáticas es no solamente que el
hombre hace la historia a partir de ellas, sino antes que eso, que lo que
llamamos “mundo” es siempre también el resultado de ellas. En efecto,
podemos entender por ‘mundo’ lo que resulta de la proyección de sentido
propia del arte, la técnica, la ciencia, la economía, el derecho, y otras. El
hombre es tan esencialmente “buscador de sentido” como “proyectante de
mundo”, y su manera de proyectar el mundo sobre el espacio, en principio
infinito, del cosmos, se canaliza a través de las fuentes programáticas del
sentido.
185.”Estática” y “dinámica” del sentido.