Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

que un visitante en este reino, que quiere aprender el camino de vuelta al hogar
de origen”.
En los siguientes años el ahora llamado Lü Tung-pin vivió en una
cabaña, vació su mente, fortaleció su cuerpo y siguió la doctrina del tao.
Un día Chuangli Ch’uan apareció en su cabaña y felicitó a Lü Tung-pin
por el trabajo que había realizado consigo mismo. Le preguntó si acaso ahora
se sentía preparado para conocer las artes de la longevidad, a lo que nuestro
protagonista asintió. El maestro Ch’uan le dijo que por de pronto le enseñaría a
transformar las piedras en oro. Lü Tung-pin preguntó entonces si acaso esas
pepitas de oro permanecerían para siempre como tales. Ch’uan respondió que
no y que se mantendrían como áureas por tres mil años, después de lo cual
volverían a ser piedras. Entonces Lü Tung-pin le manifestó que no se
interesaba en aprender esta técnica porque podría causar daño a la gente.
Ch’uan suspiró y dijo entonces que su comprensión del Tao era superior
a la de él.
¿Qué nos enseña este cuento taoísta? Que cualquier cosa temporal y
aunque dure tres mil años, no vale nada comparado con la eternidad, con el
Tao, que es precisamente eterno.
169.Chin Yen y el arte de la longevidad.
En la tradición China el arte de la longevidad tiene tal peso que es notable
como este arte se expresa no solamente en textos taoístas o budistas, sino que
en la vida real. Así el Emperador Chin Yen del siglo III a.C. estuvo marcado por
esa obsesión. Se trata nada menos que del Emperador bajo cuyo reinado se
construyó la muralla de China, se creó el alfabeto que hasta el día de hoy es
propio de China, y China se convirtió en un gran imperio. Esta obsesión se
refleja en su esperanza de lograr él mismo la inmortalidad, para lo cual,
asesorado por un médico, comienza a ingerir azogue, mercurio líquido, bajo la
creencia errónea que ello le prolongaría la vida. Pues bien, sucede más bien lo
contrario, ya que muere con 50 años de edad. Mas, antes de ello, como el
mercurio líquido afecta seriamente los nervios, el emperador se fue volviendo
cada vez más un paranoico con muchos rasgos de locura. Esta creencia, para
nosotros infundada, en las propiedades del mercurio, se debe a que, por ser
este elemento capaz de disolver el oro, se le atribuían cualidades
sobresalientes e incluso mágicas.
A Chin Yen se debe también aquel increíble ejército de figuras humanas
de terracota, cada una de las cuales mide en promedio 1.80 mts. y que fue
descubierto y desenterrado recién en 1974, habiendo permanecido oculto por
lo tanto por más de 2.000 años. Hasta ahora se han descubierto más de mil de
esas esculturas que sorprenden no sólo por su estatura, sino por el detalle y los
matices sobre todo del rostro de cada uno de los soldados de pie, con que
fueron esculpidas. Ello es parte de todo una compleja necrópolis. Y, lo que es
todavía más importante en relación con la longevidad, es que en el sector
donde está la propia tumba del emperador, y que se ha optado por no abrir,
con el fin de respetar su descanso eterno, está representado el imperio chino
que logró construir Chin Yen atravesado por ríos de azogue, y rodeado por un
mar también de azogue.
Como toda gran historia, y ésta tiene incluso ribetes mágicos, ella nos
brinda una lección, cual es que quien busca la longevidad o la inmortalidad, lo