Relatos y pensamientos - cristobal holzapfel

una cuestión del punto de vista que adoptemos. Mas, de ninguna manera
puede decirse que Spinoza haya sido ateo, desde el momento que Dios es
para él todo, el alfa y ómega del universo. Y si se trata de la cuestión de la
impersonalidad de Dios, esto se explica muy bien a partir de una metáfora que
él mismo nos propone: suponer que Dios es persona equivale a creer que un
can, un perro, podría ser como la constelación celeste del mismo nombre – can
– así la extrapolación del ser-persona de los hombres al supuesto Dios.
Y algo más llama particularmente la atención en el caso de Spinoza, el
filósofo probablemente más vilipendiado de toda la historia de la filosofía tanto
por la Sinagoga como por la Iglesia, y es que él destaca muy especialmente
por ser el pensador de la tolerancia, aquél con quien comienza propiamente
este pensamiento en Occidente. Pues bien, respecto de su posición de la
impersonalidad divina no hubo tolerancia alguna respecto de él.
Siguiendo una línea similar de pensamiento el jóven Fichte, recién
llegado en 1791 a Königsberg a conocer al maestro, al que ya era conocido
como una luminaria en el norte de Europa – Kant – debido a que éste tarda
mucho en volver a recibir al jóven admirador, en el interludio de unos 40 días
escribe éste último la obra Ensayo de una crítica de toda revelación, que
aparece al año siguiente. Entre otras cosas a propósito de nuestro tema,
leemos allí lo siguiente:
“Este orden moral viviente y actuante es el mismo Dios; no tenemos
necesidad de ningún otro Dios, y no podemos captar otro”.
Y, andando el tiempo, Fichte habrá de pagar caro por ello: la expulsión
de la Universidad de Jena.
149.Pensadores que abiertamente proponen la filosofía como filosofía
teológica.
Desde temprano se ha mostrado que la preocupación filosófica, expresada al
modo de la pregunta por el ser deriva en una preocupación pareja por Dios.
Esta tesis está avalada por Heidegger a través de su idea de que habría una
«estructura onto-teo-lógica de la metafísica».
Wilhelm Weischedel, reconociendo también la presencia determinante de
esa estructura, dice:
“La exigencia de llegar a proposiciones sobre Dios acompaña a toda la
historia de la filosofía; es más, ello constituye en extensos períodos su
impulso esencial; y esto es tanto así que no se va descaminado, cuando se
observan los esfuerzos de la filosofía teológica como el acontecer
fundamental de la historia de la filosofía”.
El mismo Weischedel trae una colección de citas que avalan esa tesis,
dispersas a lo largo de su obra; de ellas selecciono aquellas que
específicamente se refieren al hombre definido por su relación con dios, o a la
tarea de la filosofía, definida como pregunta por dios, aun las que
corresponden a la filosofía atea, posición a la que adhiere el propio
Weischedel:
Fichte: «la verdadera filosofía /... / arranca de la vida única, pura y
divina». «Sólo es Dios, y fuera de él, nada».
Schelling: La filosofía es «ciencia del absoluto», «ciencia de lo divino»
.«Contemplación de Dios», «servicio a Dios (Gottesdienst)».