La situación espiritual según Jaspers - cristobal holzapfel
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“<strong>La</strong> fiesta del pensamiento”<br />
Realización: Cristóbal Holzapfel<br />
Programa No. 342 para la Radio de la Universidad de Chile<br />
Ciclo: Filosofía de la historia 25<br />
Cap.: De cómo piensa <strong>Jaspers</strong> la <strong>situación</strong> <strong>espiritual</strong> de nuestro tiempo<br />
Audición: sábado 2 de noviembre a las 13,30 hrs.<br />
y domingo 3 de noviembre de 2002 a las 17 hrs.<br />
Estamos viendo que, de acuerdo al pensamiento desarrollado por Karl<br />
<strong>Jaspers</strong> en <strong>La</strong> <strong>situación</strong> <strong>espiritual</strong> de nuestro tiempo, publicado en 1932, en<br />
aquel tiempo, distante de nosotros en 70 años, avizoraba él perfectamente que<br />
tal vez las grandes posibles catástrofes del futuro no serán de la naturaleza,<br />
sino producidas por la técnica que nosotros mismos, los seres humanos,<br />
hemos desarrollado y aplicado en nuestro dominio del mundo. Y resulta que la<br />
pretensión ha sido precisamente de lograr un dominio seguro que pueda<br />
garantizar una vida armónica para el mayor número de personas, cuando no<br />
para todas, alcanzando de este modo el anhelado logro del bien común. Se<br />
trata de un mundo sometido en definitiva a una rigurosa planificación técnica y<br />
científica exitosa. Mas, nuestro pensador nos pone en guardia al respecto<br />
Escuchemos:<br />
“Sin embargo, un tal estado es imposible. Poderes naturales<br />
impredecibles, potenciados a catástrofes técnicas, en cuanto a sus efectos<br />
devastadores, se interponen. Hay la desgracia específica de la falla técnica.<br />
Quizás un permanente combate de las pestes le arrebata a los hombres toda<br />
inmunidad, de tal manera que queden indefensos y expuestos a una peste<br />
impredecible. <strong>La</strong> pacificación a través del control de la natalidad es algo<br />
fácilmente pensado; sin embargo, el deseo de reproductibilidad, más fuerte en<br />
unos que en otros, retomará la batalla. <strong>La</strong> eugenesia no impedirá la<br />
conservación de los más débiles y el imparable empeoramiento racial; porque<br />
ya no se tiene más una medida objetiva para un juicio de valor de selección;<br />
aún más, esta /medida/ está reñida con la multiplicidad de las tipologías<br />
humanas originarias y sus posibilidades” (p. 63-64). HAJ<br />
P 1<br />
En el pasaje citado de <strong>Jaspers</strong> es tanto lo que se condensa. Diría que<br />
conjugan aquí distintas ideas que podríamos nombrar como felicidad,<br />
planificación, profilaxis, dominio.<br />
Veamos en qué forma: por de pronto, el hombre que anhela alcanzar un<br />
estado como individuo, como sociedad, y por último, como humanidad, de<br />
felicidad, y junto con ello de armonía, de justicia y de bien común. Ya<br />
Aristóteles se preocupa de aclarar que la eudaimonía, la felicidad no hay razón<br />
para librarla al azar o considerarla como un don de los dioses, y que, al<br />
contrario, ella se puede construir: la felicidad viene a ser el fruto de una<br />
actividad, a saber la actividad que se atiene al camino de la virtud. Podríamos<br />
reconocer como esto ha tenido un poder sobre la civilización occidental y es<br />
algo íntimamente vinculado con la fuerza de la razón que no deja nada fuera, y<br />
se adjudica una ingerencia incluso en lo relativo a cómo ser felices.