La situación espiritual según Jaspers - cristobal holzapfel

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09.05.2013 Views

planificado, de acuerdo a lo cual el descubrir mismo pasa a ser metódico y provocado” (p. 18). Jaspers describe a su vez este proceso de conquista del planeta en términos de una europeización, y respecto de lo cual el siglo XIX ha significado su completación. Ello lo podemos ver también como un movimiento de una aceleración cada vez mayor que ha llevado la marca de la modernidad, con el destacarse de personalidades individuales. Y agrega nuestro pensador que en ello se ha sentido como la historia de estos últimos siglos ha sido atravesada por “el orgullo de líderes y conductores, el júbilo de descubridores, la osadía calculada, la experiencia de límites extremos”, en todo lo cual se ha conservado igualmente cierta vida interior de la que ha emanado la fuerza para todas esas grandes realizaciones. Sin embargo, hemos llegado finalmente a un límite. Jaspers: “el movimiento de conquista externo se ha topado con su límite; el movimiento desplegado se encuentra al final con el rebote de sí mismo” (p. 19). HAJ En ello observamos un anticipo de lo que ha llegado a preocuparnos a nosotros y que viene a ser una marca de nuestro tiempo: el fin de la historia. Relativamente a este punto, el pensador francés Jean Baudrillard habla de algo que él llama “el punto Canetti” en su obra mayor Las estrategias fatales. Con ello se refiere a algún pasaje de la obra del escritor y Premio Nóbel Elías Canetti, en donde hay una alusión a un momento que no sabríamos ubicar con precisión, a partir del cual lo que conocemos como realidad e historia habría quedado atrás y que ya no podríamos recuperar. P 2 Y, de un modo similar a como aparece esto también en Baudrillard, si lo que nos caracteriza, sobre todo como hombres modernos, es un tiempo lineal del progreso, pareciera que a partir de este punto (“el punto Canetti”) sucedería que podríamos, de algún modo, retornar al tiempo cíclico característico del hombre arcaico. Mas, para Jaspers esto se muestra como un imposible, no obstante darse cuenta de que ya en los años treinta estaríamos a un paso de ello. Escuchemos: “Los principios del hombre occidental descartan la estabilidad del mero repetirse en círculo. Cada cosa conocida impulsa al mismo tiempo hacia nuevas posibilidades. La realidad no consiste en un ser-así, sino que tiene que ser asumida como un conocimiento que significa a la vez alteración y acción” (p. 19). HAJ Siguiendo esta comparación con Baudrillard, cabe agregar aquí, por último, siguiendo al pensador francés, cuando la velocidad es demasiado alta, da la impresión que no avanzáramos, como que todo se volviera más lento, así nos dice también Jaspers, adelantándose con ello a lo que decenios más tarde se describirá como “velocidad del cambio”. Jaspers: “La rapidez de los movimientos ha crecido de siglo en siglo. Nada está más firme, todo es cuestionado y arrastrado hacia una posible modificación, pero finalmente en una fricción interna que no conociera como tal el siglo XIX” (p. 19). P 3 El pensador, nacido en Oldenburg, nos dice que incluso hay una sensación de quiebre en todo, y hace alusión a como al parecer esto se viene

preparando desde antaño. Ya en el Antiguo Egipto encontramos el siguiente papiro que, citado por Jaspers, dice lo siguiente: “Los saqueadores están por todas partes...ya no se ara, cada uno dice: ya no sabemos lo que ocurre en el reino...La suciedad está en el reino, ya no hay nadie con trajes blancos...el reino se da vuelto como el disco del tornero...Ya no hay más seres humanos...El oro y el lapislázuli son colgados en los cuellos de las esclavas...la risa ha sucumbido...Los grandes y los chicos dicen: que yo no hubiera sido traído al mundo...A los ciudadanos se los ha puesto en la piedra del molino...las damas son como esclavas...Se roba los desperdicios del hocico de los cerdos, porque se tiene tanta hambre...Las oficinas son abiertas y sus listas se continúan...los escribanos, cuyas actas son destruidas...Se agrega a ello que se roba la tierra del reino por parte de unas pocas gentes descriteriadas...El secreto de los reyes es expuesto...Los funcionarios del reino son perseguidos...no hay un servicio que ya se realiza en el lugar apropiado, y ellos aparecen como rebaño amontonado sin pastor...ningún artista trabaja más...los hombres asesinan a los pocos que quedan...el que nada poseía posee ahora tesoros, y el más grande lo alaba...el que nada sabía de su dios le hace ahora sacrificios con el incienso de otro...la libertad ha llegado a todas las personas...Ay que finalmente se acabe todo con el hombre y no haya más embarazos ni partos. Que se calle la Tierra de tanto ruido y que no haya más rencillas...” (p. 19-20). P 4 Dentro del Ciclo “Filosofía de la historia” continuamos el próximo sábado a la una y media de la tarde, programa que se retransmite el domingo a las cinco de la tarde, con el tema “De cómo piensa Jaspers la situación espiritual de nuestro tiempo”.

planificado, de acuerdo a lo cual el descubrir mismo pasa a ser metódico y<br />

provocado” (p. 18).<br />

<strong>Jaspers</strong> describe a su vez este proceso de conquista del planeta en<br />

términos de una europeización, y respecto de lo cual el siglo XIX ha significado<br />

su completación. Ello lo podemos ver también como un movimiento de una<br />

aceleración cada vez mayor que ha llevado la marca de la modernidad, con el<br />

destacarse de personalidades individuales. Y agrega nuestro pensador que en<br />

ello se ha sentido como la historia de estos últimos siglos ha sido atravesada<br />

por “el orgullo de líderes y conductores, el júbilo de descubridores, la osadía<br />

calculada, la experiencia de límites extremos”, en todo lo cual se ha<br />

conservado igualmente cierta vida interior de la que ha emanado la fuerza para<br />

todas esas grandes realizaciones.<br />

Sin embargo, hemos llegado finalmente a un límite. <strong>Jaspers</strong>:<br />

“el movimiento de conquista externo se ha topado con su límite; el<br />

movimiento desplegado se encuentra al final con el rebote de sí mismo” (p. 19).<br />

HAJ<br />

En ello observamos un anticipo de lo que ha llegado a preocuparnos a<br />

nosotros y que viene a ser una marca de nuestro tiempo: el fin de la historia.<br />

Relativamente a este punto, el pensador francés Jean Baudrillard habla<br />

de algo que él llama “el punto Canetti” en su obra mayor <strong>La</strong>s estrategias<br />

fatales. Con ello se refiere a algún pasaje de la obra del escritor y Premio Nóbel<br />

Elías Canetti, en donde hay una alusión a un momento que no sabríamos<br />

ubicar con precisión, a partir del cual lo que conocemos como realidad e<br />

historia habría quedado atrás y que ya no podríamos recuperar.<br />

P 2<br />

Y, de un modo similar a como aparece esto también en Baudrillard, si lo<br />

que nos caracteriza, sobre todo como hombres modernos, es un tiempo lineal<br />

del progreso, pareciera que a partir de este punto (“el punto Canetti”) sucedería<br />

que podríamos, de algún modo, retornar al tiempo cíclico característico del<br />

hombre arcaico. Mas, para <strong>Jaspers</strong> esto se muestra como un imposible, no<br />

obstante darse cuenta de que ya en los años treinta estaríamos a un paso de<br />

ello. Escuchemos:<br />

“Los principios del hombre occidental descartan la estabilidad del mero<br />

repetirse en círculo. Cada cosa conocida impulsa al mismo tiempo hacia<br />

nuevas posibilidades. <strong>La</strong> realidad no consiste en un ser-así, sino que tiene que<br />

ser asumida como un conocimiento que significa a la vez alteración y acción”<br />

(p. 19). HAJ<br />

Siguiendo esta comparación con Baudrillard, cabe agregar aquí, por<br />

último, siguiendo al pensador francés, cuando la velocidad es demasiado alta,<br />

da la impresión que no avanzáramos, como que todo se volviera más lento, así<br />

nos dice también <strong>Jaspers</strong>, adelantándose con ello a lo que decenios más tarde<br />

se describirá como “velocidad del cambio”. <strong>Jaspers</strong>:<br />

“<strong>La</strong> rapidez de los movimientos ha crecido de siglo en siglo. Nada está<br />

más firme, todo es cuestionado y arrastrado hacia una posible modificación,<br />

pero finalmente en una fricción interna que no conociera como tal el siglo XIX”<br />

(p. 19).<br />

P 3<br />

El pensador, nacido en Oldenburg, nos dice que incluso hay una<br />

sensación de quiebre en todo, y hace alusión a como al parecer esto se viene

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