1. - Castellnou Edicions
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—No –respondió el joven riéndose–.Aparte de dos enormes gatos que han venido<br />
a hacerme compañía.<br />
—Debería quedarse –sugirió el campesino–. El rey ha prometido a su hija en matrimonio<br />
a aquel que pase tres noches en el castillo y lo libere de su maleficio.<br />
Cuando llegó la segunda noche, el joven regresó al lugar.Todo estaba tan tranquilo y<br />
desierto como el día anterior. Se instaló en la misma habitación y se quedó dormido.<br />
A medianoche le despertó un alarido procedente de la chimenea.Acababa de ponerse<br />
de pie cuando un hombre de aspecto terrible surgió delante de él, luego otro y otro<br />
más…<br />
Muy pronto se vio rodeado por nueve bandoleros que empezaron a jugar con las<br />
cabezas de los muertos que habían llevado hasta allí.<br />
—¿Puedo jugar? –preguntó el joven.<br />
—Si tienes algo que apostar… –respondió uno de los hombres con un gruñido.<br />
Jugaron y apostaron durante toda la noche y, al amanecer, desaparecieron.<br />
La tercera noche lo encontró en el mismo lugar.A medianoche chirrió la puerta del<br />
salón y apareció una sombra gigantesca: era un anciano de barba blanca.<br />
—¡No tenías que haber venido! –le dijo, amenazador–. Ahora morirás… excepto si<br />
puedes demostrar que eres más fuerte que yo.<br />
—¿Qué debo hacer? –le preguntó el joven.<br />
Sin decir una palabra, el anciano dio media vuelta y lo arrastró por un laberinto de<br />
pasillos y subterráneos.Al final había un yunque y un hacha. El anciano le alargó el hacha<br />
al muchacho.<br />
—Si rompes este yunque, estás libre…<br />
Pero antes de terminar la frase, el joven ya había blandido el hacha, golpeado y enganchado<br />
la barba del anciano en la hendidura del yunque.<br />
—¿Y ahora? –preguntó.<br />
—¡Sácame de aquí! –gritó el anciano.<br />
—¡Únicamente si prometes que vas a desaparecer con tus demonios! –dijo el muchacho.<br />
Aquella mañana, cuando el joven salió del castillo, le esperaba el rey en persona.<br />
Como había prometido, le entregó a su hija. En cuanto al castillo, al librarlo de su sortilegio<br />
se transformó en una alegre morada donde se instaló la joven pareja.<br />
Adaptación de un cuento francés recogido en Mil años de cuentos de miedo<br />
PROPUESTAS<br />
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