“APROVECHANDO BIEN EL TIEMPO.” - XFATBoY
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28 POR WILLIAM SOTO SANTIAGO<br />
Bendición de Dios.<br />
Hay personas que no aprecian las Bendiciones de Dios, como<br />
Esaú; y pierden las Bendiciones, y después tratan de recuperar esas<br />
Bendiciones, y ya es imposible.<br />
Después dicen: “Si yo hubiera hecho así y así, no hubiera<br />
perdido esta Bendición, y ya estaría como fulano de tal, ya estaría<br />
de adelantado como fulano o zutano, estaría haciendo esto y lo<br />
otro.<strong>”</strong> Pero la persona solamente puede ver hasta dónde hubiera<br />
llegado; pero por cuanto menospreció la bendición de Dios, la<br />
bendición de Dios pasó a otra persona.<br />
Nunca dejemos que la Bendición de Dios salga de nuestras<br />
manos, de nuestro corazón, de nuestra alma; porque es lo único<br />
que enriquece y no añade tristeza; y es una bendición, no solamente<br />
para este tiempo, sino para toda la Eternidad. Y aunque en este<br />
tiempo algunas personas no se dan cuenta lo grande que es la<br />
Bendición de Dios, aunque no lo notan mucho, algunas personas,<br />
es lo más grande que usted puede tener.<br />
El dinero puede tenerlo y luego perderlo, la salud también, la<br />
vida terrenal (aquí en este cuerpo) también; pero la Bendición de<br />
Dios, si la persona la ama, la aprecia, y aprecia y permanece firme<br />
en la Palabra de Dios, nunca la pierde: Es para toda la Eternidad.<br />
“<strong>EL</strong> LLAMADO FINAL DE LOS ESCOGIDOS<strong>”</strong><br />
Por William Soto Santiago<br />
12/02/95 - Santafé de Bogotá, Colombia.<br />
Tomo 44, pág. 118. - La Escritura dice: “Si hoy oyes la Voz de<br />
Dios, no endurezcas tu corazón,<strong>”</strong> Como hicieron ¿quiénes? Allá el<br />
pueblo hebreo en el desierto, como hizo el pueblo hebreo en el<br />
desierto, que endureció el corazón a la Palabra de Dios por medio<br />
de Moisés.<br />
Y ahora, a todo ser humano: Si oyes hoy la Voz de Dios, en el<br />
fin del siglo, fin del mundo y fin del tiempo, no endurezcas tu<br />
corazón, sino abre tu corazón; para que recibas la Palabra de Dios,<br />
El Llamado final a los Escogidos, y ahí Cristo te deje entender<br />
todas las cosas que deben suceder pronto; para que así no tengas<br />
APROVECHANDO <strong>BIEN</strong> <strong>EL</strong> <strong>TIEMPO</strong> 53<br />
amé, pero a Esaú aborrecí.<strong>”</strong><br />
A Jacob (el que buscaba la bendición espiritual) no le importó<br />
toda aquella comida que él había preparado, no le importó el<br />
trabajo que él pasó para preparar esa comida; porque tratándose de<br />
lo espiritual, él cambiaba lo terrenal por lo espiritual. Por eso Jacob<br />
es un buen negociante. Usted encuentra que todos los negocios que<br />
él hizo fue negociando lo terrenal por lo espiritual. Y por eso Dios<br />
dice: “A Jacob amé...<strong>”</strong><br />
Todo aquel que busca lo espiritual, que lucha por lo espiritual,<br />
que sacrifica lo terrenal para obtener lo espiritual, y que no<br />
escatima el precio que tenga que pagar para lograr lo espiritual,<br />
escuchará siempre esas palabras que le dijo Dios a Jacob: “A Jacob<br />
amé...<strong>”</strong><br />
Y así es para cada persona que busca lo espiritual, aunque tenga<br />
que dejar lo terrenal, si le es un estorbo; aunque tenga que usar lo<br />
terrenal para negociar, para obtener, lo espiritual, para obtener la<br />
Bendición del Primogénito.<br />
Esaú se comió toda la comida, y quedó de lo más contento, de<br />
lo más feliz. Y como dicen algunos: “Barriga llena, corazón<br />
contento.<strong>”</strong> Eso pensó Esaú, como piensan algunas personas cuando<br />
cambian lo espiritual para obtener lo material; cuando el negocio<br />
bueno es cambiar lo material, lo terrenal, por lo espiritual.<br />
Pág. 13. - Y cuando un Hijo de Dios por la fe agarra una<br />
Promesa Eterna, como lo es la Primogenitura, aunque se muera de<br />
hambre, aunque haya perdido todo en la Tierra, lo tiene todo en el<br />
Cielo.<br />
Pág. 17. - El que pierde y menosprecia la Bendición de Dios por<br />
cosas terrenales no sabe lo que está perdiendo, hasta que llegue el<br />
día en que haya de recibir el pago que le corresponde, hasta que<br />
llegue el día de la recompensa.<br />
Pág. 30. - Hemos visto cómo unos pierden la bendición que<br />
tienen, y cómo otros que están buscando esa Bendición, que aman<br />
esa Bendición, que no les importa sufrir por esa Bendición, que no<br />
les importa perder todo lo que tienen aquí en la Tierra por esa<br />
Bendición, que luchan por esa Bendición, obtienen la Bendición de