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6<br />

BRAND (Al campesino, que lo ha cogido por el cuello.) ¡Suelta!<br />

EL CAMPESINO<br />

¡No!<br />

BRAND<br />

¡Suelta en seguida!<br />

EL MUCHACHO<br />

¡Anda pronto!<br />

EL CAMPESINO (Luchando con <strong>Brand</strong>.) Que el diablo me lleve...<br />

BRAND (Soltándose y arrojándolo en la nieve.) ¡Sí que lo hará, y bien<br />

pronto. (Se va.)<br />

EL CAMPESINO<br />

(Sentándose y frotándose el brazo.) ¡Ay, ay! ¡Tiene una fuerza de<br />

gigante! ¡Y llama esto obra de Dios! (Al levantarse grita.) ¡Eh!<br />

¡Hombre!<br />

EL MUCHACHO<br />

Ya está arriba.<br />

EL CAMPESINO Le veo todavía por entre la niebla. (Gritando.) ¿Te<br />

acuerdas... por el diablo... del camino que trajimos?<br />

BRAND (De entre la niebla.) No tienes necesidad de elegir camino.<br />

Vas por una senda segura.<br />

EL CAMPESINO ¡Ojalá estuviese todo arreglado y me viese en paz en<br />

mi casa! (Él y su hijo caminan hacia el Este.)<br />

BRAND<br />

(Aparece visible y escuchando hacia el lado por donde se fue el<br />

campesino.) ¡Se van arrastrándose a casa! ¡Cana¬lla, miserable! Si la<br />

fuente de tu voluntad manase agua, si sólo fuerza te faltara, podría<br />

osarlo todo por ti, y muerto del cansancio, con los pies sangrantes te<br />

llevaría. Pero no hay remedio para el hombre que no quiere lo que no<br />

puede. (Sigue caminando.) ¡Oh vi¬da, vida, fuerte impulso!... ¡Cómo<br />

ama el pueblo la vida!... El mendigo mismo la defiende con tanto valor<br />

como si de ella dependiera la salvación del mundo, y cuanto para el<br />

hombre pasa por dicha se pone sobre sus hombros. Hacer un<br />

sacrificio no le parece difícil... ¡pero que no haya que dar la vida!<br />

(Sonríe como presa de un recuerdo.) Cuando era niño ha¬bía dos<br />

cosas que me hacían prorrumpir en carcaja¬das de tal manera que,<br />

para concluir la broma, a menudo el maestro me coloreó la piel. Me

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