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09.05.2013 Views

30 amedren¬tados y silenciosos, prontos a llorar. En su alma ca¬yó una mancha que jamás podrán borrar. La corriente de su vida arranca de los recuerdos más atormentadores, y la carrera de estos dos niños que comienzan a vivir aparece iluminada por una luz sombría. ¡Y quizás se prolongue así la cadena de eslabón en eslabón, en pecado y vicios! Porque, ¡quién puede, penetrar el misterio!... ¡Descienden de un padre tal!... ¿Qué pecado se purga aquí? ¿Dónde ha de empezar la compasión? ¿Qué es lo heredado y qué lo de propia responsabilidad? ¿Qué inclina¬ciones habrá que desterrar? ¿Dónde están el abo¬gado y el juez y los testigos que decidan de lo que a cada uno corresponde, de hasta qué punto es delin¬cuente cada cual?... ¿Se acepta sin más la respuesta que dice: Es heredado?... ¡Quién se atreverá a resol¬ver estos enigmas, ante cuya profundidad se sienten vértigos!... ¡Y la multitud baila al borde del abismo sin conciencia del peligro! ¡Debían llorar y temblar! Pero no hay alma ninguna que se dé cuenta de la montaña de culpas que amontona por el solo hecho de vivir. UN HOMBRE Nos encontramos por segunda vez. BRAND Está libre de dolor. EL HOMBRE Ya no necesita de nosotros, pero en la cabaña quedan tres personas. BRAND ¿Y bien...? EL HOMBRE Para remediar la miseria de los niños les traemos este pedazo de pan. BRAND Si lo das todo, pero no tu vida, sábete que no has dado nada. EL HOMBRE Si quien está ahora rígido y muerto se hallase en peligro de muerte en su bote y le oyese pedir soco¬rro, arriesgaría mi vida por salvarle. BRAND ¿Pueden estar también las almas en peligro? EL HOMBRE Nosotros somos míseros gusanos de tierra. BRAND

31 Pues entonces, apartad vuestros ojos de la luz del cielo y volvedlos a la tierra. No miréis, uncidos a vuestro yugo, con un ojo hacia el cielo y con otro hacia el polvo; mirad siempre a la tierra. EL HOMBRE Uncidos al yugo... ¡Eso es lo triste!... ¿No ha de haber redención? BRAND ¡ Probadlo! EL HOMBRE Si tú traes la libertad... BRAND ¿Quién? ¿Yo? EL HOMBRE Ha habido ya muchos que lo han intentado, que han señalado el camino y huido después... Ellos lo mostraban, pero tú lo anduviste. BRAND ¿Crees...? EL HOMBRE La palabra es como una senda en el mar; la huella de la acción es más profunda. Estamos aquí en nombre de la parroquia... Eres un hombre, y por eso hemos venido a ti. BRAND (Inquieto) ¿Queréis...? EL HOMBRE Sí; nuestro pastor. BRAND ¿Yo? ¿Aquí? EL HOMBRE El pueblo, largo tiempo sin guía, anda extravia¬do. BRAND Es verdad; ahora lo veo. EL HOMBRE Sin duda que nosotros somos débiles. Antes, to-davía iban tal cual las cosas; pero somos pequeños. Vino la mala cosecha, se heló el trigo, la peste se ce¬bó en hombres y animales, la pobreza paralizó nuestros

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amedren¬tados y silenciosos, prontos a llorar. En su alma ca¬yó una<br />

mancha que jamás podrán borrar. La corriente de su vida arranca de<br />

los recuerdos más atormentadores, y la carrera de estos dos niños<br />

que comienzan a vivir aparece iluminada por una luz sombría. ¡Y<br />

quizás se prolongue así la cadena de eslabón en eslabón, en pecado y<br />

vicios! Porque, ¡quién puede, penetrar el misterio!... ¡Descienden de<br />

un padre tal!... ¿Qué pecado se purga aquí? ¿Dónde ha de empezar la<br />

compasión? ¿Qué es lo heredado y qué lo de propia responsabilidad?<br />

¿Qué inclina¬ciones habrá que desterrar? ¿Dónde están el abo¬gado<br />

y el juez y los testigos que decidan de lo que a cada uno corresponde,<br />

de hasta qué punto es delin¬cuente cada cual?... ¿Se acepta sin más<br />

la respuesta que dice: Es heredado?... ¡Quién se atreverá a resol¬ver<br />

estos enigmas, ante cuya profundidad se sienten vértigos!... ¡Y la<br />

multitud baila al borde del abismo sin conciencia del peligro! ¡Debían<br />

llorar y temblar! Pero no hay alma ninguna que se dé cuenta de la<br />

montaña de culpas que amontona por el solo hecho de vivir.<br />

UN HOMBRE<br />

Nos encontramos por segunda vez.<br />

BRAND<br />

Está libre de dolor.<br />

EL HOMBRE<br />

Ya no necesita de nosotros, pero en la cabaña quedan tres personas.<br />

BRAND<br />

¿Y bien...?<br />

EL HOMBRE Para remediar la miseria de los niños les traemos este<br />

pedazo de pan.<br />

BRAND Si lo das todo, pero no tu vida, sábete que no has dado nada.<br />

EL HOMBRE<br />

Si quien está ahora rígido y muerto se hallase en peligro de muerte en<br />

su bote y le oyese pedir soco¬rro, arriesgaría mi vida por salvarle.<br />

BRAND ¿Pueden estar también las almas en peligro?<br />

EL HOMBRE<br />

Nosotros somos míseros gusanos de tierra.<br />

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