Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

condición física y de 6.5 a 7.5 kgs. diarios de hierba, además de 15 a 30 lts. de agua en una
jornada.
Una de las especies equinas más valorada fue la proveniente de Numidia, tal como ya
hemos destacado. Gracias a los estudios hechos por Hyland sabemos que estos caballos 240 tenían
propiedades particulares en relación a su estilo, fuerza y capacidad de obediencia, por esto se
complementó perfectamente con el jinete. Además este caballo era apreciado por ser considerado
naturalmente manso, por ejemplo en ciertas ocasiones se le podía montar hasta sin el freno, dado
que por carácter no era agresivo.
En función de los requerimientos de la logística militar el caballo es reconocido, ante
todo, por su inteligencia y autosuficiencia bajo ciertas circunstancias; por ejemplo es capaz de
adapatarse a condiciones particulamente duras soportando la falta de agua con tranquilidad lo que
lo convirtió en uno de los animales más frecuentemente encontrados en los campamentos
romanos.
Por estas y otras razones es que el caballo númida predomina por sobre todos los caballos
donados por los demás aliados. Los equinos tracios, aqueos, atálidas, hispánicos, galos y sículos
no fueron donados en la misma medida que los númidas, según las fuentes, no obstante el mérito
propio que aquellos tenían.
Es importante añadir que si la caballería romano-aliada obtuvo logros trascendentales no
sólo se debió a la naturaleza misma de los caballos, sino que además a la enorme capacidad de
adiestramiento y control de quienes los montaban; en este sentido Hyland 241 ha especificado con
meticulosidad las estrategias desarrolladas para obtener óptimos resultados de este tipo de recurso
bélico.
ELEFANTES
El segundo animal destacado en las fuentes es el elefante, una bestia a la que Roma tuvo
acceso gracias al aprovisionamiento hecho por sus aliados, como por ejemplo Masinisa y sus
descendientes. El valor táctico que se le dio al elefante había sido probado por las potencias
orientales que lo consideraban mucho más potentes que las catapultas, no sólo por su fuerza, sino
que también por el impacto psicológico sobre el enemigo 242 .
240 Hyland, A., Equus: the horse in the Roman World, Batsford, Londres, 1990, 74, 172-177.
241 Hyland, A., The Roman cavalry horse and its efficient control en “JRMES”, 3, 1992, 73-79.
242 Sabin, P., Battle. Land Battle en “The Cambridge History of Greek and Roman Warfare”, vol. I, Cambridge,
2007, 399-460, 419, 421.
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