Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

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a 200.000 de cebada 216 . Dejó en claro que su disposición de ayuda continuaba en pie sin escatimar en nada. En efecto, durante el mismo año 216, Tito Otacilio envió embajadores a Hierón solicitando dinero y grano por seis meses 217 . La situación que se vivía en Roma impedía abastecer a sus soldados, pero la disponibilidad inmediata de Hierón les dio el alivio que tanto se necesitaba. El tirano siracusano entregó en el acto la ayuda a los embajadores. Roma consideró este dinero sólo como un préstamo, no así el grano. Livio recuerda que más tarde, hacia el año 215, le fue enviado este capital a Hierón. Contemporáneamente a este pago el tirano envió a Roma 200.000 moyos de grano y 100.000 de cebada 218 . No sabemos si este grano fue enviado porque el Senado lo había solicitado o por propia voluntad de Hierón. En todos los casos vistos queda en pie le perfil de Hierón como un aliado muy fiel, capaz de comprender muy bien la situación política y militar de Roma. Su colaboración fue un apoyo importante durante los momentos más difíciles que dejó la derrota de Cannas. Más tarde, cuando Roma decidió enfrentarse a Filipo V (200-197 a. C.), la situación con sus aliados occidentales era de creciente estabilidad. Tal vez exceptuando las desconfianzas con Cartago, la situación en general era de equilibrio a favor de Roma. También Masinisa había comprendido muy bien que su cercanía con Roma le garantizaba estabilidad interna. En uno y en otro caso ambos aliados asumieron, en ciertos momentos, la responsabilidad de colaborar con el aprovisionamiento en grano para las tropas. Respecto a Cartago tenemos sólo una referencia, en el año 200, cuando la guerra contra Filipo apenas iniciaba. Cartago 219 hizo llegar 200.000 moyos de grano a Roma y 200.000 al ejército en Macedonia 220 en medio a toda una situación bastante compleja que buscaba dar satisfacción al Senado. El caso es que Amílcar se había transformado en el jefe del ejército de los galos y se temía que este hecho dañara las relaciones con Roma; a pesar de que en Cartago sería punido con el exilio y la confiscación de sus bienes 221 . El grano púnico llegó a Roma y a Macedonia para demostrar al Senado que las intensiones de Cartago eran mantener buenas relaciones. Se buscaba dejar en claro que la situación de Amílcar era sólo un caso aislado no respaldado por el poder central. 216 Livio 22,37,1 y 6. 217 Livio 23,21,5. 218 Livio 23,38,13. 219 Estas entregas de grano se pueden comprender en el ámbito de los acuerdos de paz vigentes entre la Segunda y la Tercera Guerra Púnica, mientras Cartago permanecía en una situación clientelar respecto a Roma. Cfr. Erdkamp, P., 1998, 97. 220 Livio 31,19,2. 221 Livio 31,19,1. 74

Relativo a las donaciones de la Numidia 222 la situación es muy diferente respecto de aquella hecha por Cartago. El Senado había enviado delegados a Africa que luego de estar en Cartago pasaron a Numidia en busca de Masinisa. Tenían la misión de portar mensajes de augurios y algunos presentes; la respuesta de Masinisa fue ofrecer 200.000 moyos de grano y 200.000 moyos de cebada 223 (además de de 1.000 jinetes númidas). Él mismo se preocupó de hacer llegar las provisiones a Macedonia. Las buenas relaciones entre Roma y Masinisa se comprueban también a partir de este tipo de concesiones: la entrega a Roma de provisiones y fuerzas ecuestres. Lo hizo en el año 200 y lo repite en 198, cuando la guerra contra Filipo está en su fase final. La intención de Masinisa era fortalecer las fuerzas romanas que estaban en Grecia. Les envió 200.000 moyos de grano, naturalmente asumiendo los costos del transporte. Estas provisiones llegaron en un momento en que Roma además recibía la ayuda de los provinciales. La búsqueda del grano a través de los aliados extra itálicos se mantuvo durante la guerra contra Antíoco. Este conflicto implicó un escenario de guerra más lejano y que exigía dar mucha atención al tema del aprovisionamiento; todo indica que no bastaban las donaciones ocasionales, como aquella de Kios en 191 224 . Afortunadamente Publio Escipión “Africano” recibió la ayuda personal del Rey Eumenes 225 . El estilo de colaboración de Eumenes dio una atención especial a las necesidades de alimentación de los soldados romanos establecidos en Asia Menor. Dice Livio que se reunió con las fuerzas romanas en la desembocadura del río Caico y desde ahí entró en los campamentos. Hasta allá trasladó las raciones de grano que portaba consigo 226 , era el año 190. Un caso particular, que registra Livio, presenta al pueblo tracio de los maronitas, que ofrecía voluntariamente su grano a Roma 227 . Este simple episodio se presenta junto a otros modos 222 Estas donaciones de grano se ajustan a la aparente relación de amicitia que Numidia tuvo con Roma y cuyas primeras huellas datan del envío de embajadas hecho por Siface en 210 (Livio 27,4,5-7). Al respecto sabemos que existió una colaboración militar bastante efectiva; sin embargo no es posible demostrar la naturaleza precisa del tipo de vínculo existente entre las partes. Éste es un tema muy discutido y poco definido. Cfr. Cimma, M., 1976, 41-45; Lintott, A., 1993, 32, afirma que Masinisa, rey de Numidia, recibió el título de “rey aliado” sin que hubiese un tratado de por medio; Erdkamp, P., 1998, 97. 223 Livio 31,19,3-4. 224 Livio 36,43,11. 225 Su pueblo estaba bajo la connotación de aliado militar de Roma. De los orígenes de esta relación contractual se tiene una data incierta; la primera vez aparecen mencionados en el tratado entre Roma y los etolios en 212 y luego se sabe de los beneficios que recibieron en la Paz de Fenice 205 (Liv.29,11,2). Cfr. Cimma, M., 1976, 67-69; Gruen, E., 1984, 20, 22, 77-78, 530. 226 Livio 37,37,4. 227 Livio 38,41,8. Cfr. Briscoe, J., 2008, 147. 75

a 200.000 <strong>de</strong> cebada 216 . Dejó en claro que su disposición <strong>de</strong> ayuda continuaba en pie sin<br />

escatimar en nada.<br />

En efecto, durante el mismo año 216, Tito Otacilio envió embajadores a Hierón<br />

solicitando dinero y grano por seis meses 217 . La situación que se vivía en Roma impedía<br />

abastecer a sus soldados, pero la disponibilidad inmediata <strong>de</strong> Hierón les dio el alivio que tanto se<br />

necesitaba. El tirano siracusano entregó en el acto la ayuda a <strong>los</strong> embajadores.<br />

Roma consi<strong>de</strong>ró este dinero sólo como un préstamo, no así el grano. Livio recuerda que<br />

más tar<strong>de</strong>, hacia el año 215, le fue enviado este capital a Hierón. Contemporáneamente a este<br />

pago el tirano envió a Roma 200.000 moyos <strong>de</strong> grano y 100.000 <strong>de</strong> cebada 218 . No sabemos si este<br />

grano fue enviado porque el Senado lo había solicitado o por propia voluntad <strong>de</strong> Hierón.<br />

En todos <strong>los</strong> casos vistos queda en pie le perfil <strong>de</strong> Hierón como un aliado muy fiel, capaz<br />

<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r muy bien la situación política y militar <strong>de</strong> Roma. Su colaboración fue un apoyo<br />

importante durante <strong>los</strong> momentos más difíciles que <strong>de</strong>jó la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Cannas.<br />

Más tar<strong>de</strong>, cuando Roma <strong>de</strong>cidió enfrentarse a Filipo V (200-197 a. C.), la situación con<br />

sus aliados occi<strong>de</strong>ntales era <strong>de</strong> creciente estabilidad. Tal vez exceptuando las <strong>de</strong>sconfianzas con<br />

Cartago, la situación en general era <strong>de</strong> equilibrio a favor <strong>de</strong> Roma. También Masinisa había<br />

comprendido muy bien que su cercanía con Roma le garantizaba estabilidad interna.<br />

En uno y en otro caso ambos aliados asumieron, en ciertos momentos, la responsabilidad<br />

<strong>de</strong> colaborar con el aprovisionamiento en grano para las tropas. Respecto a Cartago tenemos sólo<br />

una referencia, en el año 200, cuando la guerra contra Filipo apenas iniciaba.<br />

Cartago 219 hizo llegar 200.000 moyos <strong>de</strong> grano a Roma y 200.000 al ejército en<br />

Macedonia 220 en medio a toda una situación bastante compleja que buscaba dar satisfacción al<br />

Senado. El caso es que Amílcar se había transformado en el jefe <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong> <strong>los</strong> ga<strong>los</strong> y se<br />

temía que este hecho dañara las relaciones con Roma; a pesar <strong>de</strong> que en Cartago sería punido con<br />

el exilio y la confiscación <strong>de</strong> sus bienes 221 .<br />

El grano púnico llegó a Roma y a Macedonia para <strong>de</strong>mostrar al Senado que las<br />

intensiones <strong>de</strong> Cartago eran mantener buenas relaciones. Se buscaba <strong>de</strong>jar en claro que la<br />

situación <strong>de</strong> Amílcar era sólo un caso aislado no respaldado por el po<strong>de</strong>r central.<br />

216 Livio 22,37,1 y 6.<br />

217 Livio 23,21,5.<br />

218 Livio 23,38,13.<br />

219 Estas entregas <strong>de</strong> grano se pue<strong>de</strong>n compren<strong>de</strong>r en el ámbito <strong>de</strong> <strong>los</strong> acuerdos <strong>de</strong> paz vigentes entre la Segunda y la<br />

Tercera Guerra Púnica, mientras Cartago permanecía en una situación clientelar respecto a Roma. Cfr. Erdkamp, P.,<br />

1998, 97.<br />

220 Livio 31,19,2.<br />

221 Livio 31,19,1.<br />

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