Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

fueron dos: los aliados de la Etruria y los provinciales de Cerdeña. De los socii etruscos que
enviaron este grano no tenemos ninguna referencia.
Todo indica que la situación se habría resuelto momentáneamente de este modo. Con la
llegada de las naves el aprovisionamiento estaba hecho, pero permanecía el problema de fondo
que era liberar Capua. Para tales efectos M. Aulerio Cota se unió a su colega Quinto Fulvio en los
preparativos del asedio.
El problema del abastecimiento granero no se resolvía con el envío de naves desde Etruria
a la zona Campana porque simultáneamente se necesitaba asegurar el cereal para los soldados
que sostenían Tarento (212). Estas duras condicionantes obligaban a buscar el grano entre otros
socii, como por ejemplo en la zona de Turi 109 , quienes enviaron trirremes cargados con grano
para que Roma continuara defendiendo el puerto de Tarento.
En efecto, tampoco bastó el grano de la zona de Turi. Se hizo necesario que los delegados
Marco Ogulnio y Publio Aquilio 110 , en 210, obtuvieran en Etruria otra importante remesa de
grano para enviar a Tarento. La situación en este puerto era difícil, la tarea militar exigía mayores
energías para reforzar la guarnición; de hecho los delegados reclutaron 1000 hombres (entre
romanos y aliados) útiles a la resistencia.
La información relativa al grano recibido desde los aliados se limita a estos escasos datos
específicos. Desde la tenaz defensa de Tarento en 210 no se tienen nuevos testimonios de entrega
de grano aliado, sino hasta el año 205, cuando Escipión se alista una flota para partir a España y
luego en 172 mientras se preparan las fuerzas que combatirán contra Perseo 111 .
En ambos casos el cereal era de procedencia aliada; sin embargo, mientras en 205
Arretium donó 120 moios de grano, en la gestión del año 172 se comisionaron tres delegados
encargados de comprar el grano (entre los pueblos de Apulia y Calabria) para enviarlo a la base
en Bríndisi.
Al respecto la tendencia indica que la mayor parte de las veces el grano aliado se obtuvo
como parte de los acuerdos establecidos, pero también hubo veces, aparentemente menos
frecuentes, en que el Estado compró el grano a sus aliados, como demuestra este último caso
visto, que no será el único caso en que Roma haya comprando el grano, sólo que bajo otras
modalidades, como veremos más adelante.
109 Apiano Anib., VII,6,34.
110 Livio 27,3,9.
111 Livio 42,27,8.
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