Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

Las técnicas empleadas en el autoabastecimiento confirman en qué modo este sistema se
adaptó a los requerimientos tácticos del ejército. El caso de la captura es uno de los más claros
porque a través de ésta se obtuvieron importantes cantidades de naves (entre otras provisiones) y
muchas de éstas fueron destinadas a reforzar la flota romana desde una perspectiva táctica.
La necesidad de alimentar a las tropas y a los animales movilizó a los soldados a
propiciarse el grano y el heno cuando la ocasión lo exigía; las fuentes han informado
ampliamente al respecto. Estos ejemplos demuestran que los comandantes priorizaron
movilizarse en función de las maniobras de asedio o defensivas y no sólo por el hecho de
recolectar alimentos.
La movilización de las tropas comportó contar con la alimentación anticipadamente; los
hombres no podían partir sin haberles asegurado la ración de grano jornalera. En este sentido el
grano provincial pudo haber sido una de las cartas más seguras; de hecho en ocasiones las tropas
terrestres eran seguidas por las naves de carga mientras se desplazaban, pero si este grano era
consumido con rapidez era necesario pensar otro modo de reaprovisionarse.
De acuerdo a los datos obtenidos es probable que cuando los comandantes romanos estaban
en el frente evaluaran el autoabastecimiento como uno de los medios más seguros de obtención
de víveres. Recordemos que las cifras indican que este mecanismo de abastecimiento fue uno de
los más empleados y que los canales de aprovisionamiento se alternaron entre captura, saqueo,
frumentatio, pabulatio y requisición.
Estas posibilidades ampliaron mucho el tipo de provisiones a incorporar, a través de éstas
se pudo potenciar tanto la alimentación de los soldados y de los animales, como también el
aparato bélico. Las claves de un autoabastecimiento exitoso eran el conocimiento que se tenía de
la zona y la pericia de los soldados en la ejecución de las estrategias.
En estos casos la decisión tomada por los generales romanos se ajustó siempre a las
circunstancias que cada uno vivía en el propio frente; por lo tanto no es posible generalizar el
modo en que se procedió. El motivo es que los medios de autoabastecerse eran variados en sí
mismos, tanto como lo eran las condiciones y los factores que hicieron de cada guerra un
escenario único.
El autoabastecimiento en el campo es una de las muestras más concretas de la flexibilidad
del sistema. Esta apertura a encontrar siempre un modo para aprovisionar al ejército indica que el
riesgo de permanecer desabastecidos era bajo o muy bajo; en efecto si a estas múltiples
alternativas se agrega que el sistema de transporte estuvo muy bien estructurado las posibilidades
de desabastecimiento son todavía menores.
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