Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

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09.05.2013 Views

De la revisión detallada del aprovisionamiento de los aliados itálicos verificamos que esta fue constante durante la Segunda Guerra Púnica (218-201 a.C.) y debió serlo todavía después, es sólo que las fuentes informan hasta la primera parte de la guerra contra Perseo (171-168 a.C.), luego no tenemos más referencias. Según los datos encontrados el fuerte de su contribución fueron las naves y los aparejos navales; esta colaboración se mantuvo constante durante la guerra contra Aníbal, contra Antíoco (191-188 a.C.) y contra Perseo. Esta información es válida para el período 218-171 a.C., que corresponde al período revisado por las fuentes y al que hemos tenido acceso. La ayuda brindada por los aliados extra itálicos se mantuvo constante durante todo el período en estudio. Uno de los primeros que aparece mencionado en las fuentes es Hierón, quien demostró fidelidad a Roma en modo incondicional. Hierón colaboró incansablemente desde la época de la Primera Guerra Púnica (264-241 a.C.) en adelante confirmando que a través de las alianzas era posible obtener provisiones abundantes y fuerzas auxiliares cada vez que fuera necesario. Cuando Roma aceptaba establecer un vínculo de amicitia con un pueblo no itálico estaba además aceptando la ayuda militar de ese pueblo. Los recursos que este aliado había introducido en el sistema de abastecimiento formaron parte activa del flujo de provisiones de que disponía la red que sustentaba las tropas. Bajo esta óptica interpretativa reconocemos el valor estratégico de los pueblos que entraban en la órbita de los aliados de Roma. Su contribución fue fundamental en cada una de las guerras llevadas a cabo. Los recursos llegados al ejército desde el norte de Africa, la zona de los Balcanes y desde Asia conformaron un suplemento sin el cual las fuerzas romanas, por sí mismas, probablemente habrían tenido otro desempeño. Los aliados extra itálicos apoyaron prácticamente cada uno de los frentes militares y las provisiones que entregaron fueron muy variadas, acordes a las exigencias de cada escenario bélico. En estos casos la adecuada coordinación entre los aliados y los comandantes romanos indica que se estuvo siempre en sintonía directa con las fuentes de aprovisionamiento que quedaban a disposición de las órdenes de Roma. El aprovisionamiento aliado tuvo como característica especial el hecho de hacerse efectiva en modo directo e indirecto, de acuerdo a cómo fueran las exigencias de los comandantes. Respecto al aprovisionamiento directo diremos que el grano fue la provisión más frecuentemente versada; al respecto verificamos que ésta se recibió desde la Anibálica (218-201 a.C.) hasta la 216

guerra contra Giugurta (112-105 a.C.) y fue una alternativa de mucho valor cuando el grano provincial no bastaba. Así también el aprovisionamiento indirecto de los aliados extra itálicos se manifestó a modo de fuerzas auxiliares que apoyaron tácticamente la ofensiva. La presencia de naves, animales (caballos y elefantes) y hombres armados tuvo un valor estratégico enorme y a la vez confirmaba la importancia de los acuerdos de amistad que vinculaban a Roma con sus aliados. La contribución en naves fue primordial para las intenciones de Roma, esto durante todos los conflictos, pero principalmente durante la Siríaca (191-188 a.C.), un conflicto que quedó prácticamente a cargo de las flotas de la órbita griega. De este modo se daba solución a un problema de abastecimiento a través de uno de los canales más activos de la red, precisamente cuando las políticas navales de Roma atravezaban una etapa de decaimiento general. En modo paralelo al sistema de alianzas las provincias también fueron consideradas un canal de abastecimiento cuya naturaleza les exigía la tributación en grano. Este recurso dio a Roma una de las alternativas más frecuentemente utilizadas para resolver el problema del desabastecimiento entre las tropas. Las informaciones disponibles indican que las provincias graneras (Sicilia y Cerdeña) mantuvieron un ritmo de colaboración muy intenso. Se confirma que durante la Anibálica y la Segunda Macedónica (200-197 a.C.) se les impusieron una serie de tasas en décima que se duplicaron durante la guerra contra Antíoco y Perseo. Este grano fue fundamental para la manutención de las tropas y demuestra, una vez más, el grado de compromiso estatal hacia los soldados. La prioridad que dio el Estado a la alimentación de sus hombres pudo haber incidido en la escasez de grano que experimentó el mercado hacia fines del s. II a.C.; sin embargo en este punto conviene también evaluar otros factores como la decadencia en la cantidad de mano de obra agrícola. Lo cierto es que el alza de los precios afectó a la población civil y se piensa que una de las causas de este fenómeno pudo ser el criterio de distribución “militarizado” del Estado. La diversidad de riquezas que poseían las provincias determinó que además del grano se incorporaran a la red de abastecimiento provisiones como naves, armas y vestuario. De las destinaciones de estos elementos sabemos que contribuyeron con las fuerzas romanas contra Aníbal y contra Filipo; lamentablemente no tenemos otros indicios concretos de ayuda provincial en más frentes bélicos. Del testimonio de las fuentes podemos afirmar la existencia de una importante producción de naves, armas y vestuario, sobre todo en Sicilia. Al respecto, lamentablemente, no tenemos 217

guerra contra Giugurta (112-105 a.C.) y fue una alternativa <strong>de</strong> mucho valor cuando el grano<br />

provincial no bastaba.<br />

Así también el aprovisionamiento indirecto <strong>de</strong> <strong>los</strong> aliados extra itálicos se manifestó a<br />

modo <strong>de</strong> fuerzas auxiliares que apoyaron tácticamente la ofensiva. La presencia <strong>de</strong> naves,<br />

animales (cabal<strong>los</strong> y elefantes) y hombres armados tuvo un valor estratégico enorme y a la vez<br />

confirmaba la importancia <strong>de</strong> <strong>los</strong> acuerdos <strong>de</strong> amistad que vinculaban a Roma con sus aliados.<br />

La contribución en naves fue primordial para las intenciones <strong>de</strong> Roma, esto durante todos<br />

<strong>los</strong> conflictos, pero principalmente durante la Siríaca (191-188 a.C.), un conflicto que quedó<br />

prácticamente a cargo <strong>de</strong> las flotas <strong>de</strong> la órbita griega. De este modo se daba solución a un<br />

problema <strong>de</strong> abastecimiento a través <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> canales más activos <strong>de</strong> la red, precisamente<br />

cuando las políticas navales <strong>de</strong> Roma atravezaban una etapa <strong>de</strong> <strong>de</strong>caimiento general.<br />

En modo paralelo al sistema <strong>de</strong> alianzas las provincias también fueron consi<strong>de</strong>radas un<br />

canal <strong>de</strong> abastecimiento cuya naturaleza les exigía la tributación en grano. Este recurso dio a<br />

Roma una <strong>de</strong> las alternativas más frecuentemente utilizadas para resolver el problema <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sabastecimiento entre las tropas.<br />

Las informaciones disponibles indican que las provincias graneras (Sicilia y Cer<strong>de</strong>ña)<br />

mantuvieron un ritmo <strong>de</strong> colaboración muy intenso. Se confirma que durante la Anibálica y la<br />

Segunda Macedónica (200-197 a.C.) se les impusieron una serie <strong>de</strong> tasas en décima que se<br />

duplicaron durante la guerra contra Antíoco y Perseo.<br />

Este grano fue fundamental para la manutención <strong>de</strong> las tropas y <strong>de</strong>muestra, una vez más, el<br />

grado <strong>de</strong> compromiso estatal hacia <strong>los</strong> soldados. La prioridad que dio el Estado a la alimentación<br />

<strong>de</strong> sus hombres pudo haber incidido en la escasez <strong>de</strong> grano que experimentó el mercado hacia<br />

fines <strong>de</strong>l s. II a.C.; sin embargo en este punto conviene también evaluar otros factores como la<br />

<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia en la cantidad <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra agrícola. Lo cierto es que el alza <strong>de</strong> <strong>los</strong> precios afectó<br />

a la población civil y se piensa que una <strong>de</strong> las causas <strong>de</strong> este fenómeno pudo ser el criterio <strong>de</strong><br />

distribución “militarizado” <strong>de</strong>l Estado.<br />

La diversidad <strong>de</strong> riquezas que poseían las provincias <strong>de</strong>terminó que a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l grano se<br />

incorporaran a la red <strong>de</strong> abastecimiento provisiones como naves, armas y vestuario. De las<br />

<strong>de</strong>stinaciones <strong>de</strong> estos elementos sabemos que contribuyeron con las fuerzas romanas contra<br />

Aníbal y contra Filipo; lamentablemente no tenemos otros indicios concretos <strong>de</strong> ayuda provincial<br />

en más frentes bélicos.<br />

Del testimonio <strong>de</strong> las fuentes po<strong>de</strong>mos afirmar la existencia <strong>de</strong> una importante producción<br />

<strong>de</strong> naves, armas y vestuario, sobre todo en Sicilia. Al respecto, lamentablemente, no tenemos<br />

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