Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

Desde las fuentes se desprende que los canales de abastecimiento de estos animales fueron
principalmente los aliados extra itálicos (los incorporaban como fuerzas auxiliares), la captura y
el saqueo, botín e indemnización y en menor cantidad los publicanos. Estos indicadores
demuestran la alternancia que hubo entre los canales y la flexibilidad del sistema de
abastecimiento.
La tendencia a diversificar los canales de aprovisionamiento comportó un conocimiento
profundo de los territorios de influencia de la red y una valoración especial de las zonas
económicas. El aparato ejecutivo del sistema operaba con estrategia para solucionar el problema
del desabastecimiento; por lo tanto todos los recursos eran considerados importantes y todos los
canales debían mantenerse prontos a entrar en actividad cuando las circunstancias lo exigieran.
En el relato táctico-militar de las fuentes distinguimos que en el sistema de abastecimiento
todas las provisiones eran valiosas. La demostración está en que productos como el heno, para los
animales, el vestuario y los víveres en general también tuvieron una presencia significativa en el
circuito abastecedor.
El caso del heno es importante porque demuestra que la búsqueda del producto fue una
preocupación constante. Para resolver esta situación la alimentación de las bestias posiblemente
estuvo a cargo de los mismos soldados que debían desarrollar la pabulatio. Esto agregaba otra
gran responsabilidad a las tropas, que generalmente practicaron frumentatio y pabulatio
simultáneamente, protegidas por una cuadrilla de hombres armados que hacían la guardia
mientras otros recolectaban.
La responsabilidad de alimentar a los animales también recayó sobre el fisco que debió
autorizar diversas compras de heno en los mercados abiertos. Esta alternativa pudo ser evitada
con la misma pabulatio o con el resarcimiento de guerra, que introdujo a Roma importantes
cantidades de cebada; pero estas últimas eran entregas ocasionales. La gran dificultad era que el
heno era consumido rápidamente, en consecuencia se necesitaban reservas permanentes.
La renovación de los recursos de guerra daba dinamismo a la red de abastecimiento porque
la demanda era constante. Otro de los recursos que era necesario renovar con cierta periodicidad
era el vestuario de los soldados. Este elemento podía variar de acuerdo a la estación del año;
sospechamos que la producción de vestuario pudo diferenciar entre estaciones climáticas
extremas a fin de favorecer la comodidad del recluta.
Las fuentes indican que este producto fue fabricado en Sicilia, Cerdeña y España (durante
la Anibálica y la Segunda Macedónica), pero no informan bajo qué condiciones eran hechas las
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