Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

En seguida debemos considerar el caso de las comunidades provinciales más notables
donde las fuentes han destacado la contribución de Sicilia (6%), seguida de Cerdeña (3%) y de
España (0%). Hemos visto que la colaboración que éstas dieron al ejército fue variada y
abundante. Las provisiones más frecuentemente informadas por las fuentes fueron grano (Sicilia
y Cerdeña a través de la tributación decimal), víveres en general, naves, armas y vestuario militar.
La situación de los socii extra itálicos se presenta bastante observada en las fuentes, de
acuerdo con las veces que han sido registradas proponemos la cifra de 23%. Esta cifra indica que
la frecuencia de observación de los aliados no es baja, considerando la cantidad de canales
referidos. En esta aproximación las fuentes informan que muchas de estas provisiones fueron
concedidas a Roma como fuerzas auxiliares durante los conflictos contra Filipo V, Antíoco III y
Perseo. Las fuentes hablan de la colaboración hecha en naves, armas, caballos y elefantes.
El aprovisionamiento que llegó a través de los socii no itálicos también se hizo en modo
directo. En este caso las contribuciones fueron entregadas para ser consumidas por el ejército,
fundamentalmente por sus hombres y sus animales. En esta categoría las fuentes han distinguido
grano, vestuario y forraje.
Las tres entidades aludidas (Confederación, provincias y aliados no itálicos) han
concedido a Roma un aprovisionamiento constante; de hecho las fuentes lo han reconocido con
una frecuencia muy alta (54%) dentro del total de las observaciones registradas.
Esta consideración valida el aprovisionamiento directo como aquel más veces observado
por las fuentes y eventualmente más difundido entre las tropas. De acuerdo a estos datos vemos
que la estructuración administrativa de Roma fue funcional a los intereses logísticos del
abastecimiento militar.
A esta apreciación debemos agregar la situación del aprovisionamiento hecho a través de
las compañías de publicanos, que como hemos ya señalado nos llega sólo a través de Tito Livio.
La gestión de tales negocios era responsabilidad del Estado que debía organizar, a través del
censor, la subasta pública que garantizara una prestación seria y efectiva en términos de
aprovisionamiento.
Al respecto Livio alude el tema muy escasamente (1%), como muestra de una pequeña
referencia a una situación que probablemente fue practicada con mucha más frecuencia y poco
registrada en las fuentes.
Las transacciones realizadas con privados no sólo aluden a los publicanos; en las fuentes
tenemos referencias de otros comerciantes que contribuyeron al aprovisionamiento del ejército a
través de sus negocios directamente con los solados o sus generales.
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