Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

Esta actitud de no incorporar naves enemigas a la flota romana se repite después de
Cinoscéfalos, en 196. Sabemos que T.Q.Flaminino dispuso en el tratado 566 que Filipo V debía
entregar todas sus naves cubiertas (a excepción de 5 y de la nave real). Esta imposición no
contribuyó al aprovisionamiento romano, pero sí frenó la potencia naval de Macedonia, éste era
el objetivo de fondo.
En el tratado con que Roma definió la guerra contra Antíoco, en 188, la situación fue
diferente porque se priorizó el beneficio geopolítico, de Roma y sus aliados. En este extenso
documento no hay indicios de la entrega de armas al ejército romano, por el contrario, las naves y
los elefantes obtenidos fueron donados a Eumenes. Sólo se indica que Roma recibió 540.000
moyos de grano, pero no se indica la destinación de este grano, que suponemos fue consumado
por las tropas.
Así también Cn. Manlio Vulson dispuso la entrega de todas las naves mercantes con sus
respectivos aparejos 567 , en este caso tampoco se indica la destinación. Vale tener presente que
Quinto Fabio Labeone 568 recibió la orden de quemar las naves sirianas que encontrara en Pátara,
lo que ratifica el desinterés de Roma por las naves extranjeras adquiridas a través de tratados de
guerra.
En términos conclusivos es claro que el aprovisionamiento hecho a través de la deditio y
del tratado fue bastante selectivo; esto se constata cuando vemos que las naves enemigas (de
guerra y mercantes) y sus armas, en general, no fueron incorporadas al ejército romano, mientras
sí lo fueron grano, vestuario y elefantes (exigidos en los acuerdos preliminares), que eran
exigidos según las necesidades del ejército y la disponibilidad de los derrotados.
También se verifican algunas veces en que las fuentes informan de la existencia de un par
de casos especiales. En éstos se llegó a un acuerdo particular a través del cual se accedió a
diversas provisiones que muy probablemente fueron incorporadas al ejército romano.
El primero de estos episodios lo recuerda Livio 569 y habría acaecido en 214 a propósito de
la revuelta en la ciudad sícula de Murgnatina. La fuente señala que esta ciudad había traicionado
la causa romana y en mérito de esta acción se decidió castigarla (proditio); se le exigió portar a la
guarnición una gran cantidad de grano y víveres de todo tipo.
566
Livio 33,30,5; Pol. XVIII,44,6-7; Ap., Mac., IX,2-3; Plut., Flam., IX ; Zon., XVIII,9,16-17. Cfr. Sherwin-White,
A.N., 1984, 62-63.
567
Livio 38,38,8 y 13; Polibio, XXI,32,1-15; Apiano, Sir., XI,VII,38; Cfr. Sherwin-White, A.N., 1984, 64-65; Cfr.
Briscoe, J., 2008, 135-137.
568 Polibio XXI,44,3.
569 Livio 24,36,10.
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