Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

La cuestión más compleja fue la sobre producción monetaria desde el año 123 a.C y hasta
fines del siglo II a.C.; en este arco temporal la emisión pudo variar entre 5 y 26 millones de
monedas emitidas 454 . Una cuestión así de compleja no puede atribuirse tan sólo a los gastos
militares porque sabemos que entre el 167 y el 50 a.C. los estipendios de los soldados no fueron
incrementados a causa del continuo proceso de inflación 455 .
Para Crawford esta enorme emisión monetaria fue efecto de los cambios a nivel militar,
pero nosotros creemos que el fenómeno monetario se debe entender en un contexto mayor. Los
gastos militares tuvieron un peso muy significativo, pero no determinante; sería un grave error
pretender explicar un fenómeno así de complejo considerando sólo una variable.
No podemos dar a los gastos militares un tratamiento aislado del contexto económico en
que se desarrollaron. Se debe considerar que en modo paralelo se pusieron en práctica cambios en
la producción, en la distribución y en el consumo; el esquema económico evolucionaba hacia una
dimensión más compleja que abarcaba zonas geográficas de gran amplitud. Es innegable que la
moneda debió adaptarse al estilo de comercialización vigente 456 .
Debemos considerar que en este momento coincidieron una serie de factores que reunidos
explican mejor este proceso. No podemos ignorar que detrás de este enorme crecimiento de la
masa monetaria coexistió una dinámica financiera caracterizada por la velocidad en la circulación
de la moneda. Esta aceleración se explica por el aumento en el número de transacciones y por la
enorme importancia adquirida por los bancos (mensae).
En esta base teórica se sustentan Petrucci 457 y Howgego 458 para proponer que el sistema
romano concibió el uso de la moneda en un modo bastante sofisticado. De acuerdo con esta
454 Crawford, M., 1974, 701-706.
455 Gabba, E., Aspetti economici e monetari del soldo militare dal II sec. a.C. al II sec. d.C., en “Les ‘dévaluations’ à
Rome. Époque républicaine et impériale. Roma, 1978, 217-225, 219.
456 Cfr. Hopkins, K., 1980, 102 ha llevado a cabo una interesante reflexión que abarca los cambios económicos
acaecidos en esta etapa de ajuste en los esquemas de consumo, tanto en la República así como en el Imperio. De
hecho en una de sus proposiciones busca demostrar cuánto se había desarrollado el comercio de ultramar revisando
la cantidad de naufragios encontrados en aguas mediterráneas desde el siglo V a.C. al siglo VII d.C. Cfr. Lo Cascio,
E., State and coinage in the late republic and early empire, en “JRS”, Londres, 1981, 76-86, 77; Astin, A., 1990, 26-
31.
457 Petrucci, A., Mensam exercere, studi sull’impresa finanziaria romana II secolo a.C. – metà del III secolo d.C.,
Nápoles, 1991, 12-13, dice: “Le attivitá bancarie si incrementarono e si diffondono proprio grazie alla crescita dei
traffici commerciali, della produzione industriale ed agricola, che richiedono l’impiego di sempre maggiore somme
di denaro. A tali esigenze non sopperiscono soltanto i capitalisti degli strati più ricchi della società, ma anche su
larga scala le imprese private dei banchieri…”. Petrucci, 11-17, discute las tendencias historiográficas en torno a la
importancia del banco en el desarrollo financiero romano. Cfr. Harris, W., A revisionist view of Roman money, en
“JRS”, vol. XCVI, Londres, 2006, 1-24, 12-13; Dosi-Schnell, 1993, 33-36.
458 Howgego, C., 1992, 2-15, asegura que la figura del banquero era muy difundida ya desde el siglo II a.C., por lo
tanto la necesidad de créditos generó un aumento en la cantidad de endeudados, lo que efectivamente exigió la
presencia de un mayor número de monedas en circulación. Destaca que los créditos podían venir desde los mismos
publicanos, pero además de otras instituciones, sobre todo en época imperial.
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