Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

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09.05.2013 Views

así como también en el 214 el Estado recurrió a impuestos extraordinarios (seguramente cobrados por publicanos) para asegurar los recursos que le permitieron equipar la flota 443 , en este caso el pago se postergó hasta el fin de la guerra. Afrontar económicamente la guerra en momentos de crisis fue una tarea ardua para el Estado; de hecho sabemos por Livio que hacia fines del siglo III la situación exigió medidas excepcionales que apelaron al espíritu cívico de todos los estratos sociales 444 . La realidad financiera de Roma durante el siglo II tendió a variar respecto al siglo anterior, principalmente porque la inflación se hizo cada vez mayor y la intensidad de la guerra, en sus diferentes frentes, exigió un aumento en el número de hombres enrolados. Por esta última razón el pago de los soldados incidió fuertemente en los criterios económicos durante todo este siglo, de hecho determinó que muchos de los recursos económicos que poseía el fisco estuvieran pensados en contribuir con el pago de las tropas y de las provisiones de guerra, una de las fuentes más recurrentes fueron los recursos obtenidos con el vectigalia de los provinciales 445 . Este marcado protagonismo militar está muy bien representado en las cifras de monedas emitidas que Crawford ha estudiado; éstas dan cuentas de la amplitud económica experimentada por el mercado romano en la medida que transcurría el siglo II a.C. Indudablemente el impulso del modelo económico 446 posibilitó asumir los costos militares con cierta solvencia. Esto fue un atractivo muy fuerte para los campesinos, quienes al incorporarse al ejército masivamente generaron todo un cambio a nivel económico. Estos cambios potenciaron un crecimiento urbano que inevitablemente generó la decadencia del mundo rural y, por lo tanto, afectó la disponibilidad de mano de obra en toda la gama de actividades agropecuarias, incluyendo la pequeña industria. 443 Livio 24,11,7-9. 444 Por ejemplo, en el año 210 la situación militar se hizo más crítica, por tanto el Estado incurrió en préstamo de joyas y metales preciosos por parte de senadores y caballeros (Livio 26,36,4-8) que serán pagados en tres cuotas a partir del año 204. Por esta misma crisis financiera en el año 209 el Estado se debió valer del oro depositado en el tesoro sacro (Livio 27,10,11-13); mientras que el año 205 para equipar el ejército siciliano de Escipión, que debía hacer la guerra en Africa, se apeló a los contribuyentes privados que en modo voluntario colaboraron con esta causa (Livio 27,45,13-21). 445 Gabba, E., 1977, 22-23, sostiene que el pago del sueldo a los soldados fue un factor de mucha importancia en las consideraciones hechas por el Estado. De acuerdo a esto el Estado programaba pagar los estipendios en base al vectigalia pagados por los provinciales. 446 Erdkamp, P., 2006, 47-50, cuya teoría central sostiene que el crecimiento económico del siglo II a.C. promovió no sólo la proletarización de las tropas, sino también la urbanización de Roma y la crisis rural, dos temas muy interesantes, pero que no abordaremos en este trabajo. 134

Los cálculos hechos por Crawford presentan una panorámica clara de la relación entre gasto fiscal y emisión monetaria, desde el año 157 al 50 a.C. 447 . De acuerdo a las cifras que él maneja parece que la fluctuación de la emisión monetaria se mantuvo más bien en cantidades bajas hasta el año 124 a.C., es decir, un año antes de que Cayo Graco legislara sobre temas militares. Entre los años 157 y 123 a.C. la producción monetaria se movió entre márgenes de 2 y 8 millones de monedas emitidas 448 . Estos límites de producción fueron una continuación lógica de los montos de emisión monetaria practicados desde inicios del siglo II a.C., una época de transición entre el viejo y el nuevo modelo monetario 449 . En este marco temporal la pendularidad de la cifra de emisión monetaria se presenta muy amplia porque coincide con un período de guerras bastante intenso (guerra contra Giugurta, cimbrios, teutones y galos). A este factor se agrega una proletarización de tropas mucho más sostenida que exigió un cambio en la logística de la guerra porque incrementó la demanda de insumos de productos como el grano 450 . La situación militar exigió al Estado dar prioridad al consumo militar por sobre el ciudadano 451 y dejó a la población en una situación bastante dificultosa: carente de grano y afecta a fluctuaciones de precios que generalmente determinaban el alza del cereal 452 . Evidentemente los excedentes 453 de la producción de grano no bastaron como oferta disponible para satisfacer una demanda cada vez mayor y que el Estado no podía cubrir a pesar del intenso tráfico de grano existente. 447 La información en cifras que entrega Crawford constituye la única base de conocimiento preciso que tenemos para ésta época, lamentablemente él no especifica nada respecto a los años precedentes; por lo tanto, para aproximarnos a los gastos que probablemente se hicieron durante el siglo III debemos recurrir a la información entregada por T. Frank en la tabla que hemos presentado en la p. 122. 448 Crawford, M., 1974, 698-701, de acuerdo a las cuentas hechas la pendularidad de las cifras no es tan amplia, por tanto en un cierto modo se habría logrado estabilidad durante esta primera etapa de ajuste de la nueva moneda. Crawford propone que la emisión rompió su regularidad durante los años 138 y 136 cuando las cifras de emisión alcanzaron niveles mayores a los habituales (9 y 16 millones de monedas emitidas) que coincide con la guerra contra Numancia y contra los celtas. 449 Si tomamos como referencia las cifras de gasto militar que da Frank podemos verificar que las cantidades desembolsadas por el Estado iban en aumento paulatino. Por lo tanto entre los años 200-157 a.C. la acuñación de monedas no pudo superar aquella que dan las cifras de Crawford. 450 Roth, J., 1999, 232, reconoce el aporte matemático de Crawford y se sirve de éste para hacer notar que los enormes gastos militares entre los años 140 y 100 a.C., implicaron un fuerte cambio en la logística de la guerra porque el aumento en la demanda del grano hizo aumentar su precio. 451 Garnsey, P. – Rathbone, D., 1985, 22. Cfr. Garnsey, P., 118-130. 452 Rickman, G., 1980, 154, ha establecido que el alza del precio del trigo pudo estar sujeta a tres factores fundamentales que incidieron sobre la cantidad de grano disponible en el mercado: 1º la quiebra del productor provincial (Africa, Egipto, Sicilia o Cerdeña), 2º la embestida de una tormenta marítima que impidiera la entrega del grano y 3º la puesta en práctica de una administración mal organizada o corrompida. 453 Erdkamp, P., 1995, 190-191. 135

así como también en el 214 el Estado recurrió a impuestos extraordinarios (seguramente cobrados<br />

por publicanos) para asegurar <strong>los</strong> recursos que le permitieron equipar la flota 443 , en este caso el<br />

pago se postergó hasta el fin <strong>de</strong> la guerra.<br />

Afrontar económicamente la guerra en momentos <strong>de</strong> crisis fue una tarea ardua para el<br />

Estado; <strong>de</strong> hecho sabemos por Livio que hacia fines <strong>de</strong>l siglo III la situación exigió medidas<br />

excepcionales que apelaron al espíritu cívico <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> estratos sociales 444 .<br />

La realidad financiera <strong>de</strong> Roma durante el siglo II tendió a variar respecto al siglo<br />

anterior, principalmente porque la inflación se hizo cada vez mayor y la intensidad <strong>de</strong> la guerra,<br />

en sus diferentes frentes, exigió un aumento en el número <strong>de</strong> hombres enrolados.<br />

Por esta última razón el pago <strong>de</strong> <strong>los</strong> soldados incidió fuertemente en <strong>los</strong> criterios<br />

económicos durante todo este siglo, <strong>de</strong> hecho <strong>de</strong>terminó que muchos <strong>de</strong> <strong>los</strong> recursos económicos<br />

que poseía el fisco estuvieran pensados en contribuir con el pago <strong>de</strong> las tropas y <strong>de</strong> las<br />

provisiones <strong>de</strong> guerra, una <strong>de</strong> las fuentes más recurrentes fueron <strong>los</strong> recursos obtenidos con el<br />

vectigalia <strong>de</strong> <strong>los</strong> provinciales 445 .<br />

Este marcado protagonismo militar está muy bien representado en las cifras <strong>de</strong> monedas<br />

emitidas que Crawford ha estudiado; éstas dan cuentas <strong>de</strong> la amplitud económica experimentada<br />

por el mercado romano en la medida que transcurría el siglo II a.C.<br />

Indudablemente el impulso <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo económico 446 posibilitó asumir <strong>los</strong> costos <strong>militares</strong><br />

con cierta solvencia. Esto fue un atractivo muy fuerte para <strong>los</strong> campesinos, quienes al<br />

incorporarse al ejército masivamente generaron todo un cambio a nivel económico. Estos<br />

cambios potenciaron un crecimiento urbano que inevitablemente generó la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l mundo<br />

rural y, por lo tanto, afectó la disponibilidad <strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra en toda la gama <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s<br />

agropecuarias, incluyendo la pequeña industria.<br />

443 Livio 24,11,7-9.<br />

444 Por ejemplo, en el año 210 la situación militar se hizo más crítica, por tanto el Estado incurrió en préstamo <strong>de</strong><br />

joyas y metales preciosos por parte <strong>de</strong> senadores y caballeros (Livio 26,36,4-8) que serán pagados en tres cuotas a<br />

partir <strong>de</strong>l año 204. Por esta misma crisis financiera en el año 209 el Estado se <strong>de</strong>bió valer <strong>de</strong>l oro <strong>de</strong>positado en el<br />

tesoro sacro (Livio 27,10,11-13); mientras que el año 205 para equipar el ejército siciliano <strong>de</strong> Escipión, que <strong>de</strong>bía<br />

hacer la guerra en Africa, se apeló a <strong>los</strong> contribuyentes privados que en modo voluntario colaboraron con esta causa<br />

(Livio 27,45,13-21).<br />

445 Gabba, E., 1977, 22-23, sostiene que el pago <strong>de</strong>l sueldo a <strong>los</strong> soldados fue un factor <strong>de</strong> mucha importancia en las<br />

consi<strong>de</strong>raciones hechas por el Estado. De acuerdo a esto el Estado programaba pagar <strong>los</strong> estipendios en base al<br />

vectigalia pagados por <strong>los</strong> provinciales.<br />

446 Erdkamp, P., 2006, 47-50, cuya teoría central sostiene que el crecimiento económico <strong>de</strong>l siglo II a.C. promovió<br />

no sólo la proletarización <strong>de</strong> las tropas, sino también la urbanización <strong>de</strong> Roma y la crisis rural, dos temas muy<br />

interesantes, pero que no abordaremos en este trabajo.<br />

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