Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

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09.05.2013 Views

a una crisis de esta envergadura 433 . Roma se encaminaba hacia una dimensión financiera desconocida y arriesgada en momentos de particular complejidad. La depreciación monetaria fue sostenida y creciente. Quien ha especificado las cifras con claridad, más allá de la cuestión técnico-numismática, es Nicolet 434 ; él propone que la “manipulación monetaria” del siglo III a.C. tuvo como objetivo disminuir la cantidad de dinero que salía desde el fisco destinada al pago de los estipendios. Sabemos que el Estado romano manipuló la emisión de monedas de argento para mantener controlada la inflación 435 y así poder enfrentar las emergencias. Se pretendía ahorrar para evitar un balance negativo que lo condujera a la insolvencia, precisamente cuando los gastos militares se incrementaban exponencialmente. De acuerdo a esta situación monetaria en el año 212 a.C se evidenciaban dos realidades contrapuestas. Por un lado la astucia del Estado romano para buscar una solución a la creciente ola de gastos militares y por otra la emisión de una moneda de plata que no propició un cambio significativo a la cuestión financiera 436 . La preocupación de fondo se mantuvo porque no se lograba estabilizar la fluctuante balanza comercial a pesar de los cambios introducidos. En este sentido los estudiosos se han planteado el tema de la relación entre cantidad de soldados y cantidad de monedas emitidas. Sólo para hacerse una idea de la cantidad de monedas emitidas Burnett sostiene que el objetivo de esta moneda de plata fue garantizar el pago de estipendios a los soldados “no romanos” 437 , es decir, este dato ayuda a entender que la cifra pudo estar determinada por la enorme cantidad de soldados aliados; imaginemos la cifra final si además se agregan los soldados romanos. 433 Sutherland, C.H.V., Monnaies romaines, Oxford, 1974, 45, sostiene : “Les finances de l’Etat romain et de son gouvernement avaient atteint des limites inconnues jusqu’alors, et probablement sans leur pareil dans les périodes ultérieures de la République”. 434 Nicolet, C., 1984, 187-188. Afirma que desde el año 217 se alteró además el peso de la moneda de plata (el quadrigatus) que fue reducido en 1/6; luego el as, que pesaba media libra, fue reducido en 1/3; hacia el 215 a.C. el quadrigatus fue reducido en 4,5 scrupuli y el as en 1/4 de libra. Más tarde, en el 214 a.C. fue introducido el denario de plata y el as fue reducido en una libra. Agrega que tal vez en el año 209 a.C. el as fue nuevamente reducido en 1/12 de libra. Cfr. Sutherland, C.H.V., 1974, 52-53, propone que Roma debió devaluar la moneda como medida de emergencia. De este modo el bronce sufriría una fuerte baja de peso, probablemente debido a su importancia como material de guerra; por lo tanto el “as” de bronce cayó valóricamente y fue sustituida por la moneda de plata, que recibió el nombre de “victoriati”. Este nuevo tipo de denario fue emitido en cantidad limitada y habría circulado durante todo el período de guerra, hasta el año 202 a.C. que corresponde a la expulsión de Aníbal desde Italia. 435 Kenneth, W. H., 1996, 6. Cfr. Humbert, G., Saggio sulle finanze e sulla contabilità pubblica presso i Romani, Bologna, 1977, 17-18. 436 Sutherland, C.H.V., 1974, 53 “… le nouveau système romain d’argent, se référant à des valeurs de bronze, n’avait aucune signification: des bénéficiaires hors de l’Etat romain, l’armée et la marine romaines. Leur but était de fournir un monnayage garanti par Rome, pour le paiement des non-Romains…”. 437 Burnett, A., 1987, 90-92. 132

Sin embargo nosotros creemos que la emisión de argento no pudo estar condicionada solamente a este factor, sino al conjunto de circunstancias propias de una economía en constante expansión y por lo tanto la emisión monetaria sobrepasó las expectativas de quienes pensaban en estos asuntos. Como corolario lógico de un proceso de este tipo se llegará al alza inevitable de los precios, el síntoma inequívoco de la inflación. En efecto, en una condición inflacionaria como esta el aumento de los precios era el indicador más claro de una economía inestable 438 , aun cuando no era el único indicador de este fenómeno. De acuerdo con las investigaciones de Kenneth 439 se debe considerar además que la inflación en Roma se identificó con la constante devaluación que sufrió la moneda de argento, lo que generó su discontinuidad (quinarius, sestertius y victoriatus) y condujo al uso de la moneda de bronce que fue nuevamente fraccionada hacia fines del siglo II a.C. La lenta decadencia del valor de la moneda también implicó que en algunas etapas extrañamente ésta “desapareciera” del mercado. Los estudiosos creen que la causa fue que el Estado habría “retirado” de la circulación las monedas para introducirlas en el aerarium, mientras los banqueros y privados lo hicieron para depositarlas en sus reservas patrimoniales 440 . El resultado fue la escasez de monedas en circulación y el consiguiente aumento de los precios; inclusive se debió detener la práctica de falsificar monedas 441 . En medio a estas difíciles circunstancias económicas es muy probable que los publicanos no se hayan visto trágicamente envueltos en esta crisis; de hecho ellos han demostrado que continuaron gozando de la liquidez económica necesaria para ganar las licitaciones con que el Estado aprovisionaba el ejército o también actuando como intermediarios en tal gestión. Sabemos que en el año 215 a.C. algunos publicanos actuaron como prestamistas del Estado que debía alistar el ejército porque no era capaz de sostenerse con sus propios recursos 442 ; 438 Burnett, A., 1987, 105, 110, la explica técnicamente a través de la denominada ecuación de Fisher. De acuerdo a los cálculos obtenidos por vía de esta ecuación se sabe que la inflación más fuertemente marcada tuvo lugar durante el siglo II a.C., esto tiende a corroborar que el alza de los insumos militares debe haber pesado enormemente sobre el Estado. Precedentemente Hopkins, K., 1980, 108 calculó los niveles de alza que sufrieron los precios durante el siglo II a.C. y sostiene que éstos subieron en proporción directa al aumento de monedas cuya velocidad de circulación fue más bien lenta. 439 Kenneth, W.H., 1996, 46-48. 440 Hopkins, K., Taxes and trade in the Roman Empire (200 B.C.-400 A.D.) en “JRS”, vol. LXX, Londres, 1980, 101-124, 109. 441 En medio a esta realidad surge la lex Gabinia de coitionibus (139 a.C.) sancionaba con pena capital a aquellos que emitieran monedas falsas; vale decir, la falsificación fue una práctica que se comprende muy bien en medio a este marco financiero en constante depresión. Esta nueva práctica legislativa es una muestra fehaciente del modo en que el Estado se adaptaba a los inconvenientes que generaba este nuevo sistema monetario. Cfr. Rotondi, G., 1962, 297; Burnett, A., 1987, 22. 442 Livio 23,48,9-10. Ver pp.97 y 99. 133

Sin embargo nosotros creemos que la emisión <strong>de</strong> argento no pudo estar condicionada<br />

solamente a este factor, sino al conjunto <strong>de</strong> circunstancias propias <strong>de</strong> una economía en constante<br />

expansión y por lo tanto la emisión monetaria sobrepasó las expectativas <strong>de</strong> quienes pensaban en<br />

estos asuntos. Como corolario lógico <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> este tipo se llegará al alza inevitable <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

precios, el síntoma inequívoco <strong>de</strong> la inflación.<br />

En efecto, en una condición inflacionaria como esta el aumento <strong>de</strong> <strong>los</strong> precios era el<br />

indicador más claro <strong>de</strong> una economía inestable 438 , aun cuando no era el único indicador <strong>de</strong> este<br />

fenómeno.<br />

De acuerdo con las investigaciones <strong>de</strong> Kenneth 439 se <strong>de</strong>be consi<strong>de</strong>rar a<strong>de</strong>más que la<br />

inflación en Roma se i<strong>de</strong>ntificó con la constante <strong>de</strong>valuación que sufrió la moneda <strong>de</strong> argento, lo<br />

que generó su discontinuidad (quinarius, sestertius y victoriatus) y condujo al uso <strong>de</strong> la moneda<br />

<strong>de</strong> bronce que fue nuevamente fraccionada hacia fines <strong>de</strong>l siglo II a.C.<br />

La lenta <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l valor <strong>de</strong> la moneda también implicó que en algunas etapas<br />

extrañamente ésta “<strong>de</strong>sapareciera” <strong>de</strong>l mercado. Los estudiosos creen que la causa fue que el<br />

Estado habría “retirado” <strong>de</strong> la circulación las monedas para introducirlas en el aerarium, mientras<br />

<strong>los</strong> banqueros y privados lo hicieron para <strong>de</strong>positarlas en sus reservas patrimoniales 440 . El<br />

resultado fue la escasez <strong>de</strong> monedas en circulación y el consiguiente aumento <strong>de</strong> <strong>los</strong> precios;<br />

inclusive se <strong>de</strong>bió <strong>de</strong>tener la práctica <strong>de</strong> falsificar monedas 441 .<br />

En medio a estas difíciles circunstancias económicas es muy probable que <strong>los</strong> publicanos<br />

no se hayan visto trágicamente envueltos en esta crisis; <strong>de</strong> hecho el<strong>los</strong> han <strong>de</strong>mostrado que<br />

continuaron gozando <strong>de</strong> la liqui<strong>de</strong>z económica necesaria para ganar las licitaciones con que el<br />

Estado aprovisionaba el ejército o también actuando como intermediarios en tal gestión.<br />

Sabemos que en el año 215 a.C. algunos publicanos actuaron como prestamistas <strong>de</strong>l<br />

Estado que <strong>de</strong>bía alistar el ejército porque no era capaz <strong>de</strong> sostenerse con sus propios recursos 442 ;<br />

438<br />

Burnett, A., 1987, 105, 110, la explica técnicamente a través <strong>de</strong> la <strong>de</strong>nominada ecuación <strong>de</strong> Fisher. De acuerdo a<br />

<strong>los</strong> cálcu<strong>los</strong> obtenidos por vía <strong>de</strong> esta ecuación se sabe que la inflación más fuertemente marcada tuvo lugar durante<br />

el siglo II a.C., esto tien<strong>de</strong> a corroborar que el alza <strong>de</strong> <strong>los</strong> insumos <strong>militares</strong> <strong>de</strong>be haber pesado enormemente sobre el<br />

Estado. Prece<strong>de</strong>ntemente Hopkins, K., 1980, 108 calculó <strong>los</strong> niveles <strong>de</strong> alza que sufrieron <strong>los</strong> precios durante el<br />

siglo II a.C. y sostiene que éstos subieron en proporción directa al aumento <strong>de</strong> monedas cuya velocidad <strong>de</strong><br />

circulación fue más bien lenta.<br />

439<br />

Kenneth, W.H., 1996, 46-48.<br />

440<br />

Hopkins, K., Taxes and tra<strong>de</strong> in the Roman Empire (200 B.C.-400 A.D.) en “JRS”, vol. LXX, Londres, 1980,<br />

101-124, 109.<br />

441<br />

En medio a esta realidad surge la lex Gabinia <strong>de</strong> coitionibus (139 a.C.) sancionaba con pena capital a aquel<strong>los</strong> que<br />

emitieran monedas falsas; vale <strong>de</strong>cir, la falsificación fue una práctica que se compren<strong>de</strong> muy bien en medio a este<br />

marco financiero en constante <strong>de</strong>presión. Esta nueva práctica legislativa es una muestra fehaciente <strong>de</strong>l modo en que<br />

el Estado se adaptaba a <strong>los</strong> inconvenientes que generaba este nuevo sistema monetario. Cfr. Rotondi, G., 1962, 297;<br />

Burnett, A., 1987, 22.<br />

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Livio 23,48,9-10. Ver pp.97 y 99.<br />

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