Análisis cuantitativo de los suministros militares - Historia Antigua

del censo mínimo, esta disposición permitió a los absidui integrar el estrato de los proletarios,
que fueron elevados de categoría social 391 , y que conformaron las tropas de mar y tierra.
Con esta innovación se ofrecía a los “nuevos proletarios” la posibilidad de transformarse
en un “soldado mercenario” 392 es decir: aquel que combatía en función del estipendio y de la
recompensa del botín de guerra.
Esta disposición eliminó la conscripción mediante el anónimo tumultus 393 y dio paso a la
profesionalización de las tropas: hacer la guerra se convirtió en una profesión que encontró en el
enrolamiento una fuente de trabajo.
Este hecho tuvo una enorme importancia porque con el crecimiento en el número de las
tropas se transformó la estructura militar del ejército que potenciaba mucho más su capacidad de
ataque. En adelante atacar con distintos manípulos favoreció la alternancia entre los hombres y la
resistencia de la legión, pero en el arco de un par de décadas esta innovación exigirá un cambio a
nivel armamentístico.
Todo indica que el Estado romano inició la ampliación del ejército sin darse cuenta de las
dificultades financieras que esto le generaría. Emilio Gabba 394 afirma que el financiamiento de
las tropas constituyó un daño enorme para el Estado porque en adelante debería asumir el costo
de todos los estipendios. El único alivio era que las provisiones militares (grano, vestuario y
sostiene que las consecuencias sociales y políticas de esta crisis fueron terribles porque condujeron la clase de los
pequeños y medianos propietarios agrícolas a la categoría de “proletarios”.
391 Gabba, E., 1949, 189, explica: “Esto que podría parecer una ficción jurídica, encuentra su explicación en el
hecho que ofrecía, en el ámbito que competía a los ordenamientos timocráticos, la posibilidad de hacer entrar
efectivamente en el elenco de los llamados, ciudadanos que antes no lo fueron”.
392 Nicolet, C., Armeé et socièté à Roma sous la République, en “Problèmes de la guerre à Rome”, Paris-La Haya,
1969, 117-156, 124, ha estudiado el tema de la proletarización de los pequeños propietarios agrícolas obligados a
enrolarse en el ejército conformando una nueva clase que él ha llamado de “mercenarios” y que ha sido últimamente
refutado por De Blois, L., Army and society in the late Roman republic: professionalism and the role of the military
middle cadre en Kaiser, Herr und Gesellschaft in der Römischen Kaiserzeit, Stuttgart, 2000, 11-31.
393 Gabba, E., 1949, 189, es decir, sostiene que quedó atrás el reclutamiento de las masas anónimas y se dio paso a la
tropa inscrita en un listado nominativo, este tipo de reclutamiento ya había sido usado como fuerza efectiva luego de
las horrendas derrotas de Trasimeno (217) y Cannas (216). Cfr. Nicolet, C., Le métier de citoyen dans la Rome
républicaine, Paris, 1976, 129 ; Nicolet, 1984, 233-245.
394 Gabba, E., 1949, 191. “En realidad, en términos militares (y sólo esto es lo que nos importa) el daño que recibía
el Estado por el estado de las cosas fue extremadamente grave, porque la mayor parte de los ABSIDUI era tal sólo de
nombre, no de hecho (es decir económicamente) y el Estado fue en consecuencia obligado a tomar sobre sí mismo
una carga siempre mayor, debiendo armar a los ciudadanos en proporciones siempre crecientes”. En este mismo
tema Gabba, E., Esercito e fiscalità a Roma..., 1977, 20-23, enfatiza la importancia que tuvo la utilización del botín
de guerra, cuyo objetivo central fue invertirlo en solventar los gastos del Estado que pudo ser directamente empleado
en el pago de los estipendios militares, si la situación económica lo imponía, tal y como ocurrió durante el siglo II
a.C.
122