PERIQUILLO SARNIENTO EL - Taller Literario
PERIQUILLO SARNIENTO EL - Taller Literario PERIQUILLO SARNIENTO EL - Taller Literario
de mil en mil, y al hombre arrepentido ¿lo imitan muchos? No, sólo unos cuantos. Con razón o sin ella alabamos todos el soneto del padre Pelayo, unos por cumplimiento y otros por afecto o inclinación al poeta. A imitación de éste, escribió su amigo Anselmo la siguiente DÉCIMA Ante ese cadáver yerto me avergüenzo de mi trato; fui con él amigo ingrato, y le debo, aun cuando muerto, mis alivios. Bien advierto que fue mi mejor amigo. De su virtud fui testigo, y creo Dios lo perdonó, pues en mí favoreció y perdonó a su enemigo. Como tenemos todos un poco de copleros a lo menos, fuimos escribiendo en la humildísima pared los versuchos que nos venían a la imaginación y a la mano. Leída la décima anterior, tomó el carbón su amigo don Jacobo, y escribió esta OCTAVA
A este cadáver, que una losa fría cubre de polvo, yo debí mi suerte; encontréme con él un feliz día; me libró del oprobio y de la muerte. Dicen que malo fue, no lo sabía; su virtud sólo supe, y ella advierte que el que del vicio supo retirarse es digno de sentirse y de llorarse. Don Tadeo le quitó el carbón a Jacobo y escribió la siguiente QUINTILLA Yace aquí mi buen amigo que me calumnió imprudente; fui de su virtud testigo; él me socorrió clemente, y hoy su memoria bendigo. Se le rodaban las lágrimas al maestro Andrés, al leer los elogios de su amo, y el padre Pelayo, conociendo cuánto debía de amarlo, por ver lo que producía, le dio el carbón, y por más que el pobre se excusaba de recibirlo, nos rodeamos de él, instándole a que escribiera alguna cosita. Ello nos costó trabajo persuadirlo pero, por fin, hostigado con nuestras súplicas; cogió el tosco pincel y escribió esta
- Page 643 and 644: -No, no he tenido el gusto de saber
- Page 645 and 646: Es verdad que hay mendigos falsos y
- Page 647 and 648: El golpe que el caballo llevó fue
- Page 649 and 650: -¿De nosotros? -preguntaba muy adm
- Page 651 and 652: Semejante espectáculo concilió mu
- Page 653 and 654: A este tiempo entró mi cajero muy
- Page 655 and 656: “Cuando me vi sin el amparo y som
- Page 657 and 658: -¿Y qué hizo usted, don Tadeo -le
- Page 659 and 660: por lo que, después de darle los p
- Page 661 and 662: Casualmente encontré un día al pa
- Page 663 and 664: Cosa de cuatro años viví muy cont
- Page 665 and 666: con esta pobre señora, a quien he
- Page 667 and 668: desengañado del mundo, he variado
- Page 669 and 670: con muchachos; pero es ardua empres
- Page 671 and 672: Luego que pasaron las primeras salu
- Page 673 and 674: Esta alegre comitiva nos condujo al
- Page 675 and 676: CAPÍTULO XV EN EL QUE PERIQUILLO R
- Page 677 and 678: -Pues tan lejos estaría yo de inco
- Page 679 and 680: Corté el hilo de mi historia; pero
- Page 681 and 682: Sólo en este caso se debe empuñar
- Page 683 and 684: distribuya lo sobrante en favor de
- Page 685 and 686: vivas; no tomes por modelo de tu co
- Page 687 and 688: como lo he observado en otros morib
- Page 689 and 690: que proteges benigno los seres que
- Page 691 and 692: Por fin se trató de darle sepultur
- Page 693: No todos tienen tal suerte; antes d
- Page 697 and 698: está usted autorizado para hacer l
- Page 699 and 700: Cumplí este encargo con la exactit
- Page 701 and 702: Como ninguno cree que tales libros
- Page 703 and 704: [10] Todavía hay pueblos donde los
- Page 705 and 706: [30] No son defectos. El mundo mira
- Page 707 and 708: impares; pero la gracia está en sa
- Page 709 and 710: para graduar el carácter de los ho
- Page 711 and 712: cuántos modos puede hacerse esta v
- Page 713: [98] Ley I, tít. 2, lib. 2 de la R
de mil en mil, y al hombre arrepentido<br />
¿lo imitan muchos? No, sólo unos cuantos.<br />
Con razón o sin ella alabamos todos el soneto del padre Pelayo, unos por cumplimiento y<br />
otros por afecto o inclinación al poeta.<br />
A imitación de éste, escribió su amigo Anselmo la siguiente<br />
DÉCIMA<br />
Ante ese cadáver yerto<br />
me avergüenzo de mi trato;<br />
fui con él amigo ingrato,<br />
y le debo, aun cuando muerto,<br />
mis alivios. Bien advierto<br />
que fue mi mejor amigo.<br />
De su virtud fui testigo,<br />
y creo Dios lo perdonó,<br />
pues en mí favoreció<br />
y perdonó a su enemigo.<br />
Como tenemos todos un poco de copleros a lo menos, fuimos escribiendo en la<br />
humildísima pared los versuchos que nos venían a la imaginación y a la mano. Leída la<br />
décima anterior, tomó el carbón su amigo don Jacobo, y escribió esta<br />
OCTAVA