09.05.2013 Views

PERIQUILLO SARNIENTO EL - Taller Literario

PERIQUILLO SARNIENTO EL - Taller Literario

PERIQUILLO SARNIENTO EL - Taller Literario

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Diciendo esto, subí la escalera, dejándolo con la palabra en la boca sin socorro, y tan<br />

exasperado por mi mal acogimiento, que no tuvo más despique que hartarme a maldiciones,<br />

tratándome de cruel, ingrato, soberbio y desconocido. Los criados, que oyeron cómo se<br />

profería contra mí, por lisonjearme lo echaron a palos, y yo presencié la escena desde el<br />

corredor riéndome a carcajadas.<br />

Comí y dormí buena siesta, y a la noche fui a una tertulia donde perdí quince onzas en el<br />

monte, y me volví a casa muy sereno y sin la menor pesadumbre; pero no tuve una peseta<br />

para socorrer a mi desdichado tío. Me dicen que hay muchos ricos que se manejan hoy<br />

como yo entonces; si es cierto, apenas se puede creer.<br />

Así pasé dos a tres meses, hasta que Dios dijo: “basta”.<br />

CAPÍTULO VII<br />

EN <strong>EL</strong> QUE PERICO CUENTA <strong>EL</strong> MALDITO MODO CON QUE SALIÓ DE LA CASA<br />

D<strong>EL</strong> CHINO, CON OTRAS COSAS MUY BONITAS, PERO ES MENESTER LEERLAS<br />

PARA SABERLAS<br />

Como no hay hombre tan malo que no tenga alguna partida buena, yo, en medio de mis<br />

extravíos y disipación, conservaba algunas semillas de sensibilidad, aunque embotadas con<br />

mi soberbia, y tal cual respetillo y amor a mi religión, por cuyo motivo, y deseando<br />

conquistar a mi amo para que se hiciera cristiano, lo llevaba a las fiestas más lucidas que se<br />

hacían en algunos templos, cuya magnificencia lo sorprendía, y yo veía con gusto y<br />

edificación el gran respeto y devoción con que asistía a ellas, no sólo haciendo o imitando<br />

lo que veía hacer a los fieles, sino dando ejemplo de modestia a los irreverentes, porque<br />

después que estaba arrodillado todo el tiempo del sacrificio, no alzaba la vista, ni volvía la<br />

cabeza, ni charlaba, ni hacía otras acciones indevotas que muchos cristianos hacen en tales<br />

lugares, con ultraje del lugar y del divino culto.<br />

Yo advertí que movía los labios como que rezaba, y como sabía que ignoraba nuestras<br />

oraciones y no tenía motivo para pensar que creía en nuestra religión, me hacía fuerza, y un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!