Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
llevan coles en vez de faroles. Con sus idas y venidas unen Bergara, Oñati,<br />
Zumarraga y Aramaio.<br />
No suelen faltar los acordeonistas ruidosos que en compañía del panderetero<br />
vienen sobre el techo de los coches de caballos, dando alegre bienvenida<br />
a las fiestas previas a Navidades. Desde el Portalón a la curva de<br />
Zerkaosteta acuden los vendedores bullangueros golpeando sartenes y guadañas,<br />
metiendo el mayor ruido posible. Camino a Uarkape, en cambio, se<br />
venden burros, gallinas, capones, gansos y patos.<br />
La acera del Ferial, desde la peluquería de Olia hasta la casa vieja de los<br />
Resusta, se convierte en avenida de jóvenes sudorosos que bailan al son de<br />
los trikitilaris. Más allá, si subimos a las paredes de Kale Barri 4 escucharemos<br />
a algún dulzainero. Y frente a la escuela de niñas de Viteri, una mano<br />
anónima no deja de hacer girar a la manivela del pianillo de Las Columnas,<br />
como todos los años.<br />
Debajo de mi balcón hay un sacamuelas gritando las maravillas de un líquido<br />
rojo que supuestamente hace milagros para quitar el dolor de muelas,<br />
y asegurando que vende dicho líquido a veinticinco céntimos el frasco. A su<br />
lado, otro charlatán presenta una fórmula mágica de los indios americanos;<br />
se trata de grasa de serpiente, según él, apropiada tanto para picaduras y<br />
mordiscos venenosos como para el reuma. Lo veo rodeado de hombres y mujeres<br />
ansiosos por hacerse con una cajita. Los fuertes contrastes climatológicos<br />
que padecemos por estos pagos deben de tener influencia directa en<br />
nuestra salud y, al parecer, mi padre también padece de reuma, ya que el año<br />
pasado adquirió una de esas cajitas. Aquella misma tarde me pareció que mi<br />
progenitor había montado en cólera, como si lo hubieran engañado, y por lo<br />
que decía entre dientes a mi madre, el contenido de la caja no era más que<br />
viruta de madera.<br />
El sacamuelas, como su nombre indica, también ejerce su oficio habitual<br />
arrancándolas de raíz, siempre que el sufridor le compre un botecito de grasa<br />
de serpiente. En el momento de la operación se puede oír el estruendo de cha-<br />
(4) Ahora Calle Garibay.<br />
40