09.05.2013 Views

No digas que fue un sueño - Terenci Moix

No digas que fue un sueño - Terenci Moix

No digas que fue un sueño - Terenci Moix

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>No</strong> <strong>digas</strong> <strong>que</strong> <strong>fue</strong> <strong>un</strong> <strong>sueño</strong><br />

98<br />

<strong>Terenci</strong> <strong>Moix</strong><br />

-¿Qué pretendes, Cleopatra? Los detractores de tu familia han dicho a menudo <strong>que</strong> su<br />

error consistió en gobernar Egipto comportándose como griegos en Alejandría, y como<br />

faraones en el Alto Nilo...<br />

-El centro del m<strong>un</strong>do puede ser Egipto, pero Egipto ya no podrá vivir aislado. Al<br />

aferrarnos a la gloria del pasado olvidamos el presente; al cantar las glorias de Egipto,<br />

sus victorias sobre otras naciones, olvidamos <strong>que</strong> muchas de ellas ya no existen siquiera<br />

en nuestros mapas. ¡<strong>No</strong> quiero <strong>que</strong> ningún fantasma, por prestigioso <strong>que</strong> sea, dirija los<br />

pasos de mi príncipe!<br />

-Alejandría vive sumida en la intensidad de lo moderno, en lo <strong>que</strong> puede ofrecerle<br />

cada instante. El resto de Egipto vive anclado en tradiciones <strong>que</strong> ya eran viejas cuando<br />

<strong>fue</strong>ron construidas las pirámides. Son m<strong>un</strong>dos muy opuestos. Si llegan a colisionar, el<br />

desenlace podría resultar fatal.<br />

-Por el contrario seria <strong>un</strong>a colisión saludable. ¡Un Egipto adscrito a los tiempos<br />

nuevos, pero conservando lo mejor de los antiguos! ¡Sangre nueva inspirada por la <strong>que</strong><br />

viene sustentándonos desde hace siglos! ¿Qué mejor empeño podría desear <strong>un</strong> gran<br />

príncipe o, simplemente, <strong>un</strong> hombre joven?<br />

La proclama de <strong>un</strong>a juventud agresiva cayó sobre Sosígenes con intención de<br />

vencerle. El anciano dejó asomar <strong>un</strong>a lágrima por tantas horas perdidas, por tantos<br />

momentos irrecuperables. Y al contemplar, <strong>un</strong>o a <strong>un</strong>o, los objetos artísticos <strong>que</strong> la reina<br />

había re<strong>un</strong>ido para su placer en a<strong>que</strong>lla estancia, sintió <strong>que</strong> le arrastraban<br />

definitivamente hacia a<strong>que</strong>l lugar del Tiempo <strong>que</strong> no tiene regreso.<br />

-<strong>No</strong> sé si darte la razón, Cleopatra, por<strong>que</strong> el dilema <strong>que</strong> está planteado es el mío<br />

propio. Soy viejo y he visto muchas cosas, pero ning<strong>un</strong>a me ha ayudado a comprender<br />

el m<strong>un</strong>do como esperé hacerlo en los verdes días de mi juventud. También yo podría<br />

decirte <strong>que</strong> soy <strong>un</strong> ente ambiguo. Hablo del pasado de mi pueblo, pero soy tan<br />

alejandrino <strong>que</strong>, al hablar, lo hago en griego. Y mis ropajes no indican otra cosa <strong>que</strong> <strong>un</strong><br />

falso cosmopolitismo...<br />

Cleopatra se vio entonces a sí misma, medio griega, medio egipcia, cara y envés de<br />

<strong>un</strong>a moneda de oro destinada a circular por el m<strong>un</strong>do sin introducirse en su espíritu. Y<br />

emitió <strong>un</strong> suspiro de nostalgia por <strong>un</strong>a totalidad <strong>que</strong> n<strong>un</strong>ca llegaría a alcanzar...<br />

-<strong>No</strong> quise lastimar tus sentimientos, fiel Sosígenes. Ni hacerte pensar en cosas <strong>que</strong><br />

pudieran causarte daño. Pero al trazar tu retrato has dibujado el mío, y entre los dos<br />

hemos llorado por Alejandría creyendo <strong>que</strong> la estábamos alabando. Pertenecemos a <strong>un</strong>a<br />

raza en curso de extinción. Nuestra alma quiere <strong>que</strong>darse en los viejos santuarios del<br />

Nilo, pero el cerebro se complace polemizando en las ágoras de Atenas. Y amenazándolo<br />

todo, el águila de Roma...<br />

Quedó en silencio. Éste transcurrió hacia <strong>un</strong>a pausa impregnada de melancolía. Y sólo<br />

Sosígenes se atrevió a interrumpirla, invocando a la tiranía de las obligaciones.<br />

-En la sala del trono te espera el m<strong>un</strong>do <strong>que</strong> está forjando <strong>un</strong> viejo amigo de este<br />

palacio...<br />

Cleopatra tuvo el impacto de <strong>un</strong>a revelación, no el de <strong>un</strong> recuerdo.<br />

-¡El mensajero de Antonio! ¿Habrá llegado ya?<br />

-Ésta era la hora convenida. ¿Le recibirás en audiencia oficial?<br />

-Siendo romano no podría ser de otro modo. Antonio <strong>fue</strong> el último de esta raza <strong>que</strong><br />

entró en mis dependencias privadas. El último <strong>que</strong> me vio relajada, como si <strong>fue</strong>se <strong>un</strong>a<br />

mujer y no <strong>un</strong>a diosa. Después de su abandono, ningún romano ha de verme sin la<br />

coraza de mi gran madre Isis.<br />

Ordenó a sus damas <strong>que</strong> preparasen el vestido ceremonial. Y antes de ausentarse,<br />

Sosígenes encontró valor para preg<strong>un</strong>tarle:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!