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No digas que fue un sueño - Terenci Moix

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<strong>No</strong> <strong>digas</strong> <strong>que</strong> <strong>fue</strong> <strong>un</strong> <strong>sueño</strong><br />

46<br />

<strong>Terenci</strong> <strong>Moix</strong><br />

ISIS.-<strong>No</strong> bajaste solo, hermano y esposo amado. Mi fidelidad te acompañó. Tú me<br />

contagiaste el amor a los hombres y por medio de tu amor los amé. Y quise adiestrarlos<br />

en las artes de la magia. Y quise enseñarles los dones de la medicina para <strong>que</strong> pudiesen<br />

curarse de todo mal.<br />

Felices eran los esposos entre los humanos. Y amados por ellos de tal modo <strong>que</strong> los<br />

propios dioses del cielo se admiraban, pues n<strong>un</strong>ca habían conseguido tanta adoración.<br />

¡Callad! Mis ojos están a p<strong>un</strong>to de contemplar los negros abismos abiertos en el<br />

fondo del corazón de <strong>un</strong> dios. ¡Callad! Se acerca la serpiente <strong>que</strong> acecha a los rosales<br />

para dejar en ellos veneno en lugar de la fragancia.<br />

Así, así ha nacido el odio en el corazón de <strong>un</strong> hermano. ¡Sí! El odio más nefasto<br />

sustituye al amor en el alma impura del hermano de 0siris. De Set, sí, a quien los<br />

extranjeros llaman Tifón, a quien los niños llaman Demonio.<br />

SET.-Mi corazón es árido como el desierto donde habito. Odio a Osiris. Los hombres le<br />

prefieren. Los dioses le prefieren. Si no he de poseer sus altas cualidades, ejerceré las<br />

mías: ¡el poder del Mal!<br />

OSIRIS.-El fratricida descuartizó mi cuerpo. El fratricida me cortó en mil pedazos. El<br />

fratricida los arrojó al Nilo para <strong>que</strong> no recibiesen sepultura. ¡Flotando va mi carne,<br />

desde el Delta <strong>que</strong> se abre a los océanos hasta las tres cataratas <strong>que</strong> llevan a las ignotas<br />

selvas de África!<br />

ISIS. ¡Crimen f<strong>un</strong>esto! ¡Dolor al ver mi sangre así vertida! ¡Dolor de esposa y<br />

hermana enamorada! Osiris, tu cadáver descuartizado ya no conocerá la vida eterna. ¡El<br />

Mal cruzó los limites de la tumba!<br />

NEFTIS.-Yo, Neftis, esposa de Set, hermana de Isis, reniego de este crimen. Si hubo<br />

en mi corazón sombras de envidia, las ha borrado mi vol<strong>un</strong>tad de hermana. Escucha,<br />

Isis: yo he de acompañarte en tu bús<strong>que</strong>da de los fragmentos dispersos de tu esposo.<br />

Así, convertidas en sagradas peregrinas, Isis y Neftis recorren las tierras del Nilo.<br />

Ora encuentran la cabeza del esposo, ora <strong>un</strong> brazo o el pie o la boca. Cuando están<br />

en posesión de todo el cuerpo, Isis recurre a su ciencia extraordinaria.<br />

NEFTIS.-Isis, hermana, ¿qué haces con los pedazos de tu esposo?<br />

ISIS.-Vuelvo a <strong>un</strong>irlos como estuvieron en vida. Y así <strong>un</strong>idos, los regaré con<br />

<strong>un</strong>güentos preciosos. Y haré más todavía: envolveré los pedazos con <strong>un</strong>a sábana de<br />

finísimo lino <strong>que</strong>, manteniéndolos j<strong>un</strong>tos, evitará <strong>que</strong> vuelvan a perderse.<br />

NEFTIS.-Osiris: saludo en ti al señor del otro m<strong>un</strong>do. Allí reinarás, desde allí has de<br />

juzgar nuestras culpas. Y gracias a las industrias de mi hermana, todo egipcio tendrá<br />

derecho a ser como <strong>un</strong> Osiris cuando su cuerpo sea embalsamado.<br />

Pero el mal sigue libre sobre el m<strong>un</strong>do. El mal se arroja implacable sobre las<br />

cosechas. El mal se enseñorea de !as almas. ¡Maldito Set, abominable hermano, <strong>que</strong><br />

después de asesinar continúas tu negra misión!<br />

ISIS.-Sepan los hombres <strong>que</strong> el ojo de Osiris engendró en mis entrañas al <strong>que</strong> habrá<br />

de vengarle. Al <strong>que</strong> habrá de restituir el Bien sobre la tierra.<br />

NEFTIS.-¡Horus, hijo del sol!

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