09.05.2013 Views

No digas que fue un sueño - Terenci Moix

No digas que fue un sueño - Terenci Moix

No digas que fue un sueño - Terenci Moix

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>No</strong> <strong>digas</strong> <strong>que</strong> <strong>fue</strong> <strong>un</strong> <strong>sueño</strong><br />

El dios abandona a Antonio<br />

Libro cuarto<br />

146<br />

<strong>Terenci</strong> <strong>Moix</strong><br />

NO DIGAS QUE FUEN UN SUEÑO<br />

<strong>No</strong> aceptes tan vanas esperanzas.<br />

Como hombre preparado desde tiempos<br />

como corresponde a quien de tal ciudad<br />

<strong>fue</strong> digno<br />

[...]<br />

di tu adiós a esa Alejandría <strong>que</strong> pierdes<br />

para siempre<br />

CAVARIS<br />

La noble Octavia se despertó muy temprano, a<strong>un</strong><strong>que</strong> no a causa de <strong>un</strong> <strong>sueño</strong><br />

deficiente; ni siquiera por culpa de preocupaciones más serias de las acostumbradas. La<br />

despertó el vocerío de los criados en el atrio y el ruido impertinente de <strong>un</strong> carro <strong>que</strong> se<br />

alejaba.<br />

Por el chirriar de a<strong>que</strong>llas ruedas, mucho más próximas <strong>que</strong> el trueco <strong>que</strong> tanto<br />

molestaba a los romanos en a<strong>que</strong>llos días, intuyó la noble Octavia <strong>que</strong> alguien acababa<br />

de traer alg<strong>un</strong>a noticia importante o, cuanto menos, singular. ¡Supremo aliciente en<br />

a<strong>que</strong>llas semanas de absoluto tedio apenas amenizado por las disputas con su augusto<br />

hermano y los juegos de los niños!<br />

<strong>No</strong> tardó en aparecer en el comedor, debidamente vestida -es decir, con rigor y<br />

elegancia- y rodeada por todos sus criados. Como suele suceder en las relaciones entre<br />

la autoridad y el servicio, los <strong>que</strong> antes proclamaban la noticia a voz en grito no se<br />

atrevían ahora a proferir palabra. Y Octavia tuvo <strong>que</strong> recurrir a su hombre de confianza<br />

-como a él mismo le gustaba llamarse- para <strong>que</strong> la informáse debidamente sobre la<br />

causa de tanta confusión.<br />

De manera <strong>que</strong> el lindo Adonis, pregonero de la alegría matinal, con su liviano quitón<br />

azul celeste, se adelantó a la fila de los demás servidores y dijo:<br />

-Hazte <strong>fue</strong>rte, mi señora Octavia. Pues mi señor Marco Antonio ha sido derrotado en<br />

tierras de Asia.<br />

Octavia clavó las uñas en sus caderas para reprimir cualquier emoción. Pero Adonis,<br />

<strong>que</strong> las presentía todas, añadió:<br />

-Observa <strong>que</strong> te lo digo sin retórica alg<strong>un</strong>a. Ni falta hace, dada la magnitud de la<br />

catástrofe.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!