Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
-<strong>El</strong>av<strong>el</strong> estaba en p<strong>el</strong>igro. Corrí en su <strong>de</strong>fensa y <strong>de</strong>jé que la bola rodara hasta <strong>el</strong> abismo.<br />
-¿Lamentas haberlo hecho? ¿Preferirías haber obrado <strong>de</strong> otro modo?<br />
-Creo que no, señor. En <strong>el</strong> fondo, me alegro <strong>de</strong> haber actuado así.<br />
-¿Por qué?<br />
-Porque <strong>de</strong> los dos males he <strong>el</strong>egido <strong>el</strong> menor. La muerte <strong>de</strong> <strong>El</strong>av<strong>el</strong> habría sido<br />
irreparable. Pero la pérdida <strong>de</strong> la pieza <strong>de</strong>l rompecabezas no supone <strong>el</strong> fracaso total <strong>de</strong> la<br />
misión. Significa, simplemente, que tendré que seguir buscando. Al fin y al cabo existen<br />
otras seis.<br />
-¿Sabes que te arriesgas a per<strong>de</strong>r tu reino? Si tardas mucho en volver, <strong>el</strong> regente<br />
nombrará rey a tu primo.<br />
-Lo sé, señor. Pero si no vacilé en correr ese riesgo al comenzar esta aventura, tampoco<br />
voy a hacerlo ahora.<br />
-Dices bien. Pero no será necesario. Tu acción al salvar a <strong>El</strong>av<strong>el</strong> y, sobre todo, la forma<br />
en que has respondido a mis preguntas, son prueba suficiente.<br />
-No comprendo. ¿Quieres <strong>de</strong>cir que no es preciso buscar las otras piezas? ¿Acaso es<br />
posible recuperar la que ha caído al abismo sin fondo?<br />
-Eso tampoco sería necesario, aunque fuera posible. Pero no lo es. La Bola <strong>de</strong> Duva ha<br />
<strong>de</strong>saparecido para siempre, pero al mismo tiempo ha perdido su valor. Todo su po<strong>de</strong>r se<br />
ha transferido a ti. ¡<strong>Tivo</strong>, rey <strong>de</strong> Tiva! Tú eres ahora la primera pieza <strong>de</strong>l rompecabezas<br />
mágico.<br />
-¿Quieres <strong>de</strong>cir que yo puedo curar a Aguamarina?<br />
-En tus manos está.<br />
-Pero ¿cómo?<br />
-Ya te lo he dicho. Cuando llegue <strong>el</strong> momento, sabrás lo que tienes que hacer.<br />
<strong>El</strong>av<strong>el</strong>, que había estado escuchando atentamente este diálogo, no pudo contenerse y<br />
exclamó:<br />
-Ya sabía yo que todo se arreglaría. ¡Alabado sea <strong>el</strong> Señor <strong>de</strong> la Luz! ¡Mi hermana se<br />
curará!<br />
-Hija mía -dijo Kial-, pue<strong>de</strong>s estar satisfecha <strong>de</strong> tu pap<strong>el</strong> en esta aventura. Sin tu ayuda,<br />
sin <strong>el</strong> amor que profesas a Aguamarina, <strong>Tivo</strong> no habría triunfado. Pero ya hemos<br />
hablado bastante. Es hora <strong>de</strong> que regreséis a casa.<br />
77