You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
-Correrás muchos riesgos.<br />
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
-No más que los necesarios, podéis estar seguros. En <strong>el</strong> fondo soy un hombre pru<strong>de</strong>nte -<br />
dijo, riendo, Toral.<br />
-En cualquier caso -intervino <strong>El</strong>av<strong>el</strong>-, no nos marcharemos <strong>de</strong> aquí sin dar a<strong>de</strong>cuada<br />
sepultura al cuerpo <strong>de</strong> Kial. No po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jarlo así.<br />
-¡Está bien! -exclamó <strong>el</strong> klíraíta-. Os acompañaré hasta un campo que poseo don<strong>de</strong> no<br />
será difícil cavar una tumba. Yo también le estoy agra<strong>de</strong>cido. Ha dado su vida por la<br />
nuestra. -Se interrumpió, vaciló un poco y añadió-: He <strong>de</strong> reconocer que era una persona<br />
extraordinaria, y que los que le creían un <strong>de</strong>monio se equivocaron totalmente. Lo que ha<br />
hecho Kial es inaudito: dar la vida por personas a las que apenas conocía. Uno llega a<br />
<strong>de</strong>sear que hubiera algún lugar, más allá <strong>de</strong> este mundo, don<strong>de</strong> las buenas acciones<br />
obtengan recompensa.<br />
"Pero antes <strong>de</strong> partir -continuó- <strong>de</strong>bo pagar una <strong>de</strong>uda. Vosotros salvasteis mi vida<br />
cuando estaba prisionero <strong>de</strong> los nómadas. Ahora -dijo, con a<strong>de</strong>mán solemne, extrayendo<br />
<strong>de</strong> sus ropas la pieza <strong>de</strong>l rompecabezas-, tengo <strong>el</strong> honor <strong>de</strong> <strong>de</strong>volver al rey <strong>de</strong> Tiva <strong>el</strong><br />
objeto que en legítima herencia le pertenece. Aquí tienes la Bola <strong>de</strong> Duva, tu<br />
antepasado.<br />
-Gracias -exclamó <strong>Tivo</strong>, tomándola. Volviéndose a <strong>El</strong>av<strong>el</strong>, dijo-: Te confío este remedio<br />
que salvará la vida y la salud <strong>de</strong> tu hermana Aguamarina. Nadie mejor que tú podrá<br />
guardarlo hasta que regresemos a Tiva.<br />
Toral proporcionó a la muchacha una bolsita, don<strong>de</strong> guardó la pieza <strong>de</strong>l rompecabezas y<br />
que colgó en su cu<strong>el</strong>lo. Después, con ayuda <strong>de</strong> un fi<strong>el</strong> servidor <strong>de</strong> toda confianza, izaron<br />
<strong>el</strong> cuerpo <strong>de</strong> Kial a lomos <strong>de</strong> un caballo y partieron hacia <strong>el</strong> campo que Toral había<br />
indicado, situado en las afueras <strong>de</strong> la ciudad. Iban bien pertrechados <strong>de</strong> palas y otras<br />
herramientas que necesitarían para cavar la fosa.<br />
Al salir <strong>de</strong> la casa miraron en todas direcciones, pero las calles estaban <strong>de</strong>siertas. La<br />
lluvia no había amainado. Bajo <strong>el</strong> azote <strong>de</strong>l agua y <strong>de</strong>l vendaval emprendieron <strong>el</strong><br />
<strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> la colina <strong>de</strong> Klír. Apenas se habían perdido <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> una esquina,<br />
cuando una sombra se separó <strong>de</strong> la oscuridad <strong>de</strong> un callejón próximo y siguió sus pasos.<br />
No tardaron en llegar al campo que buscaban y comenzaron en seguida a trabajar,<br />
mientras <strong>El</strong>av<strong>el</strong> vigilaba. La sombra que les había perseguido se <strong>de</strong>tuvo un momento en<br />
la lin<strong>de</strong> <strong>de</strong>l terreno y, tras <strong>de</strong>scubrir lo que hacían, dio media vu<strong>el</strong>ta y corrió <strong>de</strong> regreso a<br />
la ciudad.<br />
Después <strong>de</strong> una hora <strong>de</strong> furioso cavar, quedó dispuesta la tumba, <strong>de</strong>positado en <strong>el</strong>la <strong>el</strong><br />
cuerpo <strong>de</strong> Kial y cubierto <strong>de</strong> tierra. Para evitar que se <strong>de</strong>scubriera, esparcieron la tierra<br />
sobrante por los alre<strong>de</strong>dores. La intensa lluvia, que aun continuaba, borraría<br />
rápidamente las hu<strong>el</strong>las <strong>de</strong> su obra.<br />
Toral y su criado les acompañaron hasta <strong>el</strong> puente sobre <strong>el</strong> río Gilo. Al entrar en él se<br />
<strong>de</strong>tuvieron. <strong>El</strong> klíraíta insistió en que sus amigos se llevaran los tres caballos para<br />
73