You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Manu<strong>el</strong> Alfonseca<br />
Corría la hora octava <strong>de</strong>l undécimo día <strong>de</strong> <strong>viaje</strong>, cuando dos <strong>de</strong> los acompañantes <strong>de</strong>l<br />
rey, que avanzaban algo <strong>de</strong>stacados en función <strong>de</strong> vigilancia, regresaron súbitamente.<br />
-Se acerca un jinete, Majestad -dijo <strong>el</strong> primero al llegar junto a <strong>Tivo</strong>.<br />
Todo <strong>el</strong> grupo se <strong>de</strong>tuvo y aguardó. Pronto pudieron oír <strong>el</strong> rumor <strong>de</strong> los cascos <strong>de</strong> un<br />
caballo que se aproximaba al galope. Unos momentos <strong>de</strong>spués apareció a su vista <strong>el</strong><br />
jinete, que vestía la librea <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Itin. <strong>Tivo</strong> le reconoció: se trataba <strong>de</strong> un noble<br />
caballero, llamado Cuinto, en quien <strong>el</strong> príncipe <strong>de</strong> Itin tenía gran confianza y que<br />
participaba activamente en las reuniones <strong>de</strong> su consejo privado.<br />
Al divisar <strong>el</strong> grupo que le aguardaba, <strong>el</strong> recién llegado se <strong>de</strong>tuvo. Pero, al percibir al rey,<br />
apareció en su rostro una expresión <strong>de</strong> sorpresa, espoleó a su caballo y se acercó.<br />
Cuando habló lo hizo con dificultad, casi sin aliento.<br />
-Me sorpren<strong>de</strong> veros aquí, Majestad. No teníamos noticia <strong>de</strong> vuestro <strong>viaje</strong>.<br />
-En efecto -respondió <strong>Tivo</strong>-. Partimos con cierta precipitación y no nos dio tiempo a<br />
enviar aviso a Itin. ¿Cuál es tu misión? Muy urgente <strong>de</strong>be ser, a juzgar por la rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong><br />
tu marcha.<br />
-Hace tres días salí <strong>de</strong> Itin con un mensaje para vos. La princesa Aguamarina está peor.<br />
Los médicos no pue<strong>de</strong>n hacer nada por <strong>el</strong>la. Dos días antes <strong>de</strong> mi partida perdió <strong>el</strong><br />
conocimiento y no ha vu<strong>el</strong>to a recuperarlo. <strong>El</strong> príncipe <strong>de</strong> Itin solicita vuestra presencia,<br />
puesto que <strong>el</strong> <strong>de</strong>senlace fatal se consi<strong>de</strong>ra inminente. Pero veo que mi <strong>viaje</strong> ha resultado<br />
inútil, pues ya os habíais puesto en camino, aún sin conocer la <strong>de</strong>sesperada situación <strong>de</strong><br />
la princesa.<br />
-Malas son las noticias que me traes, amigo mío. Pero ahora <strong>de</strong>bemos apresurar la<br />
marcha. Quisiera encontrar viva a Aguamarina.<br />
Durante los tres días siguientes, los <strong>viaje</strong>ros se <strong>de</strong>tuvieron únicamente <strong>el</strong> tiempo<br />
indispensable para no agotar totalmente a sus caballos. Gracias a <strong>el</strong>lo consiguieron<br />
llegar a su <strong>de</strong>stino a la puesta <strong>de</strong>l sol <strong>de</strong>l día <strong>de</strong>cimocuarto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que partieron <strong>de</strong> Tiva.<br />
Ninguna comitiva salió a su encuentro en las afueras <strong>de</strong> Itin. La tristeza reinaba por<br />
doquier en la ciudad.<br />
-Tengo <strong>el</strong> presentimiento <strong>de</strong> que llegamos tar<strong>de</strong> -susurró <strong>Tivo</strong> a Larsín, que cabalgaba a<br />
su lado.<br />
Cuando <strong>el</strong> grupo se <strong>de</strong>tuvo a la puerta <strong>de</strong>l palacio <strong>de</strong>l príncipe <strong>de</strong> Itin, avanzó hacia <strong>el</strong>los<br />
un soldado <strong>de</strong> la guardia. Cuinto <strong>de</strong>smontó, le saludó y habló con él unos momentos en<br />
voz baja. Luego se volvió al rey.<br />
-¿Qué noticias hay? -preguntó éste.<br />
-Parece ser que no ha habido ninguna novedad, Majestad. La princesa continúa<br />
inconsciente y <strong>el</strong> príncipe no se separa <strong>de</strong> su lecho. Por eso no ha salido a vuestro<br />
encuentro.<br />
6