You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
A partir <strong>de</strong> este momento, la suerte <strong>de</strong> los <strong>viaje</strong>ros pareció cambiar. En cuanto<br />
penetraron en <strong>el</strong> bosque hallaron fácilmente agua y alimento, no vieron señales <strong>de</strong><br />
nómadas ni <strong>de</strong> fieras y tampoco encontraron impedimento para un avance rápido hacia<br />
su <strong>de</strong>stino. <strong>El</strong> bosque era muy extenso. Tardaron en atravesarlo más <strong>de</strong> una semana y<br />
durante la mayor parte <strong>de</strong> este tiempo se prolongaba entre dos ramales <strong>de</strong> la cordillera,<br />
siguiendo <strong>el</strong> larguísimo <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ro que Toral había mencionado.<br />
Cuando abandonaron la protección <strong>de</strong> la arboleda y salieron <strong>de</strong> nuevo a campo abierto,<br />
tuvieron que cruzar una corriente <strong>de</strong> agua bastante impetuosa, que bajaba saltarina<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las montañas y continuaba más pausadamente hacia <strong>el</strong> sur, a través <strong>de</strong> una extensa<br />
meseta poco provista <strong>de</strong> vegetación. Franqueado <strong>el</strong> río, Toral comunicó a sus nuevos<br />
amigos que acababan <strong>de</strong> penetrar en <strong>el</strong> país <strong>de</strong> Tacta, vecino <strong>de</strong>l suyo. Como las<br />
r<strong>el</strong>aciones entre ambas naciones no siempre habían sido amistosas, los <strong>viaje</strong>ros <strong>de</strong> Klír<br />
que se veían obligados a atravesarlo solían seguir caminos situados muy al norte,<br />
bor<strong>de</strong>ando la cordillera central que constituía, en aqu<strong>el</strong>la región, <strong>el</strong> límite septentrional<br />
<strong>de</strong>l país <strong>de</strong> Tacta. Eran regiones r<strong>el</strong>ativamente áridas y poco pobladas, don<strong>de</strong> no era<br />
fácil encontrar nativos hostiles. Éste era precisamente <strong>el</strong> camino por don<strong>de</strong> los dos<br />
klíraítas guiaban ahora a <strong>Tivo</strong> y a su compañera.<br />
<strong>El</strong> rey sintió gran interés al saber que se encontraba en Tacta, <strong>el</strong> país a don<strong>de</strong> se dirigió<br />
<strong>el</strong> rey Duva trescientos sesenta años atrás. Su gran amor, la princesa Laurin, había sido<br />
hija <strong>de</strong> un rey <strong>de</strong> Tacta. <strong>Tivo</strong> comenzaba a dudar <strong>de</strong> que la expedición <strong>de</strong> Duva hubiera<br />
tenido realmente un fin <strong>de</strong>sastroso. ¿Cómo si no había llegado a aplicarse <strong>el</strong> nombre <strong>de</strong><br />
"bola <strong>de</strong> Duva" a una <strong>de</strong> las piezas <strong>de</strong>l rompecabezas? ¿No sería posible que aqu<strong>el</strong><br />
antiguo rey <strong>de</strong> Tiva hubiera logrado escapar <strong>de</strong>l ataque <strong>de</strong> los monstruos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto y<br />
conseguido llegar a su <strong>de</strong>stino? Las comunicaciones entre los dos extremos <strong>de</strong>l<br />
continente eran tan poco satisfactorias que no cabía extrañarse <strong>de</strong> que una historia como<br />
ésta no hubiese llegado a conocerse en Tiva <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tres siglos y medio.<br />
Probablemente nadie o casi nadie la recordaba ya, incluso en Tacta o en Klír. Había<br />
aquí un misterio que le habría gustado investigar, si hubiera tenido tiempo. Pero la<br />
búsqueda <strong>de</strong> la pieza <strong>de</strong>l rompecabezas <strong>de</strong>bía absorber toda su atención. La salud <strong>de</strong><br />
Aguamarina estaba antes que cualquier otra circunstancia.<br />
Durante la mayor parte <strong>de</strong> la segunda semana siguieron a<strong>de</strong>lante bor<strong>de</strong>ando las<br />
estribaciones <strong>de</strong> las montañas, hasta que vieron señales inequívocas que presagiaban <strong>el</strong><br />
fin <strong>de</strong> la cordillera. Las cumbres eran menos <strong>el</strong>evadas y más redon<strong>de</strong>adas, las nieves<br />
<strong>de</strong>saparecían, a pesar <strong>de</strong>l avance <strong>de</strong> la estación: <strong>el</strong> invierno se acercaba a pasos<br />
agigantados.<br />
Un día tropezaron con un segundo río, aún más caudaloso y torrencial que <strong>el</strong> anterior.<br />
En <strong>el</strong> lugar don<strong>de</strong> se encontraban era imposible hallar un vado, pero Toral conocía uno,<br />
para llegar al cual se verían obligados a <strong>de</strong>sviarse hacia <strong>el</strong> sur. <strong>Tivo</strong>, nervioso por <strong>el</strong><br />
retraso que esto suponía, trataba <strong>de</strong> ac<strong>el</strong>erar la marcha, pero Toral se resistía, temeroso<br />
<strong>de</strong> forzar excesivamente a los caballos.<br />
Atravesado <strong>el</strong> vado, <strong>el</strong> klíraíta comunicó a <strong>Tivo</strong> que pensaba <strong>de</strong>sviarse un poco más<br />
hacia <strong>el</strong> suroeste, para buscar un escondite que sólo él y Valaz conocían y en <strong>el</strong> que<br />
habían ocultado algunas cosas, producto <strong>de</strong> expediciones anteriores a la presente,<br />
realizadas con posterioridad a su última estancia en Klír. Toral les dio a enten<strong>de</strong>r que<br />
tanto él como su compañero habían abandonado su país hacía casi un año.<br />
59