Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
<strong>de</strong> los caballos. Las llamas <strong>de</strong> las flechas encendidas habían prendido con facilidad en la<br />
reseca ma<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l cercado.<br />
Por las abiertas puertas <strong>de</strong> éste salieron, <strong>de</strong>sbocados, los animales. La suerte quiso que,<br />
en su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> escapar cuanto antes <strong>de</strong>l p<strong>el</strong>igro, enfilaran directamente hacia <strong>el</strong><br />
campamento, <strong>de</strong>rribando a su paso algunas tiendas y sembrando <strong>el</strong> caos entre los<br />
nómadas que trataban apresuradamente <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir lo que sucedía y que creían ser<br />
víctimas <strong>de</strong>l ataque <strong>de</strong> alguna tribu vecina. Los asustados corc<strong>el</strong>es, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> producir<br />
gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>strozos en <strong>el</strong> asentamiento, escaparon finalmente por <strong>el</strong> otro extremo, don<strong>de</strong><br />
se encontraban los montones <strong>de</strong> ramaje dispuestos para la fiesta. Ni éstos ni los<br />
utensilios <strong>de</strong> cocina salieron mejor librados. Por último, todos se alejaron al galope en<br />
distintas direcciones y se perdieron en la oscuridad <strong>de</strong> la noche.<br />
-Creo que les hemos estropeado la fiesta -comentó <strong>Tivo</strong> en voz alta.<br />
Durante algún tiempo oyeron las imprecaciones <strong>de</strong> sus enemigos. Después, una pequeña<br />
<strong>el</strong>evación <strong>de</strong>l terreno ocultó <strong>el</strong> campamento y no vieron ni escucharon nada más.<br />
No habían tenido tiempo <strong>de</strong> discutir la dirección <strong>de</strong> su marcha y <strong>de</strong>jaron que Toral les<br />
guiara. <strong>El</strong> klíraíta puso rumbo hacia <strong>el</strong> suroeste y durante una hora mantuvieron una<br />
v<strong>el</strong>ocidad r<strong>el</strong>ativamente <strong>el</strong>evada que, sin agotar a las monturas, pusiera cuanto antes la<br />
mayor distancia posible entre <strong>el</strong>los y sus hipotéticos perseguidores. Más tar<strong>de</strong><br />
continuaron <strong>el</strong> camino, durante toda la noche, a un trote más pausado. Por primera vez<br />
pudieron conversar con tranquilidad. En la primera ocasión, <strong>Tivo</strong> se acercó a <strong>El</strong>av<strong>el</strong> y la<br />
avisó <strong>de</strong> que no <strong>de</strong>bía mencionar su rango, pues le parecía más seguro ocultarlo por <strong>el</strong><br />
momento. <strong>El</strong>av<strong>el</strong> estuvo <strong>de</strong> acuerdo en la pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esta medida y r<strong>el</strong>ató al rey<br />
algunos particulares <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> Larsín y <strong>de</strong> su arriesgada travesía <strong>de</strong> la estepa para<br />
salvarle.<br />
<strong>Tivo</strong> se sintió lleno <strong>de</strong> agra<strong>de</strong>cimiento y admiración por la hazaña <strong>de</strong> la muchacha. Por<br />
su parte, estaba un poco avergonzado al recordar sus palabras, muchos días atrás,<br />
cuando él se resistía a admitirla como compañera <strong>de</strong> <strong>viaje</strong>. "No permitiré que tu<br />
presencia ponga en p<strong>el</strong>igro <strong>el</strong> éxito <strong>de</strong> la misión -había dicho-. Si he <strong>de</strong> <strong>el</strong>egir entre<br />
protegerte a ti o conquistar <strong>el</strong> remedio que pue<strong>de</strong> curar a Aguamarina, escogeré esto<br />
último". A lo que la joven respondió: "Pue<strong>de</strong> que, cuando llegue <strong>el</strong> momento, sea yo<br />
quien tenga que ayudarte a ti". Aqu<strong>el</strong>las palabras habían resultado proféticas. Y su<br />
gratitud y respeto eran aún mayores porque <strong>El</strong>av<strong>el</strong> no se las había recordado.<br />
Por la mañana hicieron un breve alto durante un par <strong>de</strong> horas, para proporcionarse un<br />
corto respiro y <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scansar a los caballos. Después continuaron la marcha. No<br />
observaron señal alguna <strong>de</strong> persecución. La estepa se extendía ininterrumpidamente en<br />
todas direcciones y sólo al sur, un poco a la izquierda <strong>de</strong> la dirección que seguían, pero<br />
cada vez más cerca, se alzaban los picos nevados <strong>de</strong> la cordillera que bor<strong>de</strong>aron los tres<br />
aventureros hasta la violenta interrupción <strong>de</strong> su <strong>viaje</strong> por <strong>el</strong> ataque <strong>de</strong> los nómadas. <strong>Tivo</strong><br />
se sorprendió al <strong>de</strong>scubrir que apenas habían transcurrido dos días. ¡Tantas cosas habían<br />
sucedido! Larsín estaba muerto (casi no podía creerlo). Había sufrido torturas,<br />
agotamiento y temores sin fin. Acababa <strong>de</strong> escapar <strong>de</strong> un <strong>de</strong>stino terrible. Parecían<br />
sucesos suficientes para haber colmado un año entero.<br />
57