You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
tronco <strong>de</strong> un árbol. <strong>El</strong> asta emplumada <strong>de</strong> una flecha negra sobresalía <strong>de</strong> su espalda. La<br />
muchacha no se atrevió a moverla por temor a que la herida se agravara.<br />
Pero era imperioso salir <strong>de</strong> allí cuanto antes. Cuando los nómadas <strong>de</strong>scubrieran que sus<br />
compañeros no volvían, empren<strong>de</strong>rían una búsqueda más completa. <strong>El</strong>av<strong>el</strong> tomó en<br />
brazos a Larsín y se internó en <strong>el</strong> bosque. Afortunadamente, <strong>el</strong> anciano pesaba muy<br />
poco, mas aun así sus fuerzas sufrieron una dura prueba. Pero se obligó a seguir<br />
a<strong>de</strong>lante hasta poner al menos una hora <strong>de</strong> marcha entre <strong>el</strong>los y sus perseguidores.<br />
En lo profundo <strong>de</strong>l bosque encontró un arroyu<strong>el</strong>o y se a<strong>de</strong>ntró en sus frescas aguas. Si<br />
alguno <strong>de</strong> sus enemigos era capaz <strong>de</strong> seguir su rastro, un rato <strong>de</strong> marcha corriente abajo<br />
podría hacerle per<strong>de</strong>r la pista. A<strong>de</strong>más necesitaba refrescarse los pies. Se sentía agotada.<br />
Por fin no pudo resistir más y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> alejarse unos doscientos pasos <strong>de</strong>l arroyo,<br />
<strong>de</strong>jó a Larsín en la postura más cómoda posible y volvió a la orilla a buscar agua para <strong>el</strong><br />
anciano. Tuvo que transportarla con las manos y apenas pudo refrescarle la frente. Poco<br />
<strong>de</strong>spués Larsín abrió los ojos.<br />
-¡<strong>Tivo</strong>! -exclamó débilmente, buscando con la mirada en todas direcciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
postura en que se encontraba-. ¿Dón<strong>de</strong> está? ¿Qué ha sido <strong>de</strong> él?<br />
-No lo sé -respondió <strong>El</strong>av<strong>el</strong>-. Creo que se <strong>de</strong>tuvo para enfrentarse a los nómadas y<br />
darnos tiempo <strong>de</strong> escapar. Seguramente habrá perecido.<br />
-Pue<strong>de</strong> que le hayan hecho prisionero... -balbuceó Larsín-. Cuando yo haya muerto...<br />
(no me falta mucho)... <strong>de</strong>bes buscarle... <strong>El</strong>av<strong>el</strong>...<br />
-¡No hables! ¡No digas nada! Los esfuerzos te harán empeorar.<br />
-Si no hablo ahora, no lo haré nunca... <strong>El</strong>av<strong>el</strong>... <strong>de</strong> ti <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>... a partir <strong>de</strong> este<br />
momento... <strong>el</strong> éxito <strong>de</strong> la misión... Si <strong>Tivo</strong> ha muerto... tú <strong>de</strong>bes continuar... Si está<br />
cautivo... trata <strong>de</strong> salvarle... si es posible... Recuerda... que <strong>de</strong>l resultado <strong>de</strong> esta<br />
empresa... <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n muchas más cosas... <strong>de</strong> las que po<strong>de</strong>mos imaginar... No fracases.<br />
-¿Por qué no ha venido Kial en nuestro auxilio? -exclamó, llorando, <strong>El</strong>av<strong>el</strong>-. ¡<strong>El</strong> dijo<br />
que nos ayudaría en nuestra mayor necesidad! ¿Por qué no ha cumplido su palabra?<br />
-Tal vez... <strong>el</strong> momento... no haya llegado... todavía... No te preocupes por mí... Sabía<br />
que éste sería... mi último servicio a <strong>Tivo</strong>... Kial también predijo... que alguno <strong>de</strong><br />
nosotros... no llegaría vivo... al final... <strong>de</strong> la misión.<br />
<strong>El</strong>av<strong>el</strong> trató <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir algo, pero las lágrimas ahogaron sus palabras. Larsín, cada vez más<br />
débil, continuó:<br />
-Adiós... <strong>El</strong>av<strong>el</strong>... ¡Que Kial... y <strong>el</strong> Señor <strong>de</strong> la Luz... te ayu<strong>de</strong>n!... Ten confianza...<br />
Iba a añadir algo más, pero <strong>de</strong> pronto su cabeza cayó hacia un lado y quedó inmóvil<br />
para siempre.<br />
<strong>El</strong>av<strong>el</strong> se arrojó al su<strong>el</strong>o y lloró amarga y abiertamente. En las breves semanas <strong>de</strong><br />
convivencia con <strong>el</strong> anciano maestro <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong>, había llegado a tomarle mucho cariño.<br />
51