Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Manu<strong>el</strong> Alfonseca<br />
-Otro prisionero -exclamó Toral-. Las festivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> mañana van a ser <strong>de</strong>susadamente<br />
fastuosas. Dudo que puedan ofrecer frecuentemente tres víctimas al Señor <strong>de</strong> la Caza. Y<br />
todas extranjeras, a lo que parece.<br />
<strong>Tivo</strong> asistió ahora a una repetición <strong>de</strong> lo que había sucedido <strong>el</strong> día anterior durante su<br />
llegada, aunque en este caso él no era <strong>el</strong> actor principal. Vio cómo dos nómadas<br />
<strong>de</strong>scargaban al recién llegado <strong>de</strong>l lomo <strong>de</strong>l caballo, le transportaban hasta la cerca y le<br />
arrojaban por encima sin contemplaciones. Pero <strong>el</strong> nuevo prisionero, o bien era más<br />
fuerte que <strong>Tivo</strong>, o bien había sufrido menos penalida<strong>de</strong>s en <strong>el</strong> camino porque, en lugar<br />
<strong>de</strong> quedarse aturdido, se revolvió y trató <strong>de</strong> incorporarse. Las ligaduras se lo impidieron,<br />
pero al menos logró darse la vu<strong>el</strong>ta y quedar tendido boca arriba.<br />
Toral se acercó al <strong>de</strong>sconocido y se quedó mirándole un rato fijamente, en pie, con las<br />
manos en jarras. No hizo a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> <strong>de</strong>satarlo.<br />
-De modo que tú también has caído en la trampa, Valaz -exclamó-. Me alegro. No <strong>de</strong>ja<br />
<strong>de</strong> ser irónico que <strong>el</strong> cazador y su presa se encuentren en las mismas circunstancias.<br />
Parece como si, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo, existiera la justicia en este mundo.<br />
Valaz no contestó. Dirigió a Toral una mirada <strong>de</strong> basilisco y escupió en dirección a él.<br />
Toral pali<strong>de</strong>ció e intentó arrojarse sobre <strong>el</strong> hombre atado, pero <strong>Tivo</strong>, que había asistido a<br />
la escena como espectador interesado, se lo impidió.<br />
-¿Qué vas a hacer? -exclamó-. ¡Este hombre está in<strong>de</strong>fenso!<br />
Toral trató <strong>de</strong> controlarse y se alejó con <strong>Tivo</strong> hasta <strong>el</strong> extremo opuesto <strong>de</strong>l recinto.<br />
Llegado allí, dijo:<br />
-No confíes en él. Es traicionero como una víbora.<br />
-¿Quién es? -preguntó <strong>el</strong> rey.<br />
-Se llama Valaz y es klíraíta como yo. Conténtate con saber, por <strong>el</strong> momento, que por su<br />
culpa me encuentro aquí.<br />
-Creo que <strong>de</strong>beríamos <strong>de</strong>satarlo -propuso <strong>Tivo</strong>-. Espero que sepas comportarte. No creo<br />
que los nómadas permitan que sus víctimas <strong>de</strong> mañana se enzarcen en una p<strong>el</strong>ea que<br />
podría terminar con la muerte <strong>de</strong> una <strong>de</strong> <strong>el</strong>las.<br />
-Desátale tú, si quieres -dijo Toral-. Yo no pienso mover un <strong>de</strong>do por él. Pero te<br />
prometo que mantendré la paz, si él no me provoca.<br />
<strong>Tivo</strong> se dirigió hacia Valaz y trató <strong>de</strong> obtener <strong>de</strong> éste la aceptación <strong>de</strong> la tregua<br />
propuesta por Toral. Tras una acalorada discusión logró hacer compren<strong>de</strong>r al<br />
<strong>de</strong>sconocido que una conducta violenta hacia sus compañeros sólo conseguiría aumentar<br />
los sufrimientos <strong>de</strong> los tres, sin alcanzar su objetivo. Por fin Valaz quedó libre y se<br />
mantuvo en silencio, <strong>el</strong>igiendo para sentarse la parte <strong>de</strong>l cercado diametralmente<br />
opuesta a la que ocupaba Toral. Los dos hombres se ignoraban mutuamente y<br />
procuraban no mirar nunca en la dirección en que <strong>el</strong> otro se encontraba. Esta solución<br />
48