You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
5. KIAL<br />
Manu<strong>el</strong> Alfonseca<br />
En lo alto <strong>de</strong>l apilamiento <strong>de</strong> rocas se encontraba una figura notable. A primera vista<br />
parecía un hombre, pero era extraordinariamente alto, casi un gigante. Su cuerpo<br />
fornido estaba <strong>de</strong>snudo, a excepción <strong>de</strong> una única prenda, a modo <strong>de</strong> ancho ceñidor, que<br />
le cubría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cintura hasta un poco por encima <strong>de</strong> las rodillas. Su pi<strong>el</strong> era muy<br />
oscura, casi negra. Sus facciones, muy atractivas, eran enérgicas. Tenía los brazos<br />
cruzados sobre <strong>el</strong> pecho. Pero lo más sorpren<strong>de</strong>nte en él eran dos gran<strong>de</strong>s<br />
protuberancias que parecían surgir horizontalmente <strong>de</strong> sus hombros, se proyectaban<br />
verticalmente en ambas direcciones al final <strong>de</strong> un corto pedúnculo y, mientras por una<br />
parte se <strong>el</strong>evaban por encima <strong>de</strong> su cabeza, por otra se prolongaban casi hasta <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o.<br />
-¿Qué diablos es eso? -repitió <strong>Tivo</strong>. Larsín y <strong>El</strong>av<strong>el</strong> permanecieron mudos,<br />
contemplando al <strong>de</strong>sconocido. Éste no se movió ni hizo a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> querer romper <strong>el</strong><br />
silencio.<br />
Durante largo rato, que a <strong>Tivo</strong> le pareció eterno, las dos partes continuaron mirándose<br />
en perfecta inmovilidad, como convertidas en piedra. Por fin, sin previo aviso, <strong>de</strong> la<br />
boca <strong>de</strong>l extraño salieron, con voz profunda, estas enigmáticas palabras:<br />
-Os f<strong>el</strong>icito. No habéis tardado mucho en acudir a mi llamada.<br />
Los tres <strong>viaje</strong>ros se miraron, perplejos. Tomando la iniciativa, <strong>Tivo</strong> interp<strong>el</strong>ó al<br />
misterioso ser:<br />
-¿Quién eres? ¿Qué quieres <strong>de</strong> nosotros? ¿Cómo pue<strong>de</strong>s afirmar que estamos aquí en<br />
respuesta a tu llamada, siendo así que no te conocemos? Apostaría que, hasta hoy,<br />
ninguno <strong>de</strong> nosotros había oído hablar <strong>de</strong> ti. A<strong>de</strong>más, emprendimos este <strong>viaje</strong> por<br />
nuestra propia voluntad, sin que nadie nos impulsara a <strong>el</strong>lo.<br />
-¿Has terminado ya? -preguntó <strong>el</strong> <strong>de</strong>sconocido.<br />
-Por <strong>el</strong> momento, sí -contestó <strong>Tivo</strong>, con franca hostilidad en la voz-. Ahora aguardo tus<br />
respuestas y tus explicaciones.<br />
-Trataré <strong>de</strong> contestar a todas tus preguntas. Me llamo Kial. Nada <strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong> en<br />
este mundo me está oculto y tengo acceso al corazón <strong>de</strong> casi todos sus moradores. Sé<br />
que estáis convencidos <strong>de</strong> que este <strong>viaje</strong> ha sido i<strong>de</strong>a exclusivamente vuestra, y en cierto<br />
modo así es. Pero en <strong>el</strong> corazón <strong>de</strong>l hombre actúan también fuerzas ocultas, para las que<br />
no pue<strong>de</strong> encontrar explicación. Yo soy una <strong>de</strong> esas fuerzas. Fui yo quien impulsó a<br />
cada uno <strong>de</strong> vosotros a abandonar vuestro país y empren<strong>de</strong>r una misión <strong>de</strong>sesperada.<br />
"Por otra parte -continuó Kial- no estoy tan seguro <strong>de</strong> que una <strong>de</strong> tus afirmaciones se<br />
ajuste totalmente a la realidad. Creo que uno <strong>de</strong> vosotros sí ha oído hablar <strong>de</strong> mí. ¿No es<br />
cierto?<br />
<strong>Tivo</strong> miró con sorpresa a sus compañeros. Por la expresión <strong>de</strong>l rostro <strong>de</strong> <strong>El</strong>av<strong>el</strong> <strong>de</strong>dujo<br />
que ésta estaba tan asombrada como él. Larsín, sin embargo, estaba muy pensativo.<br />
24