You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
-Este ruido es <strong>de</strong>masiado intenso para que se trate <strong>de</strong> un simple arroyo subterráneo -<br />
exclamó Larsín.<br />
-Creo que encontraremos la solución <strong>de</strong>l enigma en cuanto doblemos <strong>el</strong> próximo recodo<br />
-gritó <strong>Tivo</strong>, a plena voz.<br />
En efecto, las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ro se <strong>de</strong>sviaban hacia la <strong>de</strong>recha unos veinte pasos<br />
más allá <strong>de</strong>l punto en que se encontraban los tres <strong>viaje</strong>ros. Cuando éstos, avanzando con<br />
precaución, llegaron hasta <strong>el</strong> recodo, se abrió ante <strong>el</strong>los una vista estupenda.<br />
A izquierda y <strong>de</strong>recha, las escarpas que bor<strong>de</strong>aban la grieta se separaban. Entre <strong>el</strong>las se<br />
abría un espacio inmenso, rebosante <strong>de</strong> vida y <strong>de</strong> verdor. A corta distancia se veía un<br />
rebaño <strong>de</strong> ciervos que pastaban tranquilamente en una amplia pra<strong>de</strong>ra. Algo más lejos,<br />
un reducido grupo <strong>de</strong> animales aun más gran<strong>de</strong>s, que <strong>Tivo</strong> no pudo reconocer, se<br />
movían perezosamente y mordisqueaban las hojas <strong>de</strong> los árboles <strong>de</strong> un bosquecillo. Acá<br />
y allá saltaban numerosos animales pequeños. Pero no fue ninguna <strong>de</strong> estas cosas lo que<br />
primero atrajo su atención.<br />
A menos <strong>de</strong> cien pasos <strong>de</strong> la boca <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l que acababan <strong>de</strong> salir, una enorme<br />
masa <strong>de</strong> agua se precipitaba hasta <strong>el</strong> fondo <strong>de</strong>l valle <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto <strong>de</strong> la escarpa: un río<br />
entero, bastante caudaloso, al parecer. Al pie <strong>de</strong> la catarata, las aguas revu<strong>el</strong>tas giraban<br />
en numerosos remolinos espumajosos, para <strong>de</strong>spués lanzarse raudas hacia <strong>el</strong> estrecho<br />
<strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ro. Pero poco antes <strong>de</strong> llegar a él, <strong>el</strong> río <strong>de</strong>saparecía como por arte <strong>de</strong> magia,<br />
como si se lo hubiera tragado la tierra. Y esto era, precisamente, lo que sucedía.<br />
Después <strong>de</strong> contemplar la escena durante largo rato, impresionados por su titánica<br />
b<strong>el</strong>leza, Larsín hizo seña a <strong>Tivo</strong> y <strong>El</strong>av<strong>el</strong> <strong>de</strong> que le siguieran, hizo girar grupas al caballo<br />
que montaba (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que perdieron dos cabalgaduras en <strong>el</strong> gran bosque los muchachos<br />
habían insistido en marchar a pie) y volvió atrás por don<strong>de</strong> habían venido, <strong>de</strong>teniéndose<br />
en un punto lo bastante alejado <strong>de</strong> la catarata como para po<strong>de</strong>r conversar sin hacer un<br />
gran esfuerzo.<br />
-¡Un río subterráneo! -exclamó <strong>El</strong>av<strong>el</strong>-. Temo que <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o se hunda bajo nuestros pies.<br />
-No creo que corramos p<strong>el</strong>igro -dijo <strong>Tivo</strong>. Dirigiéndose a Larsín, añadió-: ¿Por qué nos<br />
has hecho volver aquí?<br />
-Estamos bastante escasos <strong>de</strong> comida -explicó <strong>el</strong> maestro-. Cerca <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong>l valle<br />
hay algunos animales que, afortunadamente, no nos han visto. Creo que lo primero que<br />
<strong>de</strong>bemos hacer es tratar <strong>de</strong> cazar uno por sorpresa. Nos proporcionaría alimento para<br />
varios días.<br />
-Tienes razón -exclamó <strong>Tivo</strong>-. Yo lo haré. -Y, sin esperar respuesta, se dirigió <strong>de</strong> nuevo<br />
hacia la boca <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sfila<strong>de</strong>ro.<br />
De pronto, se dio cuenta <strong>de</strong> que <strong>El</strong>av<strong>el</strong> le acompañaba.<br />
-¿A dón<strong>de</strong> vas? Es mejor que te que<strong>de</strong>s con Larsín. Dos cazadores son más fáciles <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scubrir que uno solo. Si los ciervos huyen, ¡adiós, comida!<br />
21