You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>El</strong> <strong>viaje</strong> <strong>de</strong> <strong>Tivo</strong> <strong>el</strong> <strong>Arriesgado</strong><br />
<strong>Tivo</strong> <strong>de</strong>senvainó la espada y se puso en pie, dispuesto a enfrentarse solo al monstruo,<br />
pero su fútil acción fue innecesaria. Los caballos estaban locos <strong>de</strong> terror. Casi al mismo<br />
tiempo, dos <strong>de</strong> <strong>el</strong>los lograron arrancar sus ataduras y huyeron <strong>de</strong>sesperadamente. Sin<br />
per<strong>de</strong>r un instante, la fiera partió en su persecución y en cuatro gran<strong>de</strong>s zancadas<br />
alcanzó a uno <strong>de</strong> <strong>el</strong>los. Su boca enorme se abrió, <strong>de</strong>jando ver una hilera <strong>de</strong> afilados<br />
dientes, y <strong>el</strong> caballo <strong>de</strong>sapareció en su interior. Inmediatamente emprendió la<br />
persecución <strong>de</strong>l segundo corc<strong>el</strong>, pero éste había cobrado cierta ventaja mientras la bestia<br />
<strong>de</strong>voraba a su compañero. Con gran estrépito, <strong>el</strong> monstruo se perdió en la espesura hacia<br />
<strong>el</strong> sur.<br />
Temblorosos, los tres <strong>viaje</strong>ros recogieron apresuradamente los restos <strong>de</strong>l campamento,<br />
<strong>de</strong>sataron a los caballos supervivientes y partieron en la única dirección que les pareció<br />
r<strong>el</strong>ativamente segura: <strong>el</strong> norte. Dispuestos a poner cuanto antes la mayor distancia<br />
posible entre <strong>el</strong>los y la fiera, avanzaron a la mayor v<strong>el</strong>ocidad que les permitieron sus<br />
fuerzas y durante varias horas no se atrevieron a pronunciar palabra. Por fin, a mediodía<br />
se vieron obligados a hacer alto. Ni <strong>el</strong>los ni los caballos podían dar un paso más.<br />
No tuvieron nada mejor para comer que los restos <strong>de</strong> su cena <strong>de</strong>l día anterior. Después<br />
<strong>de</strong> consumirlos, mientras <strong>de</strong>scansaban unos momentos antes <strong>de</strong> reanudar la marcha,<br />
<strong>Tivo</strong> rompió <strong>el</strong> silencio por primera vez:<br />
-Parece que no todas las leyendas sobre <strong>el</strong> gran bosque carecen <strong>de</strong> fundamento. ¿Qué<br />
animal era ése? ¿Lo sabes tú, Larsín?<br />
-Jamás lo había visto antes. Pero he oído <strong>de</strong>cir que <strong>el</strong> gran bosque es morada <strong>de</strong> bestias<br />
enormes, capaces <strong>de</strong> engullir a un hombre <strong>de</strong> un bocado.<br />
-Y a un caballo -murmuró <strong>Tivo</strong>-. Veo que las historias no exageraban. Más bien se han<br />
quedado cortas ante la realidad.<br />
-Tiemblo al pensar -dijo <strong>El</strong>av<strong>el</strong>- en lo que habría podido ocurrir si <strong>el</strong> monstruo hubiera<br />
llegado hasta nosotros durante las horas <strong>de</strong> oscuridad.<br />
-Demos gracias porque no ha sido así -exclamó <strong>Tivo</strong>-. Pero ahora <strong>de</strong>bemos mirar hacia<br />
<strong>el</strong> futuro. Es preciso salir cuanto antes <strong>de</strong> este bosque. Si esa bestia o alguno <strong>de</strong> sus<br />
congéneres vu<strong>el</strong>ve a aparecer, no creo que podamos escapar tan fácilmente como esta<br />
mañana.<br />
-¡Fácilmente! ¿Acaso no hemos perdido dos caballos?<br />
-En efecto -repuso <strong>Tivo</strong>-. Pero ninguno <strong>de</strong> nosotros ha resultado herido, y eso es lo<br />
único que importa por <strong>el</strong> momento.<br />
-Tienes razón -intervino Larsín- al <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>bemos salir cuanto antes <strong>de</strong>l gran<br />
bosque. Lo malo es que no sabemos en qué dirección <strong>de</strong>bemos marchar para<br />
conseguirlo.<br />
-Yo propongo que sigamos hacia <strong>el</strong> norte -dijo <strong>el</strong> rey-. No creo que tar<strong>de</strong>mos mucho en<br />
llegar a los montes Latios, que constituyen la frontera occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Tiva al norte <strong>de</strong>l río<br />
Itin. Aun en <strong>el</strong> caso <strong>de</strong> que <strong>el</strong> bosque se prolongue hasta sus mismas la<strong>de</strong>ras, podríamos<br />
17