anuario 2011 en pdf - Asociación de Ex Alumnos - Colegio Marianista

Nuestro Campo de Deportes
“Francisco Ruiz de Angulo SM.”
El pasado domingo 3 de abril, la comunidad educativa del Colegio Marianista de Buenos
Aires, los religiosos marianistas y la Familia Marianista rindieron homenaje a la vida y a la
memoria de Francisco Ruiz de Angulo SM. Una vida y una memoria que, además de ser parte
de nuestra historia, son presente en su legado permanente, en sus enseñanzas, en sus palabras,
en su compañía, en su presencia… y el en Campo de Deportes ha tomado su nombre.
Acontinuación, compartimos el mensaje
que la familia de Pancho nos ha
hecho llegar desde España en ocasión
de este acto y las palabras que Jorge
Toscano -presidente de la Asociación
de Exalumnos- dirigiera a la concurrencia
durante esa mañana.
Hoy, tres de abril, los hermanos y sobrinos
de nuestro querido Francisco nos unimos de
corazón a la ceremonia de poner al campo de
deportes el nombre de Francisco Ruiz de
Angulo SM.
Quico, como le llamábamos en casa, fue un
niño movido. ¡Qué vista tenía para localizar los
nidos y qué agilidad para encaramarse a los
árboles!
Otro detalle –hablo en primera persona,
como Juan Cruz, el hermano mayor–: Con
Quico, antes de dejar España para marchar a
América, hicimos una excursión en bicicleta
para visitar algunos bellos rincones de Alava.
Anduvimos mucho y debo confesar que yo
terminé la excursión cansado. Él, en cambio,
estaba lo más fresco. Con estas pinceladas
queda claro su amor a la naturaleza –a la que
nos enseñó a amar y a respetar– y al deporte.
Por eso nos alegra que su nombre vaya unido al
campo de deportes.
Este verano, previendo que sería su última
visita a España, nos dijo textualmente: “Quiero
morir en Argentina”, prueba irrefutable de su
amor por esa tierra americana donde transcurrió
la mayor parte de su vida.
Agradecemos con toda nuestra alma al
Colegio de los Marianistas de Buenos Aires,
representado por su Rector don Marcos
Romero, a la Comunidad Marianista, a la
asociación de antiguos alumnos –con los que
trabajó toda su vida–, a la asociación de padres
y alumnos, a los profesores, a todos los que han
contribuido a que el nombre de nuestro querido
Francisco se perpetúe en ese campo de deportes.
Pura
Como Familia Marianista, nos convocamos
esta mañana de domingo, en el
marco de este sencillo acto y en el
escenario de nuestro campo de deportes,
porque queremos homenajear la labor que
llevó adelante nuestro querido
Francisco Ruiz de Angulo, Pancho.
No es casual que este homenaje
coincida con el inicio del campeonato
de fútbol de ex alumnos que
todos los años llevamos adelante
desde la Asociación. Campeonato
que domingo a domingo contaba
con la visita de Pancho, quien personalmente
se encargaba de controlar
cada detalle. Pero hoy arrancamos
sin su presencia.
Hablar de su persona sería
contar un sin fin de anécdotas, sería
recordar sus palabras, su sonrisa, su
andar, sus consejos, su empuje y su
espíritu de convocatoria. También
su excelente memoria, que recordaba
a todos y a cada uno de los ex
alumnos que se le cruzaban, a pesar
del mucho tiempo de no verlos.
Entrar a estos campos era ver a
Pancho. Y hoy, reunidos para recordar
a una persona sumamente querida,
notamos que su ausencia
provoca un real vacío en todos
nosotros.
Quizás, en este último tiempo,
por esas cosas de Dios, Pancho presentía
que nos dejaría y se abrió a
todos nosotros para mostrarnos más
de su persona. En el último anuario
de ex alumnos, pudimos incluir una
extensa y detallada nota, producto
de una charla durante su última
internación.
Y cómo no recordar también las
sentidas palabras que nos dirigió
con motivo de la celebración de sus
setenta años de profesión religiosa.
Esas palabras que fueron tan emocionantes,
recordando su niñez, a su querida familia, repasando
toda su vida, ya sonaban a despedida.
Pero con seguridad y sin temor a equivocarme,
a Pancho no le gustaría que estemos
recordando y llorando su ausencia, como tampoco
que nos quedemos en un pasado
nostálgico.
Que hoy estemos acá para poner su nombre
a este campo de deportes no sólo es un
homenaje y un recuerdo a su entrega, sino
Anuario 2011 |63