anuario 2011 en pdf - Asociación de Ex Alumnos - Colegio Marianista

25 años/5°a
Un maravilloso balance
de trigo y cizaña
Pasaron veinticinco años ya desde
que nos despedimos de una rutina
cotidiana que nos llenó la vida. El
tránsito por el Colegio fue algo así
como un tiempo que, mientras era
vivido, parecía inagotable; y, una
vez pasado, dejó una orientación, un rumbo,
que nos ayudó a diseñar este presente desde el
cual no podemos dejar de evocarlo.
¿Cómo olvidar aquel primer grado, allá en
el año 1975, con un Otilio monumental que
recuerdo casi igual –es como si no hubieran
pasado los años para él– al que actualmente
sigo viendo cuando acompaño a su aula de
nivel inicial a mi hijo Nacho? Si bien Ortega ya
se ha retirado, no puede abandonar su pasión
por la enseñanza y continúa yendo cada
mañana a colaborar con las maestras tomando
lecciones de su emblemático silabario, al
tiempo que nos brinda a todos su ejemplo de
entrega silenciosa y total, humilde y fiel.
¿Y aquel inolvidable tercer grado con
Orlando, novel maestro que ponía toda su
creatividad en juego para que nuestro proceso
de aprendizaje fuera lo más ameno posible,
mientras el país atravesaba una de las peores
épocas de su historia? ¿Cómo explicar hoy el
gusto y la confianza que me da saber que ese
mismo Orlando conoce por su nombre a cada
uno de nuestros hijos y cuida de ellos desde su
ingreso al Colegio hasta la salida, en su
multifacética función de Secretario de la
Primaria? ¿O que el mismo Gabriel Vanrell,
que orientaba nuestras rebeldías adolescentes
como Coordinador en la secundaria, sea ahora
quien entusiasma a mi hijo Juancho con los
encantos de aquella Historia Antigua, que a
nosotros nos hizo saborear –y padecer– Luzzi?
¿O que aquel Coccellato que jugaba a la pelota
con nosotros en el campo como un pibe más,
sea visto como un ídolo por mi hijo y sus
amigos por sus formas directas y “arrabaleras”,
que descolocan, causan gracia y fomentan un
necesario deseo de superación?
El anecdotario, la colección de pequeñas
cosas que llevamos los ex alumnos en el
corazón resulta inabarcable: los campamentos,
los retiros, las convivencias, los distintos profesores,
sus grandezas, sus bizarras cualidades,
las bromas y ocurrencias de nuestros compañeros...
Tantas vivencias que se fueron dando
en un marco de contención en el que el común
denominador ha intentado ser siempre el respeto,
la escucha del otro, la tolerancia del que
piensa distinto, la lealtad a ciertos valores fundamentales
como la verdad, la coherencia, la
justicia, la humildad, el servicio.
Y así, esas vivencias pasadas se actualizan
Hernán H. Pagés
Hernán, el cuarto
de la fila de arriba,
en primer grado
con el maestro
Otilio Ortega.
¿Quién descubre
al actor Damián
De Santo en
esta foto?
Anuario 2011 |23