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Cognicion y Lenguaje - Lic. Jorge Ricardo Vivas.pdf

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La poesía es un arma cargada de futuro<br />

Cuando se mira de frente<br />

los vertiginosos ojos claros de la muerte<br />

se dicen las verdades mas barbaras, terribles,<br />

amorosas crueldades, amorosas crueldades.<br />

.....<br />

COGNICION Y LENGUAJE<br />

<strong>Lic</strong>. <strong>Jorge</strong> <strong>Ricardo</strong> <strong>Vivas</strong><br />

coordjor@mdp.edu.ar<br />

Desdeño la poesía<br />

concebida como un lujo<br />

cultural por los neutrales,<br />

que lavándose las manos<br />

se desentienden y evaden,<br />

maldigo la poesía de quien no toma partida,<br />

partida hasta mancharse.<br />

Cuando el poeta despliega, al decir de Howard Gardner en su Teoría de las Inteligencias<br />

Múltiples, una competencia intelectual relativamente autónoma, como el lenguaje<br />

(sistema de signos lingüísticos sujeto a reglas de composición y de transformación por las<br />

cuales el hablante es capaz de construir innumerables emisiones nuevas), nos permite<br />

desde el registro emocional y el cognitivo, discernir varios planos concurrentes y<br />

ordenados, de modo tal que surgen algunas reflexiones :<br />

Los dos fragmentos de Gabriel Celaya corresponden a un poema llamado "La poesía<br />

es un arma cargada de futuro". Estos fueron seleccionados, entre otras cosas, porque<br />

difieren, dentro de un mismo poema, en el peso relativo que el autor le asigna a los<br />

diferentes planos. El efecto despreciativo de la estrofa "...Desdeño...", hace a la relación<br />

entre el signo y el usuario, incluyendo en ella a quien escucha y a las circunstancias de su<br />

uso. Morris, constructor de la teoría general de los signos sobre una base<br />

epistemologíca-psicológica denominada semiótica, llama a esta función del lenguaje<br />

"pragmática". La pragmática define, a través del uso que hace del lenguaje, la relación<br />

con el otro. El poeta recurre a diferentes actos de habla política según se trate de una<br />

lírica amorosa, una descripción épica, un ruego clamoroso, una súplica embozada, o una<br />

propuesta de conmiseración de quien escucha.<br />

"Cuando se mira de frente...", mientras tanto, nos inscribe sutilmente en un universo<br />

poblado de ricos matices de significado. La semántica, en su intento de comprender las<br />

relaciones entre significante y significado, explora el reino de la metáfora. La<br />

connotación del signo, violentamente permutado o subrepticiamente metamorfoseado,<br />

exige del poeta una lógica tan severa como la del científico, aunque ubicada en un lugar<br />

diferente. La lógica del científico requiere sensibilidad a las implicaciones de una<br />

proposición sobre otra, a las inferencias consistentes y a sus consecuencias. La lógica del<br />

poeta necesita una especial sensibilidad a los matices de significado, al conflicto del<br />

sentido y a su proyección sobre el contexto, lo que integran y lo que discriminan el uso<br />

de palabras afines.<br />

Otra virtud sin la cual la poesía es imposible es la sintaxis, la relación de los signos<br />

entre sí, las reglas que gobiernan el orden de las palabras y sus inflexiones. El poeta debe<br />

comprender de manera intuitiva las reglas de la construcción de frases, como así también,


Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

someter las palabras a principios gramaticales poco comunes trastocando la composición<br />

habitual del hablante. ( Decía Góngora "... Era del año la estación florida / en que el<br />

mentido robador de España / media luna las armas de su frente / y el sol todos los rayos<br />

de su pelo...").<br />

Por último, pero no por ello menos importante, hay un requisito inalienable del<br />

aspirante a poeta, una aguda sensibilidad para la fonología. La relación entre el sonido de<br />

las palabras y sus interacciones musicales. Los aspectos métricos centrales y la rima,<br />

dependen claramente de la sensibilidad auditiva. Las palabras tienen que actuar como<br />

sonido, como notas musicales que a un tiempo operan también semánticamente.<br />

Tan destacado es este dominio del lenguaje, tan definitivo para la vocación del poeta,<br />

que este no puede existir sin su fascinación por el lenguaje, sin su fluida manipulación<br />

técnica de las palabras, mayor en muchas ocasiones, que el deseo manifiesto de expresar<br />

ideas.<br />

Así, en el poeta uno ve en acción con especial claridad, las operaciones medulares del<br />

lenguaje. Una especial sensibilidad por el significado de las palabras, sutil capacidad para<br />

observar reglas gramaticales y, en ocasiones, violarlas deliberadamente, sensibilidad a<br />

ritmos, sonidos e inflexiones y capacidad para actualizar, en el momento apropiado,<br />

diferentes funciones del lenguaje - emocionar, convencer, impactar o generar placer<br />

estético -.<br />

De allí que afirme Gardner "...Aunque la mayoría de nosotros no somos poetas,<br />

poseemos sin embargo, estas sensibilidades en grado significativo. No nos sería posible<br />

apreciar la poesía si no tuviéramos al menos un dominio tácito de estos aspectos del<br />

lenguaje. Mas aún, nos sería imposible avanzar algún paso en este mundo, si no<br />

dispusiéramos de un considerable dominio de la tétrada lingüística ; fonología, sintaxis,<br />

semántica y pragmática.<br />

La competencia lingüística es la inteligencia -entendida como competencia intelectual-<br />

que parece compartida de manera más universal y democrática en toda la especie<br />

humana. En tanto que un músico, un pintor o un matemático exhiben habilidades que<br />

parecen remotas -e incluso misteriosas- el poeta parece haber desarrollado, en grado<br />

superlativo, las capacidades que todos los individuos normales -e incluso muchos<br />

deficientes- tenemos al alcance".<br />

Estas características son las que le resultaron adecuadas a Gardner, para convertir al<br />

poeta en una confiable vía de acceso al dominio de la inteligencia lingüística, como una<br />

competencia relativamente autónoma. Fundamenta su posición en una cuidadosa revisión<br />

de las habilidades lingüísticas, en el estudio de las afasias por daño cerebral y la<br />

comprensión de la evolución del lenguaje, a través de la cultura y en su relación con otras<br />

inteligencias humanas.<br />

En consideración al proceso cognitivo que implica alguna manipulación a través de un<br />

conjunto de operaciones sobre el sistema lingüístico, en relación con otros conjuntos<br />

operantes sobre el conocimiento, las ideas o cogniciones, dirigidos a resolver una<br />

diferencia, solucionar un problema o compensar un desequilibrio, es decir, su posición<br />

respecto a la relación entre cognición y lenguaje, adquiere una perspectiva modular,<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

donde concurren mentes, inteligencias o estructuras, operando en armonía con otras,<br />

legalizando su existencia desde evidencias neurofisiológicas y antropológico-culturales.<br />

Esta posición, la más reciente de esta breve exposición de autores que toman partido en<br />

esta problemática, no ha fijado a satisfacción, ni la naturaleza, ni el alcance de cada<br />

estructura intelectual, ni tampoco ha podido precisar el número de inteligencias.<br />

Volviendo a nuestro poema tomemos por economía de tiempo, solo su nombre como<br />

motivo para nuevas reflexiones (Después de todo bien dice Umberto Eco que de las<br />

cosas solo queda su nombre). La poesía es un arma cargada de futuro. La comprensión<br />

literal de esta proposición es un absurdo. En un marco de legalidad sintáctica describe a<br />

la poesía logrando el impacto sintagmático a instancias de una violenta confrontación de<br />

significados. La connotación agresora y destructiva del arma se carga de lo que<br />

inexorablemente vendrá, pero no en un sentido apocalíptico sino en una propuesta<br />

instrumental y constructiva del porvenir. La poesía se convierte así en la herramienta de<br />

un labriego, resignifica felizmente la síntesis, la fusión entre la vida y la muerte.<br />

Ahora bien, más allá del ajuste de la interpretación que de ella hacemos, esta cuestión<br />

despliega algunos interrogantes al servicio instrumental de alguna idea, cognición o<br />

pensamiento ? Hubo un proceso cognitivo previo en el, que lo decidió a transmitir una<br />

idea, buscando luego en el lenguaje la mejor combinación técnica para lograr el más<br />

adecuado impacto estético ? Fue la cognición previa al lenguaje ? O fue la disponibilidad<br />

del lenguaje, su virtuoso dominio y la especial sensibilidad para registrar y operar sobre<br />

tonos y matices, el fundamento del producto cognitivo ? Es el lenguaje, en este sentido,<br />

preminente a la idea ?<br />

En este momento, que estoy escribiendo un texto con destino a un interlocutor virtual<br />

bien definido, donde me guía una intencionalidad manifiesta y reglamentada de<br />

comunicarle algunas consideraciones sobre cognición y lenguaje. Es en este caso y<br />

parafraseando a Newell y Simon, la utilización que hago del lenguaje la diestra<br />

manipulación de operadores de cambio de estado ?. Es la actualización de locuciones que<br />

me permitan evolucionar por los estados intermedios de este problema, desde uno inicial<br />

bien definido, hacia otro final, que es mi objetivo comunicacional ? Es este espacio del<br />

problema -la representación verbal que hago del mismo- un sistema dependiente,<br />

jerárquicamente hablando, de un sistema general de procesamiento de la información, de<br />

un sistema cognitivo que lo instrumenta ?. O es, por el contrario, el sistema de<br />

representación con el que enmarco el problema, quien determina a la postre el sistema de<br />

procesamiento ? O es el marco representativo que utilizo el que condiciona y genera o<br />

dispara el sistema cognitivo pertinente para procesarlo ?<br />

Estas preguntas nos colocan en un eje longitudinal de controversias históricas : la<br />

relación entre pensamiento y lenguaje. El ejemplo paradigmático que podemos<br />

considerar para rastrear la urdimbre de estos desarrollos en psicología, es el celebre texto<br />

de L. Vigotsky, Pensamiento y <strong>Lenguaje</strong>, donde el autor describe la relación íntima entre<br />

ambos y fundamentalmente la necesidad instrumental del lenguaje para el desarrollo del<br />

pensamiento. Literalmente describe esta relación como "... un proceso viviente, donde el<br />

pensamiento nace a través de las palabras...".<br />

Paradójicamente y casi por compromiso, Piaget toma contacto con esta obra 25 años<br />

después de la muerte de Vigotsky, donde resaltan críticas a sus ideas anteriores y es<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

invitado a comentarlas, lo que el hace en términos del egocentrismo cognitivo y el<br />

lenguaje egocéntrico de los niños pequeños. Y de algún modo, esta obra discrimina en<br />

forma definitiva dos grandes posturas frente al problema de la relación entre pensamiento<br />

y lenguaje. La escuela Rusa, representada por A. Luria, que insiste en el lenguaje como<br />

factor del desarrollo intelectual, y la escuela de Ginebra, que bajo una concepción<br />

generalista de las estructuras cognitivas, hace depender el lenguaje, la percepción y la<br />

memoria de la evolución estructural del sujeto, disminuyendo considerablemente su rol<br />

en el desarrollo mental.<br />

Completa este abordaje de la relación entre cognición y lenguaje una tercera escuela,<br />

mas reciente, la de Harvard. Encabezada por J. Bruner, destaca el papel funcional del<br />

lenguaje como instrumento para utilizar la inteligencia, aunque sin concederle el papel<br />

relevante que le asigna la escuela Rusa.<br />

Escuelas Rusa y Ginebrina<br />

Para destacar los conceptos centrales de la Escuela Rusa, es menester ubicarnos en el<br />

segundo sistema de señales descrito por Pavlov, e interpretar su dinámica en función de<br />

los conceptos expresados por A. Luria en " El papel del lenguaje en la formación de los<br />

procesos mentales ".<br />

Ante todo, existe una idea rectora de importancia fundamental, que es que las<br />

actividades mentales del niño son condicionadas desde un comienzo por sus relaciones<br />

sociales con los adultos. La cultura secular es transmitida al niño por los adultos, y esto<br />

determina, no solo nuevos conocimientos, sino fundamentalmente, nuevos modos de<br />

conducta. De este modo, la experiencia acumulada es la principal forma de desarrollo<br />

mental, desconocida en los animales. El niño, físicamente ligado a su madre en la vida<br />

intrauterina, continua ligado a ella por mucho tiempo mas. Primero, directa y<br />

emocionalmente, luego, a través del lenguaje. Por este medio adquiere, primero, nuevos<br />

modos de respuesta, luego nuevos medios para organizar sus actividades mentales. Al<br />

nombrar objetos o dar instrucciones, la madre modela su conducta.<br />

Todas las actividades mentales complejas ligadas con el lenguaje se efectúan al<br />

comienzo, por medio del lenguaje exterior audible. Posteriormente se aceleran y<br />

transforman en interiores, convirtiéndose en el modo principal de la actividad del niño.<br />

Es un rasgo vital de los Sistemas Funcionales Complejos, el permitir al hombre ir mucho<br />

mas allá de los limites de sus capacidades físicas, y organizar formas bien definidas de su<br />

conducta activa y deliberada. Veamos esto en una experiencia que usualmente se cita<br />

para ilustrar estas ideas.<br />

En la conceptualización pavloviana, una respuesta está sujeta a las reglas de fuerza del<br />

estimulo, esto es que hay una incidencia relativa de los estímulos en su potencial<br />

generador de una respuesta y que en un estimulo complejo, el componente fuerte es el<br />

que decide la respuesta.<br />

Si presentamos estímulos visuales complejos, como un circulo rojo sobre fondo gris o<br />

un circulo verde sobre fondo amarillo, a un niño de 3 a 7 años de edad y le pedimos que<br />

apriete la pelota con su mano izquierda o derecha cuando aparece una u otra figura<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

respectivamente, luego de un breve tiempo de ensayo verificaremos el desarrollo del<br />

hábito correcto.<br />

El componente principal que determina la respuesta es la pelota, lo que es sencillo de<br />

demostrar invirtiéndo el color de los fondos.<br />

El niño sigue la pelota y a ello lo denominamos regla de fuerzas. Sin embargo, y esta<br />

consideración es esencial para la comprensión de esta postura en la relación entre<br />

cognición y lenguaje, es posible alterar la fuerza natural relativa del estimulo a<br />

través del lenguaje.<br />

Si orientamos la atención sobre los fondos con la consigna -fondo gris mano derecha,<br />

fondo amarillo mano izquierda- se obtienen los siguientes resultados :<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

3-4 años. No tienen adaptación estable<br />

4-5 años. Mejor pero aún inestable<br />

5-7 años. Responden a la consigna<br />

Los resultados son de por si elocuentes, sin embargo, se puede modificar<br />

considerablemente la edad en que la palabra puede afectar la fuerza relativa del estimulo.<br />

Esto se logra por condicionamiento semántico, reemplazando las instrucciones verbales<br />

por consignas significativas para el niño.<br />

Se substituye la pelota por aviones y se consigna : mano derecha -el avión puede volar<br />

cuando hay sol y el cielo está amarillo-, mano izquierda -cuando está lluvioso y el cielo<br />

gris, el avión no puede volar.<br />

Con esta consigna la abrumadora mayoría de los casos altera la regla de fuerza, y aún<br />

los niños de 3 años comienzan a reaccionar ante los fondos.<br />

La conclusión es evidente para la Escuela Rusa, la palabra, en tanto estimulo del reflejo<br />

de orientación, guía las vicisitudes del desarrollo cognitivo.<br />

La Escuela de Ginebra, por su parte, invierte totalmente estas proposiciones al declarar<br />

que el pensamiento precede al lenguaje. Para ello, parten de examinar profundamente los<br />

cambios de la inteligencia, contemporáneos a la adquisición del lenguaje, tomando como<br />

líneas directrices de su investigación a la evolución de las Representaciones, por un lado,<br />

- lo que atiende a la nueva capacidad evocativa que le permite al niño escapar a las<br />

rígidas fronteras temporo-espaciales - y las novedades en la Esquematización<br />

representativa por el otro - línea conceptual por la cual los objetos y los acontecimientos<br />

ya no son únicamente captados en su inmediatez perceptiva, sino que se insertan en un<br />

marco conceptual que gana en abstracción e integra y diferencia su conocimiento.<br />

Sostiene Piaget, que la función decididamente novedosa de esta etapa, es la<br />

constitución de un sistema de signos (con significantes arbitrarios o convencionales),<br />

pero que, como producto del egocentrismo cognitivo del niño pequeño, necesita de otros<br />

sistemas de significantes mas personales y significativos.<br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

De este modo y respondiendo a estas necesidades, Piaget resalta la presencia del juego<br />

simbólico o juego de imaginación. Este aparece contemporáneo al lenguaje, pero<br />

independientemente de el, como fuente de representaciones cognoscitivas y afectivas y<br />

de esquemas representativos, igualmente individuales. ( Ej : jugar a dormir ).<br />

Una segunda forma de simbolismo individual, igualmente contemporáneo e<br />

independiente del lenguaje, es la imitación diferida.<br />

El tercer sistema de signos descrito por Piaget, es la imagen mental, la que no es<br />

continuación directa de la percepción, sino que es concebida como una imitación<br />

interiorizada. La imagen sonora es la imitación interna de su correspondiente y la imagen<br />

visual es un producto de la imitación del objeto, bien mediante todo el cuerpo, bien<br />

mediante movimientos oculares, cuando se trata de una forma de reducidas dimensiones.<br />

Los tres símbolos, son independientes del lenguaje y derivados de la imitación, facultad<br />

que soporta también naturalmente a la adquisición del lenguaje.<br />

Existe entonces, para Piaget, una función simbólica mas amplia que el lenguaje que<br />

engloba, además del sistema de signos verbales, el sistema de los símbolos en sentido<br />

estricto. La función simbólica se convierte a un tiempo en la fuente del pensamiento, pero<br />

básicamente, se explica su constitución por la formación de las representaciones.<br />

Como el lenguaje, así planteado, no es mas que una forma particular de la función<br />

simbólica, y como el símbolo individual es mas simple que el signo colectivo, la Escuela<br />

de Ginebra concluye entonces, que está permitido decir que el pensamiento precede al<br />

lenguaje, y que esto se limita a proporcionar una esquematización mas avanzada y una<br />

abstracción mas móvil para lograr formas cognitivas superiores de equilibración.<br />

La escuela Americana<br />

Para revisar los aportes de la Escuela de Harvard, partiremos de otra figura muy<br />

conocida dentro de la Psicología : J. Watson y su teoría del habla subvocal. Este, inscrito<br />

en la impronta de la mas extrema avaricia ontológica, reduce el pensamiento al habla y<br />

esta a los movimientos de la musculatura periférica. A pesar de su desplazamiento por el<br />

conductismo operante, la concepción empirista de moldeamiento desde el ambiente, la<br />

idea asociacionista del desarrollo cognitivo, sometido a las leyes del aprendizaje, y aun la<br />

constitución de los sistemas verbales mismos, planteados en términos de<br />

condicionamiento, encuentra su mejor representante en F.B. Skinner.<br />

Este, en su Conducta verbal, involucra las expresiones fonéticas entre los operantes<br />

espontáneamente emitidos por el organismo, discriminando los nombres de los objetos y<br />

los mandos. El molde estructural de una oración sintácticamente correcta, es considerado<br />

por Skinner como un tipo de operante llamado, en este caso, autoclítico. Si estos<br />

operantes son seguidos por refuerzos, aumenta la probabilidad de recurrencia. Si esto no<br />

sucede, se extinguen.<br />

Si bien esta definición es parcialmente satisfactoria en la producción de fonemas<br />

durante el primer año de vida -en ese periodo el niño emite todos los fonemas de las<br />

lenguas del mundo-, cuando los padres, por refuerzo adicional, aseguran la retención de<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

los fonemas de la lengua materna únicamente, esto es mas difícilmente sostenible en la<br />

producción de fonemas. Y cuando se pasa a la comprensión y uso de la gramática,<br />

resulta totalmente insatisfactoria. La noción de molde estructural de una oración, es<br />

dificultosa, pues cualquier transformación proposicional requiere de hipótesis ad hoc para<br />

evitar su naufragio.<br />

La critica principal a la teoría de Skinner, es de N. Chomsky, y es tan rigurosa y tan<br />

lapidaria, que prácticamente define el cambio de paradigma de Investigación sobre el<br />

lenguaje en Harvard.<br />

Buena parte de la critica, objeta a Skinner la utilización de términos derivados de la<br />

experimentación, como analogías para situaciones de la vida real. "... Utiliza los<br />

resultados experimentales como prueba del carácter científico de su sistema del<br />

comportamiento, y emplea las conjeturas analógicas (formuladas en términos de una<br />

extensión metafórica del vocabulario técnico del laboratorio) como prueba de alcance.<br />

Esto, crea la ilusión de hallarnos frente a una teoría científica rigurosa, con un alcance<br />

muy amplio, aunque en realidad, los términos utilizados para la descripción de la realidad<br />

y la de la conducta en el laboratorio, pueden ser meros homónimos con, a lo sumo, una<br />

vaga similitud de significado...".<br />

De este modo, Chomsky carga contra las nociones de estimulo, respuesta y control de<br />

estimulo, poniendo de relieve que Skinner utiliza estos términos de forma tan vaga que<br />

carecen de todo contenido objetivo. "... Si miramos una silla roja y decimos roja,<br />

estamos bajo el control del estimulo rojo, y si decimos silla, estamos bajo el control de<br />

las propiedades de silla... " y de un modo similar para cualquier otra respuesta. El<br />

recurso es tan simple como vacío. Puesto que las propiedades están libremente a nuestra<br />

disposición, podemos dar cuenta de toda respuesta, identificando los estímulos<br />

controlantes, pero la palabra estimulo ha perdido total objetividad en este uso. Mas<br />

adelante, Chomsky arremete contra lo que llama una extrapolación de la palabra<br />

probabilidad, "... con su connotación favorable a la objetividad, cuando es utilizada para<br />

parafrasear palabras de tan baja categoría, como intención, interés, creencia y cosas por<br />

el estilo...".<br />

Pero la mayor objeción de Chomsky a Skinner, se refiere a su hipótesis de que la<br />

conducta verbal se desarrolla según contingencias de refuerzo que se producen en la<br />

comunidad lingüística dentro de la cual el niño crece. "... no he podido encontrar<br />

absolutamente ningún soporte para la doctrina de Skinner, de que la lenta y cuidadosa<br />

conformación de la conducta verbal por refuerzo diferencial es una necesidad absoluta. Si<br />

la Teoría del refuerzo requiere realmente el supuesto de que se da tan meticuloso<br />

cuidado, parece mejor ver esto sencillamente como un argumento de reducción al<br />

absurdo contra ese enfoque..." En este tópico, Chomsky hace hincapié en el hecho de<br />

que continuamente emitimos oraciones nuevas que, por no haber sido emitidas nunca<br />

antes, no han sido reforzadas. Generalizaciones a partir de oraciones emitidas en el<br />

pasado, no pueden predecir con precisión el contenido y la forma de oraciones nuevas.<br />

Chomsky, supone alternativamente, que el lenguaje es organizado por reglas internas,<br />

que las palabras y formas gramaticales que utilizamos en la conducta verbal manifiesta,<br />

reflejan las limitaciones impuestas por esas reglas. De este modo, la combinación de<br />

expresiones nuevas no supone ningún problema. Existen muchas maneras validas de<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

expresar un cierto significado, cual de esas maneras se manifiesta, depende de las<br />

influencias que actúan momentáneamente sobre el individuo. Las verdaderas unidades de<br />

aprendizaje del lenguaje, consisten en sistemas cognitivos de conocimientos y creencias.<br />

Chomsky postula la existencia de un sistema de competencia lingüística que subyace<br />

a la conducta peor que no se manifiesta de forma directa o simple en el plano de la<br />

conducta. Este sistema de competencia lingüística se deriva de factores organizativos<br />

innatos que configuran una suerte de sintaxis preexistente o lenguaje natural, el cual<br />

interacciona con variables ambientales, culturales y personales. A pesar de las diferencias<br />

individuales, todos los seres humanos heredan una capacidad del lenguaje que los provee<br />

de una gramática universal, principios que determinan las formas particulares utilizadas<br />

por los hombres.<br />

Como consecuencia de las propiedades conferidas por la gramática universal a todas<br />

las gramáticas particulares, una persona que conoce un lenguaje especifico, controla una<br />

gramática que puede generar un conjunto infinito de estructuras profundas. La<br />

representación de la estructura profunda de una oración (nuclear) es la forma en que una<br />

idea se almacena en la memoria. Puesto que generalmente entendemos lo que una<br />

persona desea comunicar, aun cuando la interpretación fonética de lo que se dice sea<br />

ambigua, Chomsky sostiene que la mente del receptor de una comunicación, debe<br />

ejecutar una serie de transformaciones para relacionar lo dicho con una estructura<br />

profunda adecuada. A las reglas transformacionales, es posible acercarse estableciendo<br />

que operaciones son necesarias para transformar una oración de estructura superficial en<br />

su forma profunda o bien derivar de una oración nuclear, un conjunto de oraciones de<br />

estructura superficial.<br />

Principios organizativos propuestos por Chomsky<br />

1. Reglas fonológicas: Como pueden combinarse legalmente los sonidos (ado - ido).<br />

2. Reglas de base : reglas que generan la sintaxis de la estructura profunda (Fr. nominal +<br />

Fr. Verbal).<br />

3. Reglas transformacionales : establecen como se puede modificar una estructura<br />

superficial en profunda, así como dar una forma equivalente cumpliendo a su vez 2.<br />

4. Reglas de proyección : asignan significación según el contexto.<br />

Para nuestro desarrollo, la perspectiva de Chomsky en referencia a la relación entre<br />

pensamiento y lenguaje, rechaza de plano la idea de que las construcciones de la<br />

inteligencia, en particular la sensorio-motriz, determinen el carácter de un órgano mental<br />

como el lenguaje. Antes bien, propone una extrapolación de su modelo a toda<br />

competencia cognitiva. "... en general, para toda especie O y todo campo cognoscitivo D<br />

identificados y delimitados experimentalmente, podemos estudiar la LT (O,D), esto es, la<br />

Teoría del Aprendizaje para el organismo O en el campo D, propiedad del estado inicial<br />

genéticamente determinado...".<br />

Ha quedado deliberadamente para el final, la postura de J. Bruner, soplo revitalizador<br />

que retoma el formalismo. El mismo, así lo entiende. No se ocupa de estudiar<br />

intensamente el lenguaje hasta 1972, cuando se traslada a Oxford. La década precedente<br />

había estado dominada por un especial interés en la sintaxis y su dominio, pero era<br />

ampliamente formalista en espíritu. A Bruner la parecía carente de fuerza funcional. El<br />

Cognición y <strong>Lenguaje</strong><br />

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Grupo de Psicología Cognitiva y Educacional<br />

foco en la estructura gramatical parecía impedirle explorar las funciones que el lenguaje<br />

cubría en diferentes contextos y la forma en que estas funciones se desarrollaban. En la<br />

década del setenta el estudio de la adquisición del lenguaje comenzó a cambiar, poniendo<br />

énfasis en lo funcional.<br />

Se hacia cada vez mas evidente que el niño tenia que tener algún conocimiento del<br />

mundo real antes de que pudiera desenmarañar con efectividad los misterios de la<br />

sintaxis. En efecto, el niño usaba su primera sintaxis para describir cosas que tenían<br />

alguna importancia para el. Una interpretación rica del lenguaje del niño, implicaba el uso<br />

del contexto y de la función comunicativa en la evaluación de la sintaxis del niño.<br />

Hacia 1975 Bruner estaba convencido de que la adquisición del lenguaje solo se podía<br />

estudiar en casa, en vivo, no in vitro, en el laboratorio. Los temas de la sensibilidad del<br />

contexto y del formato de la interacción madre-hijo, impregnaron sus observaciones.<br />

Hacia 1983, dos líneas unen las ideas y los datos de estas observaciones, el primero es<br />

exterior, como la comunidad lingüística arregla los encuentros del habla, de manera que a<br />

los jóvenes aspirantes al habla se les ocurra como hacer claras sus intenciones<br />

comunicativas y como penetrar en las intenciones del otro. El vehículo principal de este<br />

apoyo es el formato, las situaciones pautadas que permiten al adulto y al niño cooperar<br />

para seguir adelante en el lenguaje. El segundo hilo es interior y de procedimiento. Se<br />

refiere a como el intento comunicativo es sucesivamente transformado, a través de la<br />

negociación, en procedimientos lingüísticos crecientemente poderosos.<br />

Las tres facetas del lenguaje que el niño debe dominar para llegar a ser un hablante<br />

nativo -sintaxis, semántica y pragmática- no son ni pueden ser independientes una de<br />

otra. Probablemente la sintaxis es la mas misteriosa, ya que constituye una red muy<br />

intrincada e interdependiente en todas las lenguas. Pero aun así, los otros dos aspectos<br />

no son menos sorprendentes en su complejidad.<br />

La adquisición del lenguaje comienza antes de que el niño exprese su primer habla<br />

léxico-gramatical. Comienza cuando la madre y el niño crean una estructura predecible<br />

de acción recíproca que puede servir como un microcosmos para comunicarle y para<br />

construir una realidad compartida. Las transacciones que se dan dentro de esa estructura<br />

constituyen la entrada a partir de la cual el niño conoce la gramática, la forma de referir y<br />

de significar y la forma de realizar sus intenciones comunicativas. El niño no podría<br />

realizar estos prodigios, sin algo como lo que Chomsky llamo L.A.D., pero este<br />

mecanismo no podría funcionar sin la ayuda dada por el adulto, que se incorpora con el,<br />

a una dimensión transaccional. Esta dimensión, que al comienzo controla el adulto,<br />

proporciona un sistema de servicio de adquisición del lenguaje L.A.S.S., sistema que<br />

enmarca y estructura la entrada al lenguaje.<br />

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