Gene Getz – Rico de Todas Maneras - Ondas del Reino

Directriz 2: A medida que estudiamos un tema en particular en las Escrituras,
debemos seguir la revelación que Dios desplegó. Para delinear
con exactitud los principios supraculturales relativos a cualquier aspecto
de la voluntad de Dios, debemos estudiar la Palabra de Dios tal y como
se reveló. Para hacer esto con relación a la manera en que los cristianos
del Nuevo Testamento usaron sus posesiones materiales, comenzamos
nuestro estudio en el libro de los Hechos. Al mismo tiempo, consultamos
secciones en las Epístolas tal y como se escribieron cronológicamente en
armonía con los sucesos en Hechos (véase la página 22).
Directriz 3: Debemos estar seguros de interpretar las Escrituras con
precisión. A medida que estudiemos la revelación bíblica cronológicamente,
debemos mirar siempre un contexto más extenso de las Escrituras.
Por suerte, hay muchas herramientas útiles que están disponibles para
ayudarnos en este proceso, traducciones interlineares, concordancias del
griego y el inglés, una variedad de traducciones de la Biblia, estudios de
palabras, comentarios, revistas y estudios históricos.
Nuestro equipo de investigación se dedicó a este proceso semana
tras semana. Después de cada sesión interactiva, yo escribí sumarios de
nuestras observaciones, las cuales usamos en sesiones subsecuentes para
revisar y mantener la continuidad del proceso.
Estudiar eventos bíblicos y mandamientos fuera del contexto puede
llevarnos a falsas conclusiones acerca de cualquier tema en las Escrituras.
Por ejemplo, una enseñanza falsa que ha llegado a prevalecer
es la teología de la prosperidad, la enseñanza que Dios multiplicará las
posesiones terrenales de los cristianos si ellos diezmaran regularmente.
Ciertos maestros de la Biblia han tomado declaraciones bíblicas fuera del
contexto para hacer que el pasaje diga las cosas que los autores bíblicos
no intentaron decir. Algunos no reconocen (ni admiten) que estas tan
llamadas doctrinas de las Escrituras tiendan a producir resultados solo en
sociedades capitalistas y acaudaladas donde es posible que uno mejore
financieramente por medio de un sistema de mercado libre.
Directriz 4: Debemos hacer las observaciones generales que resumen
nuestros descubrimientos más específicos. Después de ver con cuidado
cada referencia a las posesiones materiales según lo despliegan los pa-
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DIRECTRICES PARA DESARIWLLAH LOS PRI'iCIPIOS SUPRACU;rlRALES
sajes bíblicos cronológicamente, nuestro equipo comenzó a hacer más
observaciones generales. Para decirlo en forma de metáfora, después de
observar los árboles miramos el bosque. Al hacer observaciones sobre
la historia bíblica, necesitamos ver lo que es específico con relación al
todo.
Directriz 5: Debemos ver con cuidado las repeticiones fiables y constantes.
Para determinar los principios supraculturales de las Escrituras
relativos a la manera en que debemos usar nuestras posesiones materiales,
es importante observar hasta qué punto las actividades y enseñanzas del
Nuevo Testamento se repiten, verifican, expanden y refuerzan a través
de todo el consejo de Dios según dice tanto el Antiguo como el Nuevo
Testamento. Este proceso es muy importante para evitar tomar las Escrituras
fuera del contexto y así apoyar nuestras agendas personales. Ver con
cuidado la verdad de Dios como se despliega a través de las Escrituras nos
ayudará a entender la agenda de Dios.
Directriz 6: Debemos asegurarnos que lo que llamamos un principio
sea realmente supracultural. Un principio propiamente establecido de
las Escrituras no incluye cómo la verdad bíblica se aplica a cualquier
situación cultural dada. Los principios se relacionan a las actividades
(funciones) y directivas (enseñanzas), no a formas, patrones y metodologías.
Aunque es imposible involucrarse en funciones (la aplicación
de los principios) sin algún tipo de metodología y estructura, es posible
declarar un principio que describa una función sin prescribir la forma que
ese principio debe tener cuando se aplica.
Esto es lo que hace un principio bíblico verdaderamente supracultural.
Si realmente esto es una verdad debidamente redactada, se puede
aplicar en cualquier parte del mundo, no importa cuáles sean las condiciones
culturales. Aun más, es aplicable a cualquier momento en la
historia, en el primer siglo tanto como en el siglo veintiuno, en cualquier
momento en el medio y en el futuro.
En términos de las posesiones materiales, ser capaz de aplicar principios
bíblicos no depende de la existencia de ciertas estructuras económicas.
Aun más, no depende del estado económico de uno en la sociedad,
ya sea como un individuo cristiano o como un grupo de cristianos. En
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