Gene Getz – Rico de Todas Maneras - Ondas del Reino

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mente como lo hizo Pablo. Él era un modelo excelente en querer estar
por encima de cualquier reproche al recibir y distribuir dineros y otros
bienes materiales: «Queremos evitar cualquier crítica sobre la forma en
que administramos este generoso donativo; porque procuramos hacer lo
correcto, no sólo delante del Señor sino también delante de los demás»
(2 Corintios 8:20-21).
Sin embargo, no hay una manera factible de que los cristianos se
tengan que responsabilizar cuando no son miembros participantes de un
cuerpo local de creyentes. Dios diseñó iglesias que tuvieran esta clase de
sistema de responsabilidad en todas las áreas de nuestras vidas cristianas,
incluyendo la manera en que ofrendamos. Los cristianos que con
propósito evitan ser responsables ante otros creyentes y ante sus líderes
espirituales, son tan culpables de no ser sumisos a la voluntad de Dios
como son los líderes cristianos que se niegan a hacerse responsables ante
otros miembros del cuerpo de Cristo.
Ministerios auxiliares a la iglesia
¿Enseña la Biblia que los cristianos deben dar solo a sus iglesias locales
para practicar el principio de la responsabilidad?
La respuesta a esa pregunta es un decidido no. Cuando se trata de
hacer su obra en el mundo, Dios permite libertad para darle forma a nuestro
ministerio. Por consiguiente, existe una cantidad de ministerios que
están involucrados en llevar a cabo la Gran Comisión. Muchas de estas
organizaciones de ministerios auxiliares también están desarrollando una
cantidad de funciones que Dios diseñó para las iglesias locales.
No es incorrecto que existan estos ministerios. Tampoco es inapropiado
que los cristianos lo apoyen. En efecto, muchas de estas organizaciones
son capaces de alcanzar metas bíblicas en nuestra sociedad que
para las iglesias locales son virtualmente imposibles de lograr. Las tareas,
para hacer todo lo que es necesario hacer, son demasiado enormes y las
oportunidades demasiado numerosas hasta para grupos de iglesias locales
(denominaciones).
Sin embargo, es importante evaluar nuestros patrones de ofrendas a
las organizaciones fuera de nuestras iglesias locales considerando otras
directrices importantes que Dios nos da en las Escrituras. Las siguientes
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e\"iTl LO 26: Dos VEIWADES BIBLlCAS FU\f)UIE\T\LES
preguntas son importantes para ayudarnos a decidir si debemos apoyar
un ministerio en particular y cuánto debemos dar.
¿Hasta dónde debemos apoyar a esos que nos ministran?
Esta es una directriz fundamental para determinar si debemos apoyar un
ministerio auxiliar o uno individual involucrado con otra organización
cristiana. Las Escrituras dicen con claridad que en primer lugar tenemos
la responsabilidad de cuidar y alentar de maneras materiales a aquellos
que nos ministran de maneras espirituales (Romanos 15:27). La intención
de Dios es que esto suceda principalmente en la iglesia local.
¿Quéporcentaje de nuestras ganancias debemos dara nuestra iglesia
local antes de considerar apoyar otros ministerios cristianos?
Una buena regla es que antes de apoyar a los ministerios adicionales, los
cristianos ofrenden por lo menos un diez por ciento de su ganancia a las
iglesias locales. El plan de Dios en el Antiguo Testamento requería que
los israelitas dieran el diez por ciento de sus recursos para apoyar a los
líderes espirituales. Si usamos esto como un modelo, nunca se descuidará
a las personas que los líderes de la iglesia local ministran. Si todos los
cristianos estuvieran comprometidos a dar por lo menos un diezmo a su
iglesia local, y luego dar proporcionalmente más allá de su diezmo a otros
ministerios, los problemas financieros en las iglesias locales o ministerios
auxiliares serían mucho menos.
¿Qué sistema de responsabilidad practica la organización
de ministerio auxiliar bajo consideración?
Es difícil mantener a los líderes cristianos responsables fuera de las estructuras
de la iglesia local, al menos que ellos mismos determinen ser
responsables al público cristiano mediante un sistema cuidadoso y comprensible
de informes y que establezcan juntas de directores responsables.
A pesar de todo eso, es posible para esos líderes botar dinero, mal usar
fondos o apropiarse inadecuadamente de ofrendas dadas para necesidades
específicas. En años recientes todos hemos visto esto.
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